Jay caminaba a un lado de Jungwon, ambos en total silencio, no tenían nada que decir. Para empezar, Jay no sabía por qué había decidido seguirlo. Jungwon solo quería escapar y meterse en su cama a llorar de la vergüenza, mientras que Jay no sabía como tratar la situación, ser alguien amable en momentos así no era su fuerte, con Sunoo y Sunghoon era totalmente diferente, podría ser directo, y por primera vez, temía arruinar las cosas con lo que podría decir.
ㅡ¿Te sientes mejor?ㅡpreguntó Jay luego de un rato.
ㅡ¿Uh? Si, estoy mejorㅡle sonrió, un poco distante y distraído.
ㅡ¿Por qué dejas que te traten así?
Jungwon se detuvo y lo miró, recordando que tal vez había escuchado todo lo que le habían dicho, incluso lo de su madre, haciéndolo sentir triste. Muchas veces no es que solo se dejara, pero ¿Qué podía hacer él? No le gustaba pelear, de todas formas no sabía como hacerlo.
ㅡNo es tan simpleㅡrespondió, viendo hacia otro ladoㅡTampoco pasa tan seguidoㅡmintió.
ㅡMjmㅡno le creyó en absolutoㅡ¿Qué suele animarte?
ㅡEstoy animado, de verdadㅡlo miró con seriedad, tratando de convencerlo.
ㅡNo te pregunté esoㅡcon su dedo índice presionó la frente del menor, empujando su cabeza levemente hacia atrás.
Jungwon frunció levemente el ceño por tal acción, Jay era muy extraño para él, siempre con su expresión seria, no entendía cómo alguien podía estar tanto tiempo sin sonreír o con tal mal humor.
ㅡNormalmente me anima hornear galletasㅡdijo con timidez.
ㅡNo sé por qué no me sorprendeㅡsuspiróㅡBien, vamosㅡtomó su pequeña mano y caminaron hacia la tienda de comestibles más cercana.
Jay no era de hacer esas cosas, de hecho, nunca las hacía, pero las ganas de hacerlo sentir bien eran más grandes.
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Jungwon sintió cosquillas en su estómago cuando Jay tomó su mano, estaba sorprendido y a la vez tan avergonzado, la sensación de su mano que era más grande sobre la suya que era más pequeña, le causaba sensaciones muy diferentes a las que solía sentir. Ni siquiera lo soltó mientras iban por los pasillos de la tienda de comestibles eligiendo los ingredientes para hornear, causando que un nudo de emociones se generaran dentro de él.
Cuando vio que la canasta estaba llena de cosas entró en pánico, no tenía dinero para pagar tantas cosas, estaba tan distraído en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando metieron tantas cosas.
ㅡJay, no creo poder pagar todo esoㅡle dijo con un toque de vergüenzaㅡNo tenía planeado esto y no saqué tanto dinero.
ㅡLo pagaré yoㅡrespondió simple y con voz neutra, dándole a entender que no iba a discutirlo.
