Niño bien

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Los Hale eran una familia respetable, la matriarca, Thalía, era jueza de la nación, una carrera intachable, su esposo, Alexander era un escritor famoso, su hermano, Peter y su hija, Laura, eran médicos, eminencias en su especialidad, y Derek, su segundo hijo, era su mayor dolor de cabeza.

Derek tenía veinticinco años, era abogado pero no ejercía, era representante de su padre, cuando no estaba de fiesta o borracho.
Su vida era un completo caos, y un día tuvo que pagar las consecuencias.
En una de sus tantas fiestas, con su novia o novio de turno, Derek choco su Camaro negro contra un local de comidas rápidas, por suerte nadie salió herido, solo daños materiales. Cuando Thalía se enteró de la noticia, y después de asegurarse de que su hijo estuviera bien, ideó un plan.

Thalía estaba harta del comportamiento de su hijo, era irresponsable, egoísta, y altanero, a diario se preguntaba en que se había equivocado tanto, y para colmo, cada vez que hablaban terminaban peleando. Thalía estaba a punto de darse por vencida, pero la vida le regaló una última oportunidad.

Derek tuvo que permanecer internado, los médicos querían asegurarse de que no tuviera ninguna contusión, y que se le pasara la borrachera, en ese tiempo la familia de Derek, ponía en marcha su última esperanza de ayudar al menor de los Hale.
Thalía llamo a un juez amigo y le pidió un favor, Alexander llamo a su amiga Melisa, ella manejaba un refugio, le pidió que hiciera una nota solicitando ayuda, por su parte Peter y Laura, colaboraban con un comedor comunitario, Peter llamo a Deaton, el encargado del comedor, y le pidió que escribiera una nota.

Derek estaba parado frente al juez, orgulloso y soberbio.
Juez: Señor Hale, nos volvemos a ver.
Derek sonrió de costado.
J: A usted si que le gusta tropezar con la misma piedra.
Dijo mientras leía unos papeles.
J: Sabe señor Hale, mí trabajo no solo me permite encerrar delincuentes, sino también ayudar y prevenir males mayores, usted es un privilegiado, se ha criado rodeado de lujos y abundancia y creo que es momento de que conozca  la otra cara del mundo.
Derek bufó, odiaba los sermones.
J: Veo que mis razones lo aburren. Señor Hale, lo condenó a un año de servicio comunitario y le revocó su permiso de conducir por el mismo tiempo. En caso que se rehuse a cumplir su condena, será detenido y encerrado por el tiempo antes dicho.
Y sin más el juez abandonó el recinto.
Derek se desplomó en la silla, sabía que estaba perdido. El pensó que solo le daría una multa, como las veces anteriores.

El juez le entrego una carpeta y le explicó en que consistía su condena, debía trabajar en el área administrativa del refugio "Hope", eso por las mañanas, y por las tardes debía servir comida en el comedor comunitario "Smile", Derek no pronunció palabra alguna, y cuando el juez le dijo que podía retirarse lo hizo sin siquiera mirarlo.
Cuando salió del despacho, sus padres lo estaban esperando, Laura y Peter, prefirieron marcharse, sabían que Derek iba a estar de mal humor y no querían iniciar una pelea.

Derek se bajó del auto maldiciendo a todos, ese estúpido juez le había quitado lo que más amaba, conducir, encima lo obligaba a tratar con personas inferiores a el, y no solo eso también debía donar la mitad de su sueldo, ese maldito viejo le tenía envidia, porque el era Joven, guapo y rico.
Subió a su habitación y se durmió odiando a todos.

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