Capitulo V

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En busca de una manada

Las luces que reflejaban dentro del auto hacían que el pequeño de ojos amarillos despertara,no tenía sueño.

Desde que vivía con los búhos tenía un sueño muy complicado,podía dormir pequeñas sientas entre el día y la noches,pero no tan largas como para dormir todo el día o toda la noche variaba mucho en realidad.

Al principio no creía que eso fuera un problema pero ahora...

-por que no duermes-el mayor lo vio fijamente tanto que le incómodaba

-no tengo sueño-

-se que esto de tener que cambiar tu rutina es complicado pero....no me importa en lo más mínimo tendrás que acoplarte a tus horas de sueño normal...así que duerme.-no fue una sugerencia si no una orden

Kei solo bajo la mirada se acomodo en el asíntio y vio como el otro niño se acomodaba mejor,por una extraña razón tuvo la necesidad de recargar su cabeza en la contraria y así lo hizo.

El más pequeño sonrió antes la sensación y se acercó más al otro para poder dormir de cucharita.
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Se escuchaban las voces de sus padres.

Al parecer estaban hablando afuera.

Con cuidado de no hacer ruido decidió asomarse para ver de qué estaban hablando,no hace mucho tiempo que su padre fue a visitar a sus tíos los Kuroo.

-entonces entregaremos a Kai-era la voz de su madre

-si ya no podemos tenerlo con nosotros-

El pequeño solo se quedó sorprendido,es que lo abandonarian?

El miedo creció,había hecho algo malo?

No lo sabía pero tenía miedo de que lo abandonaran como antes no quería estar solo.

La voz de sus padres ya no se oía.

Y eso hizo que se asomara,la leve brisa hizo que callera y antes de incluso poder levantarse la mirada sustada de sus padres le dió a entender...que ya no pertenecía allí.

Ellos tendrían más hijos y se olvidaría de el,sus pies corrían mientras sus ojos se llenaban de lágrimas y no sabía por qué pero algo en su interior le decía que no lo hiciera que se quedará pero seguia corriendo tan rápido que no se dió cuenta de que estaba corriendo ya por las calles obscuras y allí un niño de su misma edad lo hacía.

Su instinto se alarmó y tomo al pequeño como si quisiera protegerlo.

No supo que pasó depsues solo que podía ver las lágrimas de su mamá búho lleno de tristeza.
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Y ahora con la luz de la luna abrazado a ese niño que por alguna razón quería protejer se durmió lo muy poco que su corazón pudo.

La imagen de esa lechuza cuidarlo y alimentarlo hizo que las lágrimas volverían a caer mientras escuchaba y se daba cuenta que el no era el único asi.

El niño delante de él estaba despierto y llorando en silencio.Solo lo pudo abrazar más fuerte y susurrarle un "estaremos bien".

Solo lo pudo abrazar más fuerte y susurrarle un "estaremos bien"

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