✨🪐☁️- 20. 𝗞𝗶𝗺𝗯𝗲𝗿𝗹𝘆 𝗘𝘃𝗮𝗻𝘀

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-¿Que es esto?—La chica rubia, Lexy, preguntó ante la imagen de la casa Wheeler llena de hilos.

-Dev dice que es una alarma.—Le respondí a la chica en base a lo que Devon me había dicho mas adelante.

-Eso es estúpido, ya tenemos una alarma.—Lo que la chica decía tenía sentido.

-Y es de este siglo.—Continúe la frase de la chica.

-Sí, pero no queremos a la policia aquí, no quiero a mi madre aquí.—Asentí ante la intervención del de tez morena, tenía sentido que el chico velara por su madre, y era bastante tierno al mismo tiempo.—Listo, si Chucky viene, esa muñeca se moverá.—Devon señaló a una perturbadora muñeca que se encontraba estática, con todos los hilos atados en ella.—Ahora, hay que vigilar.—

-Probablemente mi habitación sea zona roja.—Jake habló, indicando que probablemente el primer sitio a donde el muñeco iría, sería su cuarto.

-Bien, piedra, papel o tijera, y quien gane, va al cuarto.—Devon mencionó, Jake asintió y se dispuso a jugar contra el moreno, sin embargo, esto era una estupidez.

-Parecéis críos.—Me reí de ellos.—Yo iré.—Me dispuse a subir las escaleras cuando la rubia me llamó.

-¡Ellie, yo voy contigo!—Asentí indicando que me parecía correcto, no venía mal un poco de compañía, ademas, últimamente me llevaba mejor con Lexy.

-Beth, asegúrate de que no toque nada de mis cosas.—Jake me habló, rodé los ojos y subí hacia el cuarto del rizado acompañada de una chica rubia, al llegar, cerramos la puerta y preparamos nuestras armas ante la posible entrada de Chucky, sin embargo, después de comprobar que el muñeco no estaba ahí, bajamos los bates.

-Por cierto.—Miré a la rubia.—No tuve tiempo de preguntarte, ¿qué es eso de que Jake y tú...?—

-¿Nunca te ha gustado nadie, Lex?—

-Esas miradas no son de gustarse, chica, son de algo mucho más grande.—Sonreí ante el comentario de la chica, realmente quería a Jake y de alguna manera me agradaba que eso fuera visible a ojos ajenos.

-Bien, ¿nunca te has enamorado, Lex?—

-Claro, pero lo que quiero es que me cuentes, ¿cómo pasó, y por qué no me lo contaste antes?—

-Pues, simplemente pasó, y no sabía que debía contarte todo.—

-Bueno, quizá, pero solo quizá, me caigas bien y te considere una amiga.—Lexy miró hacia otra parte, pude intuir que le costaba admitir que me quería.

-Bueno, Lexy, pues quizá, pero solo quizá, yo piense igual.—Ambas reímos.

-Es reconfortante, ¿sabes?—Miré a la chica confundida, ¿qué era reconfortante?—No estar sola, antes me sentía así constantemente, por mucha gente que saliera conmigo o me hablara, sé que en realidad no le caigo bien a nadie, y se podría decir que tú eres mi mejor amiga.—No pude evitar sonreír y dirigirme hacia ella para abrazarla fuertemente, provocando que se quejara.—¡Beth!—

-¡Eres adorable cuando quieres!—

-¡No!—Ambas reíamos, sin embargo, nuestros juegos y risas fueron interrumpidos por el agonizante sonido de unos pasos afuera de la habitación, lo cual hizo que ambas nos alarmáramos.

-¿Dev?—Lexy llamó al chico pensando que era él, mientras que yo llamé a mi pareja.

