REGALOS

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Capítulo 1

TARDE DE LA BODA

LEIA

Todo había sido precioso.

Luego de la ceremonia y de recibir los interminables abrazos y felicitaciones que entre lágrimas nos daban nuestros allegados terminamos por regresar al palacio. Alec y yo fuimos los últimos en partir ya que nos quedamos para tomar las fotografías de los dos solos aquí, con el mar y la puesta de sol más hermosa que había visto en mucho tiempo.

Su primo, el rey del sur estaba aquí.

El hombre resultó ser tan cálido y acogedor que comenzó a llamarme hermana.

Adam Maleck era un hombre casi tan alto como Alec, piel clara con una melena castaña oscura bien cuidada que solo dejaba unos cuantos mechones caer en su frente, era más grueso en complexión que Alec y mucho más abierto y social. Ya había visto a su esposa, pero esta vez al conocerla personalmente tuve una sensación extraña, sobre todo cuando a parte de su esposa me presento también a su concubina porque sí. el rey Adam tenía una esposa preciosa, Marisa que hace menos de seis meses había dado a luz a su primogénito sin embargo, también tenía una concubina que se lleva de maravilla con su mujer, Elizandra.

O eso parecía.

-Te incomoda que mi esposo y yo viniéramos con nuestra amante ¿verdad?

-¿Te dio esa impresión? - la reina rubia asintió - no fue así, soy una mujer bastante liberal, si bien yo no sería capaz de compartir a Alec con otra mujer no tengo el derecho de juzgar la relación que ustedes tres llevan, aunque no la comparta o entienda del todo no es mi trabajo juzgarlo - sonreí - a demás no creo que te incomode compartirlo, creo que lo disfrutas también - Marisa sonrió.

-Lo hago, fue extraño al principio no voy a negarlo, pero después me cansé de verlo sufrir en silencio, una cosa llevó a la otra y en un momento los tres estuvimos envueltos en esta relación. Ella es mi amiga y yo amo a mi esposo y sé que él me ama.

-Al igual que ama a Elizandra.

-Sí, las dos nos sentimos amadas por él y no me quejo - sonreí.

-Eso es lo que importa, supongo.

Ella se marchó unos segundo después.

Alec se acercó de nuevo hacia mí y me sostuvo junto a él. No había dejado mi lado ni mi mano en todo el rato, ni durante la cena, ni durante las charlas que surgieron después de partir el pastel de chocolate y fresas de cuatro pisos que él había pedido.

-Bien, es hora de que los novios hagan su primer baile - anunció Asheron en la mitad del salón delante de los músicos que comenzaban a entrar.

-¿Quieres bailar? - le pregunté cautelosa. Sabía que no era amante del baile, así que no pensaba presionarlo para que lo hiciera.

-¿Tú quieres bailar? - preguntó serio.

-Yo pregunté primero - dije hincando la ceja derecha haciéndolo sonreír.

-No voy a negarte tu primer baile, en tu boda, con tu marido - sonreí.

-No voy a morirme si no tengo un baile, Alec. Si no quieres no hay problema, enserio - dije sincera.

-Bien, entonces qué te parece si te digo que aunque odio bailar me gustaría poder hacerlo con mi esposa en nuestro primer día como casados - sonreí y mordí mi labio.

-Eso está mejor.

Alec me ayudó a levantar de la mesa en la que estábamos y me llevó al centro del salón.

Ríndete a Ella (LIBRO 2) Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin