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"—No se que estaba haciendo
Cuando de repente, nos derrumbamos
Hoy en día no la encuentro
Pero cuando lo haga, tendremos un nuevo comienzo—"

-Fairytale

Jungkook y Hoseok se metieron a la habitación del castaño, aún muy afectado no podía dejar ir al pelinegro porque lo necesitaba, necesitaba saber que no estaba solo

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Jungkook y Hoseok se metieron a la habitación del castaño, aún muy afectado no podía dejar ir al pelinegro porque lo necesitaba, necesitaba saber que no estaba solo.

Abrazados sin soltarse aún el pelinegro tuvo que acostar al castaño y lo arropo luego el se metió entre las sbanas haciendo sonrojar a Hoseok y sin importar lo abrazo para no soltarlo.

—¿Era muy importante para ti?— preguntó en un murmuro.

—Ella a pesar de todo cuando nos enteramos que era un doncel jamás dejó de verme con cariño, nunca me sentí despresiado por ella, era también mi abuelita— dijo mientras traviesas lágrimas salían a flote.

Jungkook lo pego más a su pecho, y lo resguardo ahí hasta que sintió su respiración leve, lenta, se había quedado dormido y eso lo tranquilizaba pues el solo necesitaba descansar.

—Si era tu abuelita entonces hice bien en pedirle permiso— susurro enterrando su nariz en la cabellera castaña— Ahora solo falta tu hermana— sonrió para si mismo.

Los velorios siempre fueron deprimentes, veas por donde lo veas siempre habrá gente llorando, rezando y pidiendo a un dios que ampare al difunto

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Los velorios siempre fueron deprimentes, veas por donde lo veas siempre habrá gente llorando, rezando y pidiendo a un dios que ampare al difunto.

¿Hoseok lo odiaba? Si lo hacía porque en el velorio de su padre todas las personas lo evitaron e ignoraron hasta tal punto de hacerlo invisible, se sentía mal y el rechazo de la gente le dolió aún más. En el velorio de su abuela pasó lo mismo solo que a él ya no le importo, más porque estaba perdido en sus pensamientos que le jugaban una mala racha al hacerle pensar que solo era uno de sus sueños de terror pero al mirar al frente veía el cajón de madera de sus abuela.

Ahora en el velorio de su otra abuelita no lloraba, ya había derramado muchas lágrimas y sabía que a ella no le gustaría verlo llorar, por otro lado su mejor amigo tenía los ojos rojos, la nariz igual y los labios de tanto morderlos ante la presión en su pecho, sintió tanta pena al verlo así que solo puedo abrazarlo.

Déjame Ir  ||JUNGHOPE||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora