Capítulo 10

206 26 6
                                    


Levi ya no tenía fiebre, y apenas persistía un leve dolor de garganta. Pero le costaba conciliar el sueño, y pasar más de veinte horas al día despierto, inquieto, aburrido y sin nada que hacer comenzaba a hacérsele cuesta arriba. Ya había limpiado su cuarto varias veces, había cambiado las sábanas, había ordenado su ropa interior y sus calcetines por colores y había hecho varias compras innecesarias por Internet.

Aquel día había sido todavía más anodino e insoportablemente tranquilo que de costumbre. Hange no le había hablado tanto como acostumbraba al llevarle el desayuno. Intercambió un par de fotos con Erwin y, aunque no comprendió del todo las intenciones de su amigo, eso le hizo sonreír como un estúpido en la intimidad de su cuarto. No podía pedir mucho más, incluso con la seguridad que tenía Hange de ambos se gustaban, de que ambos estaban siendo igual de tontos.

Atreverse a creerlo se le antojaba una manera pretenciosa de autoengañarse. ¿Qué podía gustarle a alguien de él? Levi no tenía ni idea. En cambio, se le ocurrían mil razones por las que Erwin...No. Compadecerse de sí mismo así era una indulgencia lamentable y, además, equivocada. Él sí veía a Erwin de manera diferente al resto del mundo, y Erwin también debía tener su propia visión de él. Pensar que él no era nada, mientras que Erwin lo era todo, era un pensamiento demasiado extremo y visceral. Y no era cierto.

De hecho, una de las razones por las que le gustaba tanto Erwin era que siempre se sentía cómodo con él; que anulaba su estúpido complejo de inferioridad. Era una persona que le escuchaba y tenía en cuenta sus opiniones y gustos. Era inteligente, pero no le trataba con condescendencia por su nivel menor de estudios. Era mucho más alto que él, pero Levi no sentía que le mirase por encima del hombro. Eran iguales, dentro de todas aquellas diferencias que los convertían en únicos. También era el hombre más bello que había visto nunca, y tenía esa dualidad irresistible en su manera de tocarle y hacerle suyo; ese balance perfecto entre la ternura y la pasión. Le hacía sentirse valorado, deseado...tal vez incluso amado.

Levi odiaba tener tanto tiempo para pensar...De nuevo apoyó la cabeza en la pared, soltando un suspiro. No tardó en darse cuenta de que habían deslizado un papel por debajo de su puerta. Al principio, no le dio demasiada importancia. Hange solía pasarle notas y dibujos de aquella forma, con el fin de distraerle de su encierro...Y entonces le dio le vuelta al papel y encontró un texto que no tenía nada que ver con los caóticos mensajes de Hange o su letra de científico loco. Era más largo y la caligrafía de Erwin, más ordenada y, a sus ojos, más bonita.

Apretó la carta contra su pecho antes de leerla, con más nervios de los que debería tener ante aquella situación alguien cuyo pesimismo le preparaba para la decepción. No quería admitirse a sí mismo que tenía un buen presentimiento. Contuvo la respiración y empezó a leer:


Levi,

Sé que no te gusta que me ande con rodeos, así que no sería justo para ninguno de los dos que no fuera claro y directo por una vez. Empecé a escribir esta carta para ordenar mis ideas y no perder más tiempo, pero la verdad es que tengo un caos en la cabeza desde que estuve hablando con Hange, hace unas horas. Esto ya es una introducción demasiado larga, cuando lo único que realmente quería decirte es que me gustas. Me gustas mucho, y no sé cómo no me di cuenta antes. Hange me preguntó qué era lo que me gustaba de ti y sé que, aunque no me hubiera interrumpido, me habría faltado tiempo para enumerarlo todo. Me gustas más de lo que me ha gustado nadie nunca, Levi, y no estoy siendo exagerado, sólo honesto.

Ahora mismo puedo imaginar cómo reaccionarías a estas palabras, mirándome cómo si hubiese dicho algo completamente descabellado. Es la verdad. Si me preguntaras por qué, no sabría darte una respuesta, o tal vez te daría tantas que nunca terminaría de hablar. No hay un por qué para estas cosas, supongo.

Blessed to be stuck with you  -  (ERURI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora