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Por otro lado el chico de cabello plateado se quedaba fijamente observando curioso al otro chico que se encontraba dirigiéndose hacía el, al principio se había molestado por lo lento y fastidioso que era, pero después empezó a llamarle la atención su rara forma de actuar y esos ojos azul brillante que contemplaban fijamente lo oscuro y profundo de los suyos, ambos se encontraban chocando miradas en ese mismo instante, el rubio sin darse cuenta se sentía atraído, sus pies se movían inconscientemente hacia el y sin darse cuenta chocó con la mesa haciendo que las copas que estaban encima de ella cayeran y se derramaran manchando el elegante traje del rey y generando un estruendoso sonido que llamó la atención de los invitados, el salón había quedado en completo silencio, las miradas se encontraban centradas en Takemichi, miraban al pobre con ojos de lástima, esperaban silenciosamente la reacción del gran rey, la cual imaginaban que no sería nada buena.

Sin embargo para sorpresa de todos el joven rey tuvo una reacción muy distinta a lo que muchos esperaban porque claro él era conocido por ser un inhumano que mataba a cualquiera que lo molestara, era alguien muy difícil de tratar, incluso todas las mujeres que trataban de cortejarlo terminaban aburriendose o terminaban muertas, la última chica con la que había convivido y creado lazos de amor era su hermana Emma que ahora estaba muerta, toda su vida había estado sufriendo anhelando que alguien lo salvara de su sufrimiento, alguien que pueda curar todas sus heridas, que llenara ese vacío que había dentro de él, en su rostro se asomaba el dolor y sufrimiento de todas sus perdidas, era como ver a un cascarón vacío sin brillo alguno y por primera vez en su vida sus ojos negros empezaron a tener brillo cuando lo vió, no sabía exactamente como describirlos, parecían diamantes que se iluminaban con intensidad, el solo se levantó de su lugar y se dirigió hacia el otro chico que se encontraba en el suelo con una cara de desesperación, de poco en poco sus miradas volvían a encontrarse haciendo a Mikey sentir mariposas en el estómago.

-¿Cómo te llamas?- dijo con una sonrisa en su rostro acercándose aún más al joven analizándolo de pies a cabeza.

-Takemichi, Hanagaki Takemichi- con la cabeza cabizbaja mencionó con una sonrisa mientras sus lágrimas recorrían sus cachetes, sus expresiones cambiaban constantemente y ahora se encontraba cara a cara con el mismísimo "el invencible mikey"

-¡Takemichi!- gritó una joven a lo lejos que corría con rapidez al mencionado rompiendo el silencio que se había generado por lo sucedido- ¿Por qué estás aquí? ¿En qué estabas pensando?- gritó con fuerza mientras ayudaba a Takemichi a levantarse.

-Hina, yo realmente lo siento - los dos se habían quedado conversando en su propio mundo, algo que molesto a Mikey y jaló al chico a lado suyo.

- No he terminado de hablar contigo- le dijo a Takemichi con mirada de enojo, Takemichi solo podía rogar que no le pasará nada malo y le echó la culpa a su mala suerte, después de ese momento de mini celos por parte de Mikey los guardias se habían llevado a Takemichi por orden del rey a un cuarto oscuro, lo arrojaron con fuerza haciendo que el pobre volviera a caer, temblaba de miedo no por lo que le fuera a suceder si no por que podrían hacerle daño a hina o podrían echarle la culpa de que su tonto sirviente estuviera en ese momento, quizás pensarían que era un infiltrado, tenía mucho miedo, sus ojos y mejillas estaban hinchadas, estaba tan absorto en sus propios pensamientos que no se dió cuenta cuando la puerta fue abierta.

- ¿Sabes cuál es el castigo por derramar champán sobre el rey? - tenía una sonrisa siniestra en su rostro, algo que hizo que Takemichi temblara de miedo y volteara a verlo.
-Quizás te echen a la hoguera o te decapiten, pero no te preocupes no te irás solo, cómo se llamaba la hermosa chica ¿Hinata Tachibana? De la familia Tachibana.-

-yo... por favor, señor, déjela ir, haré lo que sea, si quiere puede torturarme todo lo qué quiera - los ojos de Takemichi se hicieron más claros debido a las lágrimas, estaba totalmente hinchado por llorar durante horas, lo único que deseaba era estar en casa duermiendo acurrucado en su cama, él solo quería proteger a su amiga, nunca tuvo la intención de lastimar a alguien ni arruinar la noche de Mikey, todos esos pensamientos tuvieron fin al volver a oír la voz del rey.

- Perdonaré tu vida y la de esa estúpida a cambio de que te conviertas en mi amante- sentenció Mikey con una sonrisa aterradora mientras rodeaba a takemichi del cuello y lo acercaba a su cuerpo.

prometido del rey Donde viven las historias. Descúbrelo ahora