—Iré a ver qué hay en la mesa de bocaditos— Changbin se paró soltando un suspiro al ver como Felix desaparecía entre los invitados —¿Quieren algo?— miró a Jisung y Jeongin, ambos negaron por lo que sólo asintió y comenzó a caminar alejándose de la mesa.
—No creí que íbamos a pasar de esta manera— Han se cruzó de brazos acercándose un poco hacia su amigo.
—¿Y cómo creíste que sería?— Jeongin lo miró levantando una ceja.
—No lo sé, pensé que íbamos a estar juntos, tal vez nos presentarían a algunas personas...— desvió la mirada hacia donde seguía Minho con aquella chica —No creí que mi novio me iba a dejar sólo para ir a bailar con cualquier chica, dijo que sería únicamente una canción y ya llevan varios minutos ¿tanto lo está disfrutando?¿Para qué vine entonces?—
—Es alguien importante después de todo, tiene una imagen que mantener— el menor reflexionó sobre sus propias palabras bajando la vista hacia sus zapatos —Deben comportarse como comúnmente lo harían ¿no?—
Un silencio se formó después de eso, ambos sabían que sería difícil mantener una relación con personas como lo eran Hwang Hyunjin y Lee Minho, pero para ser sinceros, nunca se habían imaginado estar en esa posición. Tal vez se debía a la ley de la atracción, alguna divinidad vió el anhelo en su corazón o simplemente fue mera suerte el ser correspondidos, parecía tan irreal que a veces no lo terminaban de creer, ignorando por completo todo lo que conllevaba. Nada puede ser tan bueno, no puede salir tal como se lo imagina o seguir de esa manera. Y recién comenzaban a caer en cuenta de aquello.
—Vamos a dar una vuelta— ofreció Jisung encogiéndose de hombros —Supongo que tardarán un rato y sólo nos vemos patéticos aquí sentados esperando quien sabe qué cosa— se puso de pie extendiendo una mano hacia el menor —No nos pasamos horas arreglándonos para estar perdiendo el tiempo, al menos intentemos lucirnos mientras aprovechamos estar en este lugar—
Jeongin sonrió ligeramente y con un pequeño asentimiento de cabeza aceptó la ayuda de su amigo para ponerse de pie. Pasaron junto a Seungmin, quien había invitado a bailar una chica y ahora se encontraban hablando animadamente, le desearon suerte indicándole que estarían por ahí.
Salieron por una de las puertas laterales hacia el patio trasero, el límite entre la propiedad de los Yoo y la contigua se marcaba por algunos setos de tonalidades vino perfectamente cortados y lo suficientemente altos como para impedir la vista hacia el otro terreno.
Jeongin sonrió de lado recorriendo con su vista la edificación junto a él, las enormes paredes blancas perfectamente cuidadas sin tener ni una sola muestra de pérdida de pintura, las luces ubicadas de la mejor manera para proporcionar luz suficiente alumbrando el camino pero sin invadir con su intensidad la visibilidad y sea un estorbo, inclusive el mismo camino estaba cubierto de piedras combinadas entre sí diferenciando del césped verde y brillante. Nunca imaginó que algún día podría estar en un lugar así.
Su familia tenía el dinero suficiente para subsistir, una casa pequeña y cómoda donde compartía habitación con su hermano menor, no les faltaba nada aunque tampoco pudieran darse esas comodidades. Todo cambió el día que descubrieron que estaba saliendo con un chico.
Completamente indignados y preguntándose que era lo que habían hecho mal para tener un hijo así, concientes de que no cambiaría, sus padres lo echaron de la casa dándole tiempo a penas de tomar algunas de sus pertenencias y algo de dinero que tenía ahorrado. Los primeros días se quedó junto a quien fue su novio, pero este al ver la situación tan deplorable en la que se encontraba lo abandonó a su suerte diciéndole que había sido admitido en la universidad y residiría en el campus.
Sin tener a donde ir caminó sin rumbo por las transitadas calles de Seúl, deteniéndose a gastar los últimos wones que le quedaban en algo de comer. Fue en esa tienda donde conoció a Kim Seungmin, un empleado de medio tiempo que pronto se convertiría en su mejor amigo y lo ayudaría a salir adelante.
—¿Puedes creerlo?— comentó rompiendo el silencio que se había formado mientras Jisung contemplaba el lugar con la misma atención —Estar en un lugar así, siendo invitados, sin que nos juzguen por cualquier cosa—
—Parece mentira— Han rió de lado —Pero sería mejor no tener que aparentar... Estamos aquí, pero seguimos sin ser nosotros mismos teniendo que escondernos—
Mirando a través de los amplios ventanales de cristal, se fijaron en las parejas que bailaban al compás de la canción, algunos hablaban, otros reían, incluso hacían pequeños juegos pasando desapercibidos por el resto de la gente, disfrutando de la compañía mutua.
—Tal vez algún día podamos ser así ¿no?— Jisung se apoyó en una de las columnas de la mansión sin quitar su vista del interior.
Jeongin no respondió, simplemente decidió olvidarse de la realidad un momento imaginándose como sería estar de esa manera con Hyunjin, danzando a la par mientras reían porque el menor no sabía hacerlo y terminaba pisándolo de vez en cuando, poniéndose nervioso cada que hiciera esos gestos imprevistos como besarlo sin aviso, riendo por lo dramático que podía ser el CEO, incluso tratando de ayudarlo aunque no supiera nada de lo que estuviera haciendo.
Lo que parecía ser un silbido interrumpió sus pensamientos haciendo que frunciera el ceño mientras se volteaba a mirar con enojo al responsable.
—¿Ese es Hwang Hyunjin...— escuchó como el mismo hombre preguntaba a quien estaba a su lado captando de inmediato la atención de Yang —...Y Yoo Jimin?—
—Recuerda que tras ir a Estados Unidos cambió su nombre oficialmente a Karina, la noticia debe ser bien redactada— corrigió inmediatamente su compañero —Evidenciada con esta foto nos traerá grandes ganancias, aunque debemos hablar primero con las familias para saber cuánto están dispuestos a pagar para que nos mantengamos callados—
Jeongin sin comprender y con algo de duda se acercó, tenido cuidado, hasta los hombres logrando ver la pantalla de la cámara en sus manos mostrando una escena que hizo que su corazón se estrujara. Era más que obvio que la fotografía era de esa misma noche por la vestimenta que llevaban.
Los hombres se dieron cuenta de que los estaban mirando volteándose inmediatamente a verlo.
—Más te vale no decir nada chico— amenazó uno de ellos parándose imponente frente a Yang —Esta noticia es nuestra y no puedes andar esparciendo rumores, si lo haces lo sabremos y créeme te irá muy mal—
Se alejaron dejando anonadado al menor tratando de encontrar una respuesta a todo lo que estaba pasando. Busco rápidamente con la mirada una de las mesas del patio trasero y se sentó tomando la primera silla que encontró. No quería creer que Hyunjin sólo estaba jugando con él ¿por qué lo haría? ¿Qué se supone que sacaría de todo eso? Pero en la foto se lo veía sonriendo verdaderamente.
Él sabía que no tenía comparación con la heredera de los Yoo, tenía todo lo que él no y existía una razón que pesaba en mayor medida sobre todo lo bueno que pudiera encontrar, era una chica, alguien que le brindaría a Hyunjin una vida plena junto a una familia. De seguro al verla de nuevo después de tantos meses Hwang recordó que no podía gustar de un hombre, se dió cuenta de que dejaría atrás una persona tan valiosa como lo era Karina y pronto llegaría a decirle a Jeongin que hasta ahí quedaba lo que sea que tenían.
Y Jeongin no estaba preparado para aquello.
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»»--☕Coffee Shop☕--«« [Hyunin]
FanfictionA sus 25 años Hwang Hyunjin tenía todo lo que cualquiera soñaría, con su increíble capacidad para los negocios y el apoyo de su mejor amigo, logró convertirse en el CEO de la empresa de su padre apenas salió de la universidad. Todo estaba bien en su...
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