Hermosa Pesadilla [Completa ✔]

❄️Capítulo 28❄️

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Cuando llenaba la planilla de datos en la comisaría, se percató de que Noah fue llamado primero que ella. Se sentía nerviosa, pero estaba luchando con ello.

Tras varios minutos, fue su turno. Un policía la llevó hasta que estuvo en una mesa frente a su interrogador.

—Señorita Candy Schmidt —dijo el detective frente a ella—. Nos volvemos a ver.

Era el detective que la había interrogado por la muerte de Nathaniel.

—Detective Becker —titubeó ella.

—¿Cómo es que está envuelta en otro interrogatorio de un asesinato?

—También quisiera saberlo —musitó.

El agente esbozó una sonrisa amarga, y movió los dedos sobre la mesa con tensión.

—Me han dicho alguno de los estudiantes que usted tuvo un altercado con Jason antes de la fiesta donde ocurrió la tragedia.

Inmediatamente las manos de la pequeña se volvieron puños. Su espalda se puso rígida, así que respiró lento para calmarse.

—Es... —comenzó a titubear, pero luego se aclaró la garganta para darse valor—. Sí. Él me tocó el trasero en una fiesta el viernes pasado. Y yo lo enfrenté para defenderme. Y luego me tomó entre sus brazos. Fue allí cuando grité pidiendo ayuda. Todos vieron. Pero nadie me ayudó —no pensaba mencionar a Leonard en ningún momento.

—Se dice que Noah Phillips llegó a defenderla —complementó el detective.

—Así es —argumentó ella, tratando de no parecer nerviosa—. Él era el anfitrión de la fiesta. Y al parecer conocía a Jason.

—¿Llegó alguien más después de Noah? —Becker levantó una ceja, mientras mordía la punta del lápiz.

Candy sintió que el corazón subió hasta su garganta. Respiró suave, pensando rápido. ¿Podía mentir? No parecía prudente. Si no mencionaba a Leonard podría parecer que lo estuviese encubriendo. Seguramente el resto de las personas ya lo habría mencionado. Quizás habrían mencionado su amenaza también. Quizás los rumores. Quizás todo sobre el viejo hotel Morgantown. Quizás...

—¿Llegó alguien más? —volvió a preguntar el detective, interrumpiendo su silencio nadando en sus pensamientos.

—Sí —respondió de inmediato—. Un chico —tragó saliva—. No sé quién es —inhaló, exhaló.

—¿Qué hizo ese chico? —el detective comenzó a anotar en su libreta.

—Creo que llegó a hablar con Noah, pero no sé qué más sucedió porque me fui —negó con la cabeza.

—¿No lograste ver que ese chico golpeó a Jason Stanner?

Candy se mordió el labio un momento, y arrugó el entrecejo como si intentara recordar.