-¿Jake?—Alzamos nuestras armas ante la posible amenaza que andaba por el pasillo en dirección a nosotras, la espera fue terrible, hasta que la puerta se abrió, dejando ver a un pequeño muñeco pelirrojo que sostenía un cuchillo en su mano. Lexy y yo temblábamos mientras por cada paso hacia adelante que Chucky daba, nosotras lo dábamos hacia atrás. En ese momento me di cuenta de lo mucho que necesitaba esa protección que el chico se cabellos rizados me brindaba, deseaba con todo mi ser que Jake estuviera ahí, su simple presencia ya me hacía sentir muchísimo más segura, pero para mi desgracia, el chico no estaba, y el muñeco seguía ahí. Para nuestra sorpresa, este pronunció unas palabras que nos dejaron atónitas.

-Ey, no tenéis porque asustaros, en realidad, hay una forma de que salgáis vivas de esta.—La fría y macabra sonrisa del pelirrojo me estremecía, sin embargo, ambas quedamos expectantes de esa forma de salir con vida.—Debéis matar a Jake.—Lexy me miró, esperando una respuesta por mi parte, sin embargo, yo no era capaz de pronunciar palabra alguna. Volví al planeta Tierra cuando vi al antes mencionado entrar sigilosamente por la puerta de la habitación, con un arma en mano, me tranquilicé y decidí seguirle la corriente al muñeco, para darle tiempo a Jake de atacarle por la espalda.

-¿Es la única forma de salir vivas?—Nunca había sido buena actriz, y mi frase no sonaba para nada convincente, sin embargo, el muñeco sonrió ante ella.

-En efecto, Elizabeth.—El momento exacto en el que pronunció mi nombre fue crucial para mí, un escalofrío recorrió cada parte de mi cuerpo, sin excepciones.

-Bueno, Lexy...—Miré a la rubia.—Si es la única manera, quizá... debamos hacerlo.—La chica me miró confundida, para entender a los pocos segundos mis verdaderas intenciones.

-Ellie, ¿no te enfadarás si mato a tu novio?—Miré de nuevo hacia el chico, quien cada vez estaba más cerca del muñeco, luego, miré a Lexy y negué con la cabeza, esta miró de nuevo al muñeco, y para eso Jake estaba a cuatro o cinco pasos más de este.—En ese caso, aceptamos.—El muñeco sonrió, y justo cuando Jake iba a atacarlo, la madera del suelo nos la jugó, y chirrió haciendo que el muñeco notara lo que verdaderamente estábamos queriendo hacer, y por supuesto, notará la presencia de Jake, se giró rápidamente para pasar corriendo entre las piernas del chico, dejando como recuerdo un corte en una de estas, Jake perdió la estabilidad ante esto y yo corrí hacia él para ayudarle, mientras que Lexy cogía su arma para ir detrás del muñeco. Cuando Jake pudo caminar, corrimos hacia el pasillo para ver a Chucky pasar corriendo por el costado de Devon, ni siquiera hizo el amago de herirle, corrió directamente.
Tratamos de seguirle pero le habíamos perdido la pista, no sabíamos donde estaba y de repente, sin esperarlo, la presencia de la madre de Devon irrumpió la casa.

-¿Devon, estás aquí?—

-¿Mamá?—La mujer subió las escaleras, y de una especie de puerta en la pared, saltó Chucky, quien se aferró al cuello de la Sra. Evans mientras se burlaba de Devon.

-¡Ey, Devon, mira esto!—El pelirrojo permanecía agarrado firmemente al cuello de la mujer, lo cual la espantó e hizo que tratara de librarse de él, para su desgracia, lo consiguió estando en el borde de la escalera, dio un mal paso y cayó por esta. Nunca iba a olvidar el desagradable sonido que hizo su cuello al romperse debido a la caída.

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beesiiiiiis<333

𝙨𝙞𝙢𝙥𝙡𝙚𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚, 𝙚́𝙡; 𝘫𝘢𝘬𝘦 𝘸𝘩𝘦𝘦𝘭𝘦𝘳-#𝟭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora