Capítulo 7

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 Por la mañana, Levi salió al pequeño balcón de su cuarto para limpiar el polvo de las rejas y echar un vistazo a las plantas que tenía fuera. Hacía algo de frío, pero era agradable sentir el aire en el rostro, en especial cuando llevaba tanto tiempo encerrado entre cuatro paredes y un techo.

Sus pensamientos derivaron hacia Erwin una vez más. Debía de estar ya despierto, pese a todas las horas de sueño que llevaba atrasadas. Olvidando la razón por la que en primer lugar había abierto el balcón, Levi dejó la puerta abierta y fue a llamar a la de su amigo. Erwin le dijo que pasara, aunque no separó la vista de los documentos que tenía en frente ni se volvió a mirarle. Levi suspiró y se apoyó en el respaldo de su silla, con aspecto derrotado. Realmente no sabía qué hacer con él...

-Ven conmigo; necesitas tomar el aire-le tomó de la muñeca y tiró de él.

Erwin se limitó a mirarle, confundido.

-Necesito terminar con esto, Levi...

-Claro. Y cuando termines con eso, empezarás con algo más y también tendrás que terminarlo. Ni siquiera has desayunado. No tienes por qué trabajar tan duro, ya te lo he dicho. Piensas que no te mereces ni siquiera un descanso, que te estás castigando a ti mismo, todas esas tonterías...En serio, déjalo, me pone enfermo...

-Tal vez tengas razón...-Erwin sonrió débilmente-a veces parece que me conoces mejor de lo que yo me conozco.

-Claro que tengo razón. Vamos, levántate...-le apremió Levi, todavía sujetándole de la muñeca. Erwin tomó su mano, y él no quiso preguntarse si lo había hecho de forma consciente o inconsciente, si significaba algo o si era un simple reflejo. No quiso pensar demasiado en ello, aunque seguramente ya lo estaba haciendo.

Era ya cerca de mediodía, y el cielo estaba despejado y azul. Erwin soltó la mano de Levi y posó ambos brazos en la barandilla, mirando sin hablar, mientras la ligera brisa jugaba con su cabello. Él estaba admirando la ciudad; Levi le estaba admirando a él. También en silencio, como siempre había hecho.

-Me gustaría ir a algún lugar cuando todo esto termine. Todavía tienes dinero para llevarnos, ¿verdad?-preguntó-Aunque vayas a mudarte y todo eso, podríamos viajar a la costa los tres juntos. Hange...tú y yo...Nunca he visto el mar, pero Armin siempre dice que es muy bonito...así que pensé que quizá...

Erwin se volvió hacia él y sonrió.

-Me alegro de no haberme ido antes de que empezara todo esto. Si me hubiera quedado encerrado yo solo...no sé qué hubiera sido de mí.

-Estás exagerando...Puedes cuidar de ti mismo perfectamente. A nadie en esta casa le va mejor que a ti, aunque seas un maldito masoquista y no te despegues de tu escritorio.

-Se está bien aquí-dijo Erwin-. Sí, deberíamos ir a ver el mar cuando esto se acabe...

Pasó el brazo por los hombros de Levi, que le resultaba tan fácil rodear gracias a su estatura. Todo era incierto. Levi no sabía cuando se acabaría aquello, cuando podrían volver a salir de casa libremente, o cómo lo harían. La vida o su propio carácter hacían que sus pensamientos fuesen de tendencia pesimista, y Erwin no debía de ser tan distinto a él, pero si era más discreto o menos directo acerca de aquello que le preocupaba. Para no cargarle con más penas de las que ya tenía, prefirió guardar silencio.

Se soltó y recogió las macetas del balcón. Había cuidado las plantas con gentileza y esmero, y había hecho cuanto se suponía que debía hacer para mantenerlas con vida, pero al parecer no había sido suficiente. Siempre se le morían las plantas, excepto las que solía tener como decoración en la tetería, porque Nanaba y Mikasa le ayudaban a mantenerlas. Suspiró y las sostuvo como pudo en el espacio de sus brazos.

Blessed to be stuck with you  -  (ERURI)Where stories live. Discover now