Capítulo 6.

1.6K 227 147
                                    

Los hermanos Vermillion junto al pequeño Son caminaban por las calles de la zona media de la ciudad del trébol.

Los más jovenes juguteaban de un lado para otro provocando alguna que otra sonrisa en la mujer hasta que por fin se detuvo llamando la atención de Goku.

-¡Ya dime a dónde vamos Leona! -exclamó Goku ansioso pues la mujer no le había querido decir.

-Je, pues calmate mocoso porque ya hemos llegado -habló ella parando de caminar abruptamente.

Goku y Leo miraron curiosos una gran capilla en frente suyo y a los alrededores varios niños que jugaban alegres entre ellos con cualquier cosa, palos que usaban como espadas, bolsas que usaban como pelota, muñecas y muñecos hechos de tela y muchas cosas más hechas de forma artesanal probablemente porque no era una zona que se caracterice por su economía.

-¿Qué es este lugar hermana? -preguntó Leo curioso mirando el lugar sin percatarse ambos de cierto detalle.

-Aquí es donde se encuentra una de las personas a quien demuestro mi admiración -respondió con una gran sonrisa la mujer posando sus manos sobre su cintura.

De repente cierto ruido llamó la atención de los dos hermanos, se giraron a ver detrás de ellos notando algo que les sacó una gran sonrisa.

-Je, todavía eres un niño después de todo eh -habló ella analizando a Goku.

El peliputas se encontraba jugando con una pelota realizando algunas acrobacias mientras era admirado por los demás niños que reían y jugueteaban de aquí para allá.

-¿Quieren ver otro truco genial? ¡Miren! -exclamó Goku sonriente mientras con gran fuerza pateaba la pelota con con una tremenda velocidad salió volando hacia el cielo.

-¡I...impresionante señor! -una niña rubia de unos hermosos ojos violetas habló levemente sonrojada mirando a Goku.

-¡Increíble nii-chan! ¿Cómo lo hiciste? -preguntó uno de los pequeños cuyo cabello era rojo corto con una camiseta blanca que parecía algo gastada al igual que sus pantalones verdes y zapatos marrones.

-Con mi pierna jeje -respondió Goku posando sus manos por detrás de su nuca alegremente causando unas gotas de sudor en el niño y sus amigos.

-¿Qué clase de magia tienes? ¿Una que potencia la cualidades físicas? -preguntó una chica también pelirroja muy similar al otro niño, aunque más baja que el azabache.

-¿Magia? Oh, yo no tengo eso, mi fuerza es resultado de mi duro entrenamiento con mis maestros -respondió el saiyan inflando el pecho con orgullo.

-¿Si...sin magia? E...eso es difícil de creer -murmuró la chica abriendo sus ojos con asombro mientras los demás pequeños miraban a Goku con más admiración.

-Oye Goku, ¿Qué haces? -preguntó Leopold acercándose a su amigo con una sonrisa.

-¿Huh? Estaba hablando con ellos -respondió con tranquilidad el joven señalando a los niños que se asombraron un poco al ver al niño de la realeza.

Leopold miró unos segundos a los niños, pero no tardó mucho para saludarlos con una gran sonrisa que alivió a los pequeños.

-Luca, Marco y Marie, con que aquí están -habló una anciana con cabello corto y de color claro. Tiene una cicatriz grande e irregular que recorre su ojo izquierdo y se extiende desde la frente hasta la mejilla izquierda, la misma vestía como monja y se encontraba acompañada de Mereoleona.

-Esos son mis pequeños, Theresa-sama -Mereoleona habló señalando a Leo y Goku.

Goku analizó a la mujer adulta unos segundos, tras algunos parpadeos sabía lo que tenía que hacer.

El Saiyajin del TrébolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora