Todo lo que dice últimamente me pone muy nerviosa.
—¿Verdaderamente no te molesta reconocer a mi bebé? Es hijo de alguien a quien detestas.
—Ese bebé no tiene la culpa de la escoria de progenitor que le tocó. Todo lo que te estoy ofreciendo viene acompañado de otras cosas. Si me lo permites, quiero ayudarte con su crianza, ser esa figura paterna que necesita. Aunque no haya nada entre los dos, pienso que ese bebé debe experimentar lo que es tener una familia; un papá y una mamá. No quiero que pienses que estoy haciendo esto para ganar puntos, al contrario, lo hago porque sé lo difícil que es no tener esas figuras presentes en tu vida. Es duro sentir que algo te falta. Estoy consciente de que no es mi hijo, que ni siquiera tengo experiencia de cómo cuidar de un bebé, tampoco tuve ese ejemplo como para dejarme llevar, aun así, estoy dispuesto a aprender lo que sea necesario con tal de hacer lo mejor y tratarlo como si fuera mío. Todo eso si tú así lo quieres.
No puedo creer que esté dispuesto a esto. Él tiene mucha razón en lo que dice. No quiero que mi hijo carezca de nada. Considero que mejor figura paterna que él, no habrá en el mundo. No quiero que mi hijo conozca a Dominick nunca. Ahora que conozco de lo que es capaz, no pienso permitir que lo condene, de la misma manera que lo ha hecho conmigo. La vida y Enzo me han dado la oportunidad de tener a mi hijo de vuelta y pienso protegerlo de todo lo que implique peligro.
—Sí, me encantaría.
—¿Qué te parece si a principios de enero nos casamos?
—Me parece bien.
—Como no existe nada entre los dos, entonces el proceso será más fácil, ya que solo debemos firmar los papeles.
Desde niña había soñado con conocer al hombre de mi vida y casarme vestida de blanco, pero la vida me tenía preparada otra cosa.
—¿Qué sucede? ¿No te gusta la idea?
—Sí, me parece bien.
—Los trámites para reconocerlo puedo hacerlos desde ya. Eso sí, hay que cambiarle el nombre. Haré todo lo que sea necesario para garantizar su seguridad. ¿Tienes un nombre en mente?
—Enzo.
—¿Por qué ese nombre?
—Porque es bonito y me gusta.
Se me quedó viendo fijamente y aparté la mirada.
—Siento que sería muy extraño, pero bueno, si eso quieres. Tú mandas.
—¿Por qué sería extraño? Después de todo lo que hiciste por nosotros y por él, es lo menos que puedo hacer.
—No quiero que lo hagas por sentirte en deuda conmigo.
—No se trata de eso.
—¿Entonces? No debes sentirte en deuda conmigo por lo que hice por ti y por nuestro… por tu hijo. Todo lo hice con la buena intención del mundo. Es injusto que alejen a un hijo de su madre.
—¿Ibas a decir nuestro hijo? Lo has tomado muy en serio — sonreí ladeado.
—Todo lo que tenga que ver con ustedes para mí es serio.
—¿Sabes? Un día me hiciste una pregunta, la cual no supe qué responder en ese momento por varias razones, pero hoy me di cuenta de muchas cosas. Encontré la respuesta a esa duda que me carcomía por dentro. Hoy me encontré con Dominick al salir del trabajo. Había pensado que, tal vez aún una parte de mí guardaba algún sentimiento hacia ese infeliz, pero hoy me di cuenta de que ya nada es lo mismo. Ya no siento esas emociones y sentimientos que antes sentía. No sentí nada más que no fuera vergüenza de haber elegido mal, de haber sido tan confiada y estúpida. Siento que he liberado un gran peso de mis hombros habiendo aclarado esa duda y miedo.
—Me alegra mucho que te sientas mejor—tomó mis manos y las llevó a sus labios, plasmando un suave y delicado beso que solo me trajo recuerdos de lo que sucedió la otra noche—. Este es un nuevo comienzo para nosotros. Pronto se acaba el año, deberíamos dejar todo atrás y enfocarnos en la crianza de nuestro hijo.
—Concuerdo.
Tuve la sensación de que el corazón se me subió a la garganta.
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En La Guerra Y El Amor Todo Se Vale [✓]
RandomAmelia fue acusada y juzgada por un delito que alega no haber cometido. Juró tomar venganza contra esas personas que le hicieron tanto daño, teniendo como objetivo principal a Dominick; padre de su hijo y principal culpable de que la hubieran encerr...