A Crowley no le gusta que Gabriel viva con Aziraphale y se le ocurre un plan para estar cerca de su ángel.
Gabriel es condenado a pasar una temporada en la tierra, a vivir como un humano, ver lo importante que es la vida en la tierra y a comprender...
Crowley tenía que huir, no sabía adónde dirigirse pero no podía estar cerca de Aziraphale. No sabía cómo había terminado siendo una serpiente...solo querría... Ni el mismo sabía la respuesta, todo fue confuso. No podía conducir su Bentley, salió tan rápido como pudo de la librería que olvidó sus llaves y lentes, así era mejor, no estaba en las mejores condiciones para eso, decidió correr por todo Londres.
— ¡Crowley, espérame!
Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
— ¡déjame solo Aziraphale! — aumento la velocidad de sus piernas
— ¡Puedo explicarlo! Yo solo...
— ¿Qué? ¡No hay nada que explicar¡ ¡Está claro, yo te asusto! — fue duro ver aquellos ojos azules llenos de miedo y saber que él era la causa. No le causaría más miedo
— ¡No! ¡Yo solo recordé algo! ¡No eres tú!
— ¡Solo lo dices por lastima! ¡Déjame en paz!
— ¡Crowley ven acá!
Sabiendo que su amigo no se detendría, lo abrazo por detrás, sus brazos envolvieron el abdomen del contrario, recargo su frente en la espalda del pelirrojo. Crowley trato de zafarse, Aziraphale se aferró con más fuerzas sin lastimarlo para impedir que huyera.
— cálmate, todo está bien shhh se que tú no me lastimarías apropocito shhh — trasmitió amor y calma al pelirrojo
— sueltame — a este punto no soporto y comenzó a llorar sin control, sus piernas fallaron y lentamente comenzó a caer al suelo de rodillas, Aziraphale hizo lo mismo
Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
— No lo puedo hacer ¿Cómo te dejaría asi?
— Vete angel, no te gustaría estar con un demonio — cerró su ojos, no quería ver a su contrario asustado.
Aziraphale volteo su cara, tratando de estar de frente
Crowley obedeció, respiro pesadamente el olor dulce que desprendía su ángel.
— No me gusta verte llorar pero no te detendré, llorá hasta la última gota — Crowley seguía llorando con los ojos cerrados, Aziraphale se ocupó de limpiar sus lágrimas