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-¡¿Pero qué carajos te haz hecho Yeji?!- Regañó Tzuyu al ver a su hija entrar a casa con ese nuevo color de cabello.

-Yeji al ver que su madre venía a ella para regañarla se transformó en un gato y corrió hacia la habitación en donde Sana se encontraba para subirse a la cama y acostarse entre los brazos de su madre que la consentía.

-¿Y este gato?- Preguntó asustada Sana a su esposa.

-Es Yeji, se pintó el cabello de negro y se hizo un mechón rosa- Aclaró Tzuyu.

-Aww que tierna, ahora eres un gatito negro con rayitas rosas, necesito sacarte una foto con este estilo- Habló Sana fotografiando a su hija convertida en gato.

Tzuyu no podía creer que Sana no la hubiera regañado, Yeji se había teñido sin el permiso de nadie y Sana solo estaba tomándole fotos.

-¿Esto es en serio Sana?

-¿De que hablas amor?

-¡Maldición, Yeji no obedece, se comporta como se le da la gana, pasa por encima de mi autoridad y ¿Tú solo la abrazas y le tomas fotos diciendo que su tinte quedó bonito?!- Tzuyu respiró y continuó -¡Demonios Sana, eres su madre, no su amiga a la que le vale un carajo su educación, deberías comenzar a portarte como tal!- Reclamó Tzuyu una vez perdió la paciencia.

Y Sana se levantó de la cama para encarar a Tzuyu.

-Solamente estoy siendo comprensiva con mi hija a~do~les~cen~te, ella necesita a alguien que la entienda, no a dos personas gritándole y regañándola por cada cosa que hace, así que si hay una persona que necesita aprender a tratar a su hija eres tú Zhou Tzuyu- se defendió la menor señalando el pecho de Tzuyu con su dedo índice.

-No es culpa mía que ella se haya vuelto un dolor de cabeza y ya no pueda soportarla- La taiwanesa no había medido sus palabras y no fué muy consiente de ello hasta que vió a Yeji en forma de gatito bajarse de la cama y correr hacia otra parte de la casa.

-¿Cómo te atreves?- Preguntó Sana mirando a la mas alta antes de salir de la habitación e ir en busca de su hija.

Sana primero buscó en el arbol torre de Yeji para ver si estaba ahí y al no encontarla corrió hacia la habitación de la menor para abrir la puerta y encontrarla en su versión humana acostada en su cama cubierta complemente con una sábada mientras sollozaba.

Sana se sentó a su lado y acarició suavemente su espalda por sobre la sábana sintiendo como la menor se sobresaltaba.

-Tranquila cariño, soy yo- Susurró su madre.

-Perdón.

-No tienes que disculparte.

-Si lo tengo, soy un dolor de cabeza y entiendo si ya no me quieren aquí, arruiné su matrimonio cuando apenas comenzaba... En serio lo siento- Habló Yeji sollozando.

-Bebé, no- Siguió su madre acariciando su espalda por un par de minutos más hasta que la menor se quedó dormida en medio del llanto.

Sana tenía que hablar con Tzuyu seriamente, no podía creer la manera en la que la taiwanesa había tratado a su propia hija, la hizo llorar y Sana estaba realmente muy molesta por eso.

Así que se levantó de la cama de Yeji teniendo el cuidado de no despertarla y salió de su habitación para ir hasta la que compartía con su esposa encontrándose con Tzuyu acostada en la cama mirando fijamente al techo.

-¿Que diablos te sucede?- Regañó Sana sin levantar la voz, a pesar de las ganas que tenía de gritarle ella no quería despertar a su hija.

-Lo sé, me pasé, tal vez fuí un poco dura con ella y...

-¿Un poco?- Encaró Sana cuando Tzuyu se sentó en la cama -No fuiste un poco dura con ella, realmente la lastimaste.

-No fué mi intención, Sana, yo la quiero mucho.

-Entonces ¿Por qué no puedes tenerle un poco de paciencia?

-Ya la he perdido, lo creas o no ella se ha encargado de agotar cada gota de mi paciencia, ya no me respeta, Sana y tú la concientes demasiado.

-¿Ahora estamos buscando culpables?

-No es eso, entiende que realmente intento ser una buena madre pero nadie me preparó para esto.

-Si quieres ser una buena madre deberías empezar por disculparte.

-Si me disculpo estaría dándole la razón nada más, sabría que puede pasar por encima de mí cuando quiera.

-No, si te disculpas ella sabría que la quieres, que realmente es parte de esta familia, demonios Tzuyu, hubieras escuchado como ella creía ser un estorbo a nuestro matrimonio, dile que la amas, muéstrale que realmente la comprendes, recuerda cuando eras una adolescente y ponte en sus zapatos.

Tzuyu lo pensó unos segundos hasta que tomó la decisión y se levantó de la cama para ir hacia la habitación de su hija con Sana siguiéndola.

Al entrar realmente quería disculparse, pero no pudo evitar enojarse al ver la pecera que Yeji tenía sobre su mesita de estudios.

-¡¿Qué demonios es eso Yeji?!- Regañó su madre al ver a la lagartija de Jeongyeon dentro de la pecerita que Yeji tenía.

-Mamá perdón, juro que iba a decirles, mis tías no sabían en donde dejar a su mascota mientras estaban de vacaciones así que me ofrecí a cuidarla.

-¡Sabes lo peligrosa que es esa cosa! ¿Cómo te atreves a traerla a la casa?

-¡Tzuyu, venías a disculparte!- Regañó Sana.

-¡No, no me voy a disculpar cuando estás siendo testigo de lo irresponsable que es Yeji!- Levantó también la voz ocacionando que Yeji también lo hiciera y comenzara a defenderse.

Sana simplemente se cubrió los oidos y cerró los ojos, no quería explotar ella también, pero su familia se lo estaba poniendo realmente muy difícil así que sin poder aguantarlo más gritó.

-¡SUFICIENTE FAMILIA ZHOU!- Y automáticamente ambas guardaron silencio -Ustedes dos tienen mucho por resolver y yo realmente necesito unas vacaciones de todo esto.

-Sana ¿De qué estás hablando?- Preguntó Tzuyu preocupada.

-Me iré un par de días a tomarme unas vacaciones y ustedes dos aprovecharán este tiempo para solucionar sus diferencias.

Tzuyu rió nerviosa.

-No, no puedes hacer eso.

-Oh, pero claro que puedo- Respondió la contraria y fué a su habitación para tomar sus cosas siendo seguida por su esposa e hija.

-Mamá, no- Pidió Yeji preocupada al ver a su madre tan decidida, ella no podía abandonarla por todo un fin de semana.

-Tómenlo como una oportunidad para convivir, será un tiempo de calidad entre madre e hija- Dijo Sana antes de salir de la casa junto con su maleta.

Tzuyu y Yeji se miraron mutuamente, solo serían un par de días, ¿Qué tan malo podría ser?

Definitivamente no tenían idea.

VENADO E HIJA // SATZUWhere stories live. Discover now