Capítulo 5.

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Goku, Leo y Mimosa caminaban por los pasillos del castillo Vermillion camino a la cocina pues Goku nuevamente tenía hambre.

-¡Por fin podré comer algo! Ya hace bastante tenía hambre -exclamó el saiyan extendiendo sus brazos con ánimos.

-¡Ja! Te aseguro que el desayuno te encantará, nos pudimos preparar mejor esta vez ya que tenemos una idea de lo que comes -dijo Leo con confianza pues ayer se había sorprendido mucho al ver el apetito feroz de su amigo.

-Me alegra oír eso porque la comida que tienen aquí es muy deliciosa jeje -habló el pelipuntas posando sus manos por detrás de su nuca sonriente.

Mimosa en cambio solo observaba al duo con una pequeña sonrisa, aliviada de haber pasado de aquella situación de hace unos momentos.

-¿Tú vas a comer con nosotros Mimosa? -Goku preguntó fijándose en la castaña.

-O...oh, es que yo ya he comido algo y... -respondió algo nerviosa pues no quería ser una molestia, incluso si este era el castillo de sus parientes.

-¡Heh! ¡Eso qué importa! Solo come con nosotros, no seas tímida -Goku chibi habló cómicamente molesto asombrando un poco a la maga por aquella reacción tan repentina- Me gustaría poder compartir con una nueva amiga, además sé que uno nunca está lleno del todo para la comida jijiji -añadió con una sonrisa de dientes.

-¿A...amigos? -con sorpresa y nervios preguntó, apenas se habían conocido y él ya la consideraba una amiga, eso le alegraba.

-Pues claro que somos amigos, me curaste y me dejaste como nuevo, por eso puedo saber que eres una muy buena persona -habló con inocencia el chico causando que los hermosos ojos verdes de la chica se abran más por la sorpresa.

-Eso no fue na...nada -trató de decir, pero cayó en oídos sordos pues Goku solo respondió con otra de sus clásicas sonrisas antes de volver a hablar.

-Además podrás curarme cada vez que me sobrepase con algún entrenamiento o pelea -añadió el chico causando que a Mimosa se le forme una enorme gota de sudor en la nuca.

-Ya...ya veo -una pequeña nube negra se formó sobre su cabeza- Soy como un botiquín... -murmuró levemente decaída mientras Goku sonreía alegre.

-¡Jajajaja! ¡También eres divertida Mimosa! -exclamó el chico alegre.

-Es cierto Mimosa, no pongas tantas excusas y ¡Vamos! -exclamó Leo tomando de la muñeca a su prima y amigo para comenzar a correr de forma energética.

No tardaron mucho más para llegar al comedor que era iluminada por la luz natural que entraba por las enormes ventanas del salón.

En el centro de la misma se encontraba una gran mesa de madera pulida, decorada con algunas rosas y manteles además de servilletas y cubiertos, pero sobre todo, la misma se encontraba inundada de todo tipo de comida que hizo babear al joven guerrero que tras un parpadear de los primos lo vieron ya sentado sobre una de las cómodas sillas que estaban al rededor de la mesa.

-¡Qué rápido! Ni lo vi -habló Leo chibi asombrado corriendo igualmente hacia Goku que parecía estar esperando, aunque haciendo uso de su gran voluntad para no empezar a comer sin sus amigos.

-Jajaja, al parecer a Goku-san le gusta bastante comer, lo emociona mucho -mencionó Mimosa con diversión también apresurándose en llegar.

Inesperadamente se la estaba pasando bien con este pelinegro desconocido, aunque tuvo que bajar mucho de sus nervios para eso.

Leo se sentó a la derecha de Goku y Mimosa a la izquierda aunque la mesa sea enorme.

-¡A comer! -exclamó Goku sin perder tiempo tomando unos panqueques con un tenedor introduciendo todo a su boca rápidamente asombrando de sobremanera a Mimosa.

El Saiyajin del TrébolМесто, где живут истории. Откройте их для себя