prometido del rey

VI

- apartir de hoy serás mi perra- esas palabras resonaban en su cabeza dejándolo absorto a cualquier otro pensamiento el cuál pudiera tener, su mente se enfocaba solamente en darle un significado aquellas palabras sin sentido que había soltado el mayor.

Tras unos minutos de reflexión inhaló fuerte mientras se preparaba mentalmente antes de decir algo, sabía que era un momento delicado, no importa que dijera tenía miedo que esté lo tomará mal y se enojara  después de todo el no era cualquier persona, aunque nunca fue alguien quien tuviera miedo de meterse con alguien más fuerte y grande claramente entendía que si no hacía lo que pedía  lo iba asesinar sin piedad alguna y no solo a él si no también aquella persona que amaba con todo el corazón, no podía nisquiera pensar que haría si ella llegará a salir lastimada por su gran  estupidez, sus pensamientos eran sofocantes, desde chico se había visto obligado a trabajar, soportar el hambre y los malos tratos de los demás nunca  tuvo ni un solo momento de tranquilidad todo se movía a los pensamientos egoístas de los demás.

El olor a licor, el aire irrespirable, las multitudes y el insoportable olor a tabernas todo para tener una vida con decencia pero está vez estaba decidido a no huir más, quería enfrentar sus problemas de alguna u otra forma.

- haré lo que me pidas, pero necesito tener tu palabra de que no la tocarás- dictó decidido, una expresión de amargo disgusto paso por las  facciones del joven

El otro chico observa los ojos de determinación de takemichi y sonrió levemente ante su respuesta.

- Esta decidido serás mi esposa, necesito fingir un matrimonio y tu me ayudarás a lograrlo - dijo el rubio acercándose de nuevo a takemichi -  así que porfavor cuida de mí si?

Takemichi se encontraba confundido ante tal respuesta, esperaba que el rubio lo regañara por haberle gritado pero fue todo lo contrario cada  vez le sorprendía más su raro humor, no entendía lo que pensaba y eso le daba más miedo.

Mikey desató con delicadeza al chico y también le había ordenado a sus hombres qué le trajeran ropa nueva y curarán sus heridas fue muy amable en esos momentos quien pensaría que que fuera un loco maniático.

Acercó a takemichi a sus brazos y este cayó dormido inmediatamente a sus brazos quedando inconscientemente el rubio solo pensaba que se veía adorable.

- eres un tonto takemicchi un tonto muy lindo - lo tomó suavemente de la cintura y lo cargó hasta una cama donde lo acostó una vez ya cambiado.

Un día había pasado desde el encuentro con takemichi y mikey se encontraba contento por sus grandes habilidades de seducción había logrado hablarle y hacerlo su esposa hasta había mandado a decorar un cuarto de la emoción solo para su dulce esposa no entendía el por qué se alegraba tanto del tener al chico en su casa hasta draken se veía algo sorprendido por su repentina decisión pero sabía lo que quería y nadie le iba a impedir que lo obtuviera.
mientras tanto un chico tembloroso estaba en la puerta tratando de asimilar su sentencia.

¿Cómo es posible que el gran mikey le dijera que fuera su esposa?
¿Acaso era gay? Por eso nunca antes se le había visto con pareja, eran respuestas muy razonables si se ponía a pensar.

-takemicchi un gusto volver a verte me alegra que hayas venido- dijo el chico con un tono alegre y seductor haciendo que takemichi temblará ante tan raro trato, ayer lo quería matar y ahora estaba saludándolo como si fueran amigos de la vida.
- tampoco es como si tuviera otra opción - habló en voz alta por accidente algo que no pasó desapercibido por el rubio

- si te quieres ir vete pero yo me encargaré de que jamás vuelvas a ver la luz del día.

Takemichi volvió a temblar maldiciendo su estúpida boca por no poder callarse.

- perdón su majestad - dijo haciendo una revelación esperando un golpe del mayor.

- ay no me llames su majestad dime solo mikey vale- habló con voz dulce mientras jalaba a takemichi adentro del palacio el otro joven siempre se sorprendía por la bipolaridad del rey.