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Yeji al escuchar el grito corrió hasta la cocina en busca de los medicamentos que Jeongyeon le había recetado para tratar su condición híbrida, medicación a la cual nunca fué constante y no se terminó, pero gracias a su irresponsabilidad ahora Tzuyu tendría pastillas para tratarse a sí misma.

Así que al ver a Tzuyu llegar furiosa hasta donde su hija estaba habló.

-¡Tómate esto! Solo tienes un par de cuernitos y orejitas, con una que otra pastilla desapareceran- Aseguró la menor asustada mientras extendía hacia Tzuyu una pastilla y un vaso de agua.

-¡Yeji por un demonio! Debo ir el lunes al trabajo y ese tratamiento tarda muchísimo en acabar.

-Claro que no, yo no lo terminé y mírame, soy una persona normal.

-No creo que seas una persona normal cuando te acuestas siendo una adolescente y despiertas siendo un gato.

-¡Ay por favor! No siempre me pasa, además puedo transformarme cuando quiero- Yeji aclaró haciendo un puchero.

-¿Qué va a decir Sana cuando me vea?- Tzuyu dramatizó.

-No dirá nada porque no se va a enterar, así que tómate esta pastilla para acabar con esto antes de que mamá regrese y todo empeore.

Tzuyu asintió, debía escuchar a la híbrida con experiencia si no quería que las cosas se salieran de control más de lo que ya lo habían hecho, así que tomando la pastilla de la mano de Yeji la puso en su boca y la pasó con ayuda del vaso de agua que su hija le ofrecía.

-¿Y ahora qué?- Preguntó la mayor esperando la respuesta de la experta.

-Espera a que haga efecto, puedes hacer mis wafles mientras esperas -Tzuyu la miró incrédula -¿Qué? Tú los ofreciste- Se defendió la menor

Tzuyu bufó pero aún así comenzó a buscar los materiales que utilizaría para hacerlos, ella también tenía ganas de comer wafles.

Mientras Tzuyu preparaba el desayuno el timbre de la casa sonó, ambas se miraron mutuamente sin saber que hacer ante eso hasta que Yeji habló.

-Yo voy- Ofreció la menor mirando a su madre asentir.

Y con los nervios a flor de piel Yeji abrió un poquito la puerta solo para sentir como su novia le robaba un beso e intentaba pasar a la casa.

-¡¿Quién es?!- Gritó Tzuyu.

-Lia, mamá no está de muy buen humor ahora, no creo que quieras quedarte- Yeji susurró tomando a la contraria de los hombros.

-Oh, entonces nos veríamos...

-El lunes, lo prometo, y si puedo hacer algo para que sea antes te llamo- Aseguró Yeji.

-Bien- Se despidió Lia con un último beso antes de irse de la casa.

-¡Te amo!- Gritó Yeji antes de que su novia se alejara más.

-¡¿A quíen amas?!- Preguntó Tzuyu desde la cocina.

-¡A tí mamá, te amo por preparar mi desayuno favorito!- Yeji cerró la puerta y corrió hasta la cocina recibiendo una mirada de sospecha por parte de su madre.

-A mí no me vas a estar engañando, esa tipita vino a la casa de nuevo, ¿No es así?

Yeji rodó los ojos mientras llevaba los platos a la mesa.

-Esa tipita, esa tipita tiene nombre.

-¿Están saliendo?- Tzuyu preguntó.

-Lia es mi novia- Yeji respondió con la cabeza gacha temiendo que Tzuyu la obligara a terminar su relación.

-¿Cómo que es tu novia? No recuerdo haberte dado permiso- Reclamó su madre

Yeji no sabía si jugar esa última carta que le quedaba, ella sabía que mentir estaba mal pero no tenía de otra así que dando una bocanada de aire lo dijo.

-Mamá lo sabe y me apoya.

-¿Qué Sana qué? ¡¿En serio?!

-No, pero creí que eso te haría cambiar de opinión- La menor confesó bajando la cabeza y entonces Tzuyu tomó su mentón para que su hija la mirara.

-Oye, Sana no es la única que puede consentirte, además, ¿Quién soy yo para impedir que mi hija se enamore?- Tzuyu habló con una sonrisa reconfortante acaciciando el hombro de su hija.

Un puchero se formó en los labios de la menor y sin poder evitarlo se levantó de su silla para abrazar a su madre.

-Gracia mamá.

-Pero tampoco es para que se estén manoseando, noviecitas sin besos ni ningún tipo de contacto físico- Tzuyu aclaró apuntando a su hija.

-¡Oye!- Yeji rió mientras empujaba el hombro de su madre haciéndola reir.

Al terminar el desayuno ambas fueron a la sala de estar para ver una película, después de tanto tiempo al fin se les hacía más fácil interactuar sin intentar matarse mutuamente en el intento.

La película transcurría con normalidad, de vez en cuando las orejitas de Tzuyu se movían conforme sentía las diferentes sensaciones que la película transmitía ocacionando que Yeji riera en voz baja por aquello.

Ambas estaban acostadas en el sofá mientras la menor tenía abrazado uno de los brazos de su madre hasta que sintió como si esta se estuviera erizando pero al mirar su brazo notó que una fina capa de bellitos marrones crecía por la piel de Tzuyu la cual estaba tán concentrada en la película que no se había dado cuenta de nada.

Yeji algo impactada miró el rostro concentrado de Tzuyu notando como aquellas diminutas orejitas crecían y sus pupilas se iban dilatando haciendo que sus ojos se oscurecieran casi por completo, aquellos vellitos que habían crecido por la piel de Tzuyu también comenzaban a salir por su rostro tomando forma de un pelaje marrón.

-Mamá- llamó la menor.

-Shh, intento ver la película.

-¡Mamá te estás transformando en un venado!- Gritó Yeji desesperada

-¡¿Qué?!- Tzuyu tomó su celular para espejarse y notar como lo que su hija había dicho era totalmente cierto.

-Ay no que asco- Habló la menor recibiendo una mirada asesina de su madre.

-Yo no te juzgo cuando te vuelves un gato.

-Los gatos son tiernos, ver esta transformación si da asquito- Se sinceró la menor.

-¡Esto es tu culpa!- Tzuyu reclamó sin dejar de mirar el proceso.

-¡Yo no te obligué a arrebatarme a la lagartija!- Se defendió la menor.

-Nooo, mi visual- Tzuyu lloraba mientras tocaba su rostro.

-Iugh ya no puedo más- Yeji se tapó los ojos mientras Tzuyu terminaba su transformación a un total venadito dejando su ropa tirada en el piso - Te prometo que tus demás transformaciones no serán tan tardadas como esta- Yeji aseguró tomando a Tzuyu entre sus brazos para llevarla a su habitación y encerrarla ahí escuchando como Tzuyu golpeaba la puerta con sus cuernitos y patas.

Yeji se había metido en un lío enorme.

VENADO E HIJA // SATZUNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