"Bajo la Luna Azul de invierno te conocí, bajo la Luna Azul de invierno marqué nuestro destino y te perdí"
La lucha de poder entre Vampiros y Licántropos cobra un giro inesperado, una unión que para los primeros significa una luz de esperanza y salv...
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No necesita desesperarse, ni buscarlo con la mirada como cualquier mortal que tiene la necesidad de volver a ver a alguien que ha llamado su atención, a pesar de haber bloqueado sus sentidos, el Rey de los Vampiros puede percibir a la perfección el aroma a orquídea de invierno que ambos comparten.
"Está cerca", piensa con orgullo después de haberse ganado un voto de confianza del Rey Alfa Licántropo, su cambio de propuesta de matrimonio no ha sido aceptada por completo, pero la primera autoridad de los Licántropos no puede negarse a comprobar que los designios de su Diosa Luna han unido el destino del Vampiro con el del joven Licántropo.
¿Lord Sunghoon se ha cuestionado a sí mismo sobre su extraño interés en el Príncipe Omega?
Por supuesto que sí, exista o no una explicación científica a la atracción que el Príncipe Omega le genera, no es algo que lo tenga intranquilo, mas todo lo contrario, es la primera vez después de largos años vagando en la inmortalidad y una vida dedicada a cumplir lo que los demás esperan de él... Que se siente vivo, realmente vivo mucho más cuando Jaeyoon ingresa al salón principal del Palacio Licántropo.
La intensidad del color rojo tono carmesí del blazer elegido por el Príncipe Omega, llama por completo su atención, el contraste de colores con sus pantalones negros y su camisa blanca de seda conforman el atuendo perfecto para ser utilizado en una ocasión tan importante como ésta y el Vampiro no podría estar más satisfecho.
Como si fuera posible, Lord Sunghoon se sorprende aún más al notar que ambos han elegido llevar un broche similar, decorado con piedras preciosas sobre los lazos negros que adoran sus estilizados cuellos.
"¿Será una simple coincidencia?", se pregunta a sí mismo mientras una sonrisa ladina se dibuja en su serio y sombrío semblante.
Su análisis continúa y se detiene en la pequeña y delicada tiara dorada que representa una corona de hojas de laurel, que decora coquetamente los negros cabellos del menor de los Príncipes Omegas y le permite tener una visión perfecta del rostro de rasgos etéreos conformado por detalles masculinos y femeninos que hasta este momento ha rondado cual intruso por sus pensamientos y más secretos deseos.
—¡Es él!
Exclama con cierto aire triunfador, mientras su Consejero Real sigue al Príncipe Omega con la mirada y finalmente puede comprender el porqué de la emoción que el joven de cabellos negros genera en su mandatario.
—Ahora lo entiendo perfectamente mi Lord, el Príncipe Jaeyoon es simplemente encantador y su dulce aroma a caramelo es difícil de pasar de largo.
Le responde sin evitar sonreír, mientras disfruta con placer las características físicas del nuevo candidato a ser el compañero de vida de su Rey Vampiro; por su puesto, su actitud no pasa desapercibida para el celoso y territorial Rey de los Vampiros.
