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𝘼𝙞𝙙𝙚𝙣 𝙒𝙖𝙡𝙠𝙚𝙧 - 𝙏𝙖𝙧𝙙𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙊𝙩𝙤ñ𝙤
Siento como alguien me apretuja demasiado como para despertarme.
Ayer fue Navidad y nos acostamos tarde, lo que menos quiero ahora es levantarme.
—Buenos días —. Deja cálidos besos en mi mejilla.
Puedo sentir su abdomen pegado a mi espalda, me produce más calidez y más ganas de dormir.
—Aideen… —. Hablo adormilada aun con los ojos cerrados. —Déjame dormir.
—Pero ya son las 10.
—¿Y?
—Que ya es hora de levantarse, tengo todo un día planeado juntos.
Suelto un quejido en respuesta y me cubro más con la sábana.
—Vamoos —. Me sacude. —Te va a gustar, no necesitamos salir de casa.
—Entonces lo podemos empezar más tarde. Dame media hora más.
—Noo —. Habla desanimado.
—Te enseñó mis abdominales si te levantas —. Lo miro adormilada.
—A ti no te sale —. Digo para después cubrirme completamente la cara con la sabana.
Dejó de insistir y se levantó de la cama, el silencio en la habitación hizo que me volviera a dormir fácilmente.
Pasó un rato en el que extrañaba que Aiden me molestara, y me desperté por mi propia cuenta.
Veo mi celular y me doy cuenta de que son las 01:00 pm.
Ups, me pasé.
Entro al closet y veo que hay una pijama navideña en una sillita. La agarro y me meto al baño.
Espero que Aiden siga en pie con la idea de un día juntos. Debí haberme levantado cuando me lo pidió.
Al entrar al baño en el cesto de la basura veo una nota, la alcanzo a leer.
Buenos días, bonita.
Ponte esta pijama para nuestro día juntos. Yo cargo una igual, te veo en la sala. :)
Tu guapo prometido, Aiden.
Mierda, la he cagado terriblemente. Detesto a mi yo de las mañanas.
Aiden preparó un día especial para los dos y preferí dormir.
Me arreglo rápidamente, poniendo la pijama navideña.
Se me apachurra el corazón cuando veo que tiene un diseño muy bonito.
Y en lo que él debe sentir por que lo rechacé.
Aaah Dios, porque soy así. Soy una mala novia.
Bajo las escaleras y quiero llorar.
Él árbol de navidad tiene varios regalos debajo, aparte de los que yo había dejado. Y él está sentado en el sillón con cara de pocos amigos viendo la televisión con una pijama igual que la mía.
Bajo lentamente, no me mira y se que sabe que estoy aquí.
Me siento aún lado de él mirándolo.
—Perdón… —. No me mira en lo absoluto.
Está viendo nuestra saga favorita Harry Potter.
Subo mis rodillas a mi pecho y las abrazos.
Me siento terrible, quiero llorar.
—La pijama está bonita.
Sigue sin verme. Me estremezco cuando se para y se va de la sala. Lo único que hago es bajar mi cabeza.
Una lágrima resbala por mi mejilla, la limpio y luego cae otra.
Maldita sea, detesto estar tan sensible.
La estuviéramos pasando genial si no fuera por mí y mis malditas ganas de dormir.
Escucho que se para enfrente de mí y me extiende algo.
Un caja negra de plástico.
Lo miro y veo esos hermosos ojos dorados, aun sigo viendo molestia en él.
—¿Qué es? —. Pregunto, inhalando por la nariz para que no se me escurra el moco.
—Abrelo.
Al abrirlo veo que es una rebanada de Lasagna, mi comida favorita, acompañado de otras guarniciones más.
Eso bastó para que me pusiera a llorar enfrente de él.
—Perdón, soy muy mala contigo, tú eres tan lindo y atento.
Aiden se sentó a un lado y me atrajo hacia él poniendo mis piernas en su regazo.
—No eres una mierda —. Me abraza fuertemente como en la mañana.
—No dije que lo fuera —. Hablo entre sollozos.
Me mira fijamente.
—Por eso dije que no lo eras —. Una pequeña risa se dibuja en su rostro.
Río levemente, se acerca a mí poniendo su cálida mano en mi mejilla.
—Perdón por arruinar el día.
—Te perdono, aunquee… todavía queda la noche —. Baja y sube las cejas con una mirada coqueta.
Sin más que decir me acerco a él y lo beso suavemente, me recuesta en el mueble y antes de que prosiga lo detengo.
—Hey, dijiste en la noche, ahora tengo hambre.
—Me puedes comer a mi.
—El postre va al final —. Menciono dandole un golpecito en el abdomen.
Él ríe y me pasa mi comida, después de eso no las pasamos maratoneando la saga de Harry Potter y riéndonos por los comentarios que hacíamos.
Y todo esto hubiera salido mejor si ALGUIEN SE HUBIERA LEVANTADO TEMPRANO.
Hicimos una pequeña pausa para abrir los regalos, el último regalo me dijo que es especial.
Al abrilo puedo observar dos boletos.
—¿Y esto? —. Lo miro y tiene una de esas sonrisas que tanto me derriten.
—Revisalos.
Lo miro con los ojos muy abiertos.
—Nooo, estas jugando, porque si esto es una broma te va a ir muy mal.
Él ríe y asiente.
—Son verdaderos, nos vamos el 30, pasaremos año nuevo en New York.
Me abalanzó hacia él sumamente emocionada, rodeandolo con mis brazos.
Él boleto es un viaje con destino a New York. Uno de los lugares donde más se reúnen las personas a pasar el año nuevo.
"Me enamore de él. ¿Y saben por qué? Porque ya no quiero conocer a nadie más".
—————————————————— ¡Honolulu!
¿Qué les ha parecido?
Espero y les hayan regalado a un capullo ;) y se la hayan paso muy bonito.
