Hola mi nombre es Mía Gallardo, tengo 24 años y viví toda mi vida en Córdoba, capital, vivía solamente con mi mamá.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
- Por favor Mía, se lo prometiste a tu mamá - hablo mi tía al otro lado de la puerta de mi habitación -
- Decile que pase - respondí abriendo la puerta -
Me senté en mi cama dando la espalda a la puerta y viendo una foto que tenía con mi mamá, no paso un día y ya me hace demasiada falta.
- Mía, lo siento mucho, lamento tu pérdida hija - Hablo mi "Papá" -
- Gracias, pero no me llames hija. Nunca cumpliste ese rol, al menos no conmigo. -hablaba sin mirarlo, hacía mucho tiempo no lo veía - de que querés hablar - me pare y caminé hasta mi tocador para dejar la foto -
- No sé si tu mamá lo dijo, pero me pidió que fueras a vivir conmigo, quería que te cuidará - Hablo sentado en un sillón de mi habitación, lo notaba nervioso -
- No me dijo nada, no quiero que me cuides, mi mamá me crío y cuido sola 24 años, no crees que ya estoy grande como para que me andén cuidando como una bebé - respondí un poco molesta -
- Yo sé todo lo que pasó estos años, pero fue algo que hablamos con tu mamá. Solamente quiero cumplir su última voluntad - hablo parándose - pensá bien tu decisión, me voy a quedar 2 días en Córdoba, estaré en el Sheraton, te estaré esperando Mía - dijo y se fue -
- te vas a cansar de esperar - dije tirándome en mi cama -
No paraba de llorar y recordar a mi mamá, nuestras noches de pelis, de risas y llanto cuando los medicamentos no le calmaban el dolor. Ahora la que necesita algo para el dolor soy yo, siento un vacío enorme en el pecho, siento que me falta una parte de mi.
Al otro día me levanté y me entre a bañar, era difícil ver cada rincón de la casa, era raro que no me nombrará para que la ayude en algo. Se sentía horrible.
- Que le dijiste a tu papá - pregunto mi tía sirviendo el desayuno -
- No le digas así, no le respondí, mañana se va, me dijo que estará en el Sheraton esperando una respuesta - dije dándole un sorbo a mi café -
- Que decidiste - pregunto curiosa mientras untaba una tostada con mermelada -
- Nada, no pienso ir - respondí y ella me miro bastante sería -
- esto me dejó tu mamá Mía, dijo que ibas a decir eso y cuando lo hicieras, me pidió que te entregué esto - hablo entregándome un pendrive -
Termine de desayunar y de limpiar todo, mi tía se había ido a su casa, se estaba quedando conmigo para que no me sienta sola. Fui a mi habitación, busque mi computadora y coloque el pendrive para ver de qué se trataba.
- Hola hijita linda, mi princesa bonita. Supongo que cuando veas esto yo ya no esté más físicamente a tu lado y lo más probable es que tú papá te buscará. Hablé con el y le pedí que te cuide y que se acerque a vos, yo sé que te haces la fuerte y haces como si no lo necesitarás, pero ambas sabemos que no es así, siempre lo echaste de menos y deseabas que este a tu lado. Tu papá me dio su palabra que iba a intentar remediar el daño que ambos te causamos, recuperar un poco el tiempo perdido y ganarse tu cariño. Mi último deseo hija mía es verte de donde me encuentre, saber que le vas a dar una oportunidad, tu papá se la merece amor, el siempre respeto lo que yo decidí por vos, porfavor Mía, dale una oportunidad, hacelo por mi. Te amo y siempre voy a estar a tu lado mi princesa, fuiste el mejor regalo de todos. No olvides nunca de ser feliz y sonreír, adiós mi niña hermosa
