Moondust - Jujutsu Kaisen

Capítulo 5: Tiempo fuera

Mediados de junio. 5:23 pm

Abrió los ojos, se sentía desubicado, no podía enfocar con claridad por lo que tenía que abrir y cerrar sus párpados. El techo de su habitación no era blanco... ¿Dónde estaba? Se sentía mareado. Un olor extraño llegó a su nariz ¿era desinfectante? Sí, combinado con olor a medicina y un pitido insistente.

"Bip... bip... bip..."

Que pronto cambiaría su ritmo y se tornaría más rápido. Provocando que una silueta se acercara a él. No era posible encontrarle forma aún. Tampoco podía moverse ni hablar... había algo metido en su boca que le lastimaba.

"Bip-bip... Bip-bip... Bip-bip..."

La silueta se movió en dirección contraria a la cama. Escuchó eco, no podía descifrar lo que decía pronto otras dos siluetas aparecieron y se acercaron a él. Todo volvió a ser oscuro.

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9:35 pm

Volvió a despertar y esta vez sus sentidos fueron capaces de darle mayor información. Vio el techo color blanco, no era su habitación en definitiva. Las paredes también eran blancas... Estaba en un hospital. Ya no tenía aquel artefacto dentro de su boca pero seguía doliendo. En su lugar había una máscara de plástico que se empañaba con su respiración.

¿El hospital? ¿Qué hacía allí? ¡¿Qué demonios había pasado?!

Miró a su alrededor y notó que alguien estaba a su lado. Se sorprendió al ver a Kiyotaka Ijichi, su compañero de trabajo y empleado de Sukuna. Se acercó a él y comenzó a hablarle. Por suerte ahora sí podía entenderle.

—Señor Nanami, qué alegría que ha despertado. Cómo se siente... espere, espere no hable...

Demasiado tarde la voz de Nanami salió rasposa y seca, estaba afónico y le dolía la garganta seguro por aquella intrusión.

—¿Qué me pasó Kiyotaka?

Pero su compañero salió de inmediato para llamar a un doctor. Nanami seguía pronunciando la misma pregunta una y otra vez con debilidad. Al llegar el doctor le pidió que se calmara no podía explicarle de inmediato lo que había pasado, requería que primero despertara completamente para comprenderlo. También debía esperar al chequeo. El médico, con la ayuda de la enfermera, tomaron información y platicaron entre ellos. Su conversación apenas y fue entendible para Nanami. Una vez terminaron el doctor comenzó con su explicación. Le dijo el nombre de la enfermedad que padecía. Nanami rodó sus ojos hasta él y lo miró con incredulidad.

—Uno de sus empleados lo encontró en el suelo de su oficina después de desmayarse. Lo han traído aquí donde ha permanecido en coma inducido por casi un mes.

—Que estupidez... —dijo Nanami.

—Ha estado sometiéndose a una vida de constante estrés y cansancio. Lo cual ha agravado su padecimiento provocando su actual convalecencia.

Nanami solo podía pensar: "¿un mes? Sukuna confiaba en mí y no pude manejar esto, un día fue suficiente para mandarme al carajo. ¿He perdido mi trabajo? Debe ser, porque yo he cometido un error", pero no pudo decir nada de eso.

—¿Cuándo podré irme a casa?

—No le puedo dar un día, primero necesitamos los resultados de los estudios. Los tendremos pasado mañana. Pero le adelanto, no podrá trabajar de inmediato. Tiene dos semanas más para recuperarse y poco a poco retomará sus labores pero ya no puede explotarse de esa forma. Señor Nanami esa vida ha acabado desde su percance. Se lo hice saber al señor Sukuna ha estado de acuerdo con los cambios. Por su propia salud, señor Nanami, limítese no es usted inmortal.

El doctor dejó la habitación. Nanami intentó quitarse la máscara de oxígeno. Kiyotaka se lo impidió.

—Aún no es momento, no se desespere.

—Sukuna ya me despidió, ¿por qué sigues aquí?

—El jefe no ha dicho nada sobre eso. Le mandó esas flores —apuntó a la mesa cercana a la ventana del lado derecho—. No pudo venir a verlo ha estado ocupado. No ha dicho nada de correrlo, dijo que hablaría con usted cuándo estuviera en casa.

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