Conecta los puntos

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—Feliz cumpleaños—murmuró Kara en voz baja contra un oído. Sus brazos, envueltos alrededor de un cuerpo cálido, se acercaron más, moldeando sus cuerpos juntos y presionando sus labios en un lugar al azar contra un cuello pálido. Se aseguró de besar cada lunar y marca de nacimiento, sintiendo como el cuerpo presionado contra ella comenzaba a moverse.

Con un profundo suspiro, Lena entrelazó sus dedos donde las manos de Kara que descansaban contra su estómago. Movió la cabeza para darle más espacio a la rubia, una sonrisa perezosa adornaba sus labios—Huelo panqueques quemados—susurró divertida.

Kara resopló, abrazándola más fuerte y puso los ojos en blanco incluso si la otra mujer no podía verla—Me distraje dándole de comer a Liam y olvidé el último en la sartén—

Lena levantó el brazo para rascar la parte posterior de la cabeza de Kara con sus uñas cortas, tal como había descubierto que la rubia amaba—¿Todos los demás se salvaron?—

—Los catorce—asintió Kara.

—Te comiste uno, ¿no?—Con la acusación deslizándose por sus labios, Lena movió su cuerpo para poder darse la vuelta y mirar al héroe.

Incluso si Kara estaba negando con la cabeza, Lena podía ver la alegría detrás de los ojos azules—¿Quieres desayunar en la cama?—Inclinó la cabeza para darle un beso a Lena, pero la mujer más joven giró la cabeza en el último segundo, haciendo una mueca—¿Qué?—

—Aliento matutino —se quejó Lena.

—No me importa—

—Sí—la morena puso los ojos en blanco y tiró las mantas lejos de su cuerpo. Kara estaba acostada sobre las sábanas, con las piernas cruzadas por los tobillos, claramente había estado despierta durante algún tiempo, y resistió el impulso de llevar a Lena de regreso a la cama cuando la mujer pateó sus piernas fuera del colchón—Volveré pronto—

—Hey, Lena—llamó la rubia tan pronto como Lena entró al baño. La mujer se dio la vuelta con las cejas levantadas en cuestión y Kara le dedicó una sonrisa—Estás preciosa—

Lena se sonrojó, abrió la boca para responder, pero optó por poner los ojos en blanco. Apenas conteniendo su sonrisa, se deslizó dentro del baño, dejando a Kara sola en la habitación. La heroína se rió entre dientes, sabiendo que Lena no estaba tan segura de sí misma como hacía creer a la gente, y disfrutando el hecho de que logró que su novia se sonrojara. Después de estar sola, Kara se apresuró a tomar el regalo que había escondido detrás de la cama el día anterior y lo puso encima de la almohada de Lena, el paquete marrón y una cinta simple sobresalían de la funda blanca de la almohada.

Habían regresado de Irlanda una semana antes y, desde que entregaron a Lex y Lillian a la policía para que se ocupara de ellos, ella había pasado todo su tiempo libre buscando un regalo. Kara no era rica y, aunque tenía una vida cómoda, no podía comprar el tipo de cosas que deseaba poder comprarle a Lena: un collar caro, aretes de diamantes, una maldita isla. Le había pedido ayuda a Sam, pero la mujer estaba demasiado ocupada siendo enamorada de su hermana como para darle un buen consejo, y Alex solo dijo que debería regalarle la verdad sobre el brazalete, lo que a Kara no le gustó.

También había vuelto al trabajo a mitad de semana, después de que le fuera imposible sacar otras excusas, así que también tenía que preocuparse por eso. Sam había contratado a un pasante mientras estaba fuera para poder apaciguar la ira y la sospecha de Cat, y ahora tenía una niña que la seguía a todas partes para aprender cosas. Aunque inteligente, proactiva y simpática, Nia acababa de empezar y tenía mucho que aprender. Sam también la había transferido al equipo de redacción, ya no era la asistente de Cat y también tenía demasiadas cosas que aprender y muy poco tiempo para hacerlo.

Me Alegro Conocerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora