III

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La suave luz transpasaba las cortinas iluminando por completo la habitación haciendo a mikey abrir los ojos.

Se paró de su cama y salió por la puerta principal azotando con gran fuerza provocando que resonara en todo el cuarto.

Sus ojos negros y vacíos se encontraban fijamente observando hacia el bello campo de flores, la brisa de la mañana hace que reaccione y sea consciente de su cuerpo entumecido por el frío.
El viento revolotea con fuerza golpeando sus mechones contra su cara lo suficiente para despeinarlo provocando que no pueda ver con claridad el paisaje frente a el.
En ese instante se oyó la voz de uno de sus sirvientes que interrumpió su silencio entregándole una carta en sus manos de parte del duque Takashi mitsuya la carta contenía un invitación para la boda del duque y su prometido y bueno quien era el para negarse aunque admitía que no quería ir pero el era uno de sus mejores amigos y se veía obligado a asistir.

En ese instante se oyó la voz de uno de sus sirvientes que interrumpió su silencio entregándole una carta en sus manos de parte del duque Takashi mitsuya la carta contenía un invitación para la boda del duque y su prometido y bueno quien era el pa...

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Y así el día más esperado llegó, su amigo y su prometido se iban a casar, el estaba presenciandolo junto a los demás invitados.

Mitsuya se encontraba bien vestido para esa ocasión tan importante y especial, Mikey no veía nada sorprendente ni le llamaba la atención casarse o enamorarse de alguien, él creía que eso era una ridiculez.

Después de la ceremonia todos tomaron asiento para comer y platicar, por otro lado Mikey se sentía indiferente en ese lugar, nunca había sido fan de lugares con gran multitud, prefería lugares silenciosos y calmados, pero lo soportaría solo esa vez por su amigo.

así fue esa tarde, todos se la pasaron conversando y tomando como si no hubiera mañana, estaban muy contentos celebrando la boda de su amigo y mitsuya que se encontraba feliz por casarse con el amor de su vida hakkai Shiba; así fue hasta que un ruido fuerte se oyó en todo el salón dejándolo en completo silencio.

El bello cielo de Japón se teñía cada vez más de un hermoso color anaranjado, sería una tarde agradable si no fuera por qué takemichi hanagaki otra vez estaba metido en líos.
¿Y ahora qué era? Pues está vez se había peleado con alguien por defender a Hinata de personas que la estaban insultando, los otros chicos empezaron a maldecir a takemichi tirándole insultos y amenazas, al principio no le tomo importancia, no fue hasta uno de ellos soltó un puñetazo a la cara de takemichi para luego volver a soltarlo pero ahora dirigido a su estómago acto que hizo se quedará sin aliento cayendo de espaldas hacia el piso dejando noqueado al pelinegro.
Había pasado un largo rato desde ese suceso, los huesos de takemichi estaban adoloridos y apenas podía moverse de dónde estaba.

-maldita sea- chasqueó la lengua con enojo levantándose de dónde estaba, observando fijamente hacia un lado con una vista borrosa, lo único que podía percibir era una hoja arrugada en mal estado.

-mierda- se apresuró a abrir el papel para encontrarse con la sorpresa de que el nombre de su amiga se encontraba escrito con varias amenazas de muerte- tragó saliva para poder continuar leyendo.
En la nota venía escrito que ese mismo día Hinata Tachibana sería asesinada y su plan para matarla.

El chico se apresuró y se levantó bruscamente de dónde yacía acostado, con desesperación sus lágrimas empezaron a brotar de sus ojos recorriendo sus delicadas mejillas hasta caer al suelo, no sabía ni siquiera en donde sería o en qué hora, estaba perdido, no sabía a dónde dirigirse, tenía miedo de perder lo único bueno en su vida, Hinata había sido alguien de mucha ayuda en su vida, era la única persona que cuidó de el y lo apoyó cuando más lo necesitaba, el tenía que salvarla a toda costa, conforme su paso se iba acelerando podía sentir el aire pagándole en la cara bruscamente, se había quedado sin fuerzas para seguir corriendo, su mente estaba totalmente en blanco, no sabía cómo reaccionar solo podía pensar en momentos vagos con ella, fué así hasta que un recuerdo llegó a el, ese día su familia asistiría a una boda como invitados especiales ¡bingo! ahora ya sabía dónde se encontraba, pero tenía que pensar una forma de entrar sin ser sacado por los guardias.

prometido del rey Where stories live. Discover now