• Natalia.

4.8K 572 555
                                    

Wanda Maximoff. 20

Me aburre muchísimo la vida aquí, papá, mis hermanos y yo tuvimos que mudarnos, lo que retrasó la llegada de los guardias, ya que acomodaron todo aquí en la nueva casa. Es una casa enorme, alejada de la ciudad, a una hora del camino que conecta a la carretera para llegar a la ciudad, algo complejo y aburrido, sin embargo hay un lago enorme y muy lindo cerca.

Pietro e Ikaris terminaron, el castaño intentó golpear a mi hermano y Peter fue quien lo detuvo, Peter amenazó a Ikaris, aunque Peter es algo... Retrógrado en ocasiones, nos defendería una y otra vez si fuese necesario.

—¿En qué piensas tanto, cariño?—Preguntó papá entrando al salón, me quité uno de mis auriculares.

Stubborn love de The Lumineers seguía sonando.

—Sólo en lo alejados que estamos, ¿haz hablado con mamá? —Pregunté rápidamente y él negó.

—El juicio es en dos meses, ella desapareció y no sé si intente ayudarlo a desaparecer, por ahora tiene arresto domiciliario.  —Suspiró. —Hoy al fin vienen sus guardias, las cámaras están listas y la seguridad fue instaurada desde la entrada donde se ven las rejas, la casa fue dividida por secciones y puntos de control, todo estará bien. —Tomó mi mano y sonrió levemente.

—¿Tus heridas van bien? Han pasado dos semanas, papá.

—Charles me ha conseguido un doctor de confianza, todo está bien. —Sonrió. —Y él estará por aquí... Ya sabes, viviendo, porque... Es más seguro y...

Sonreí.

—No te justifiques, ¿compartirán habitación?—Pregunté y él negó.

—Charles considera que no es justo para ustedes y como no sabemos la forma en que Peter pueda reaccionar, es mejor esperar un poco... ¿No crees?—Preguntó y asentí lentamente dedicándole una última mirada al ventanal.

Fuera se estacionaron dos camionetas. Ambas negras y espaciosas.

—¿Llegaron?—Pregunté y papá giró el rostro.

—Bien, cariño. Llama a tus hermanos. —Murmuró acomodándose el jersey de lana que mamá le regaló en su aniversario. Hice una mueca.

No digo que tenga problemas paternales, mis padres jamás discutieron frente a nosotros, pero sabíamos de mamá engañando a papá ya que ni siquiera lo disimulaba, como si buscara que papá supiera. Tal vez tengo un poco de problemas paternales, pero definitivamente papá no fue el culpable de eso.

—¿Stark? ¿Qué es eso?—Insistí viendo en la ventana.

Papá tomó mis hombros obligándome a girarme.

—Ve por tus hermanos, cariño. Por favor.—Insistió y yo solté un gruñido caminando escaleras arriba.

—¡Pietro, Peter!—Los llamé. Ambos salieron de sus habitaciones, Pietro en aquél crop top que me había robado y Peter sin camiseta. Se observaron y luego a mí.—Llegaron.

Ambos comenzaron a caminar a mi lado mientras oíamos a papá charlar con gente en el salón, otras personas ingresaban bolsos, cajas y diferentes cosas como si fuesen a ir a la guerra.

—Joder. —Murmuró Peter. —¿Crees que si traigan granadas?—Preguntó y giré los ojos. —¡Para salvarnos el culo!

—Ojalá alguno sea lindo. —Murmuró Pietro y asentí.

—Ojalá, así no tendré que reunirme con nadie fuera de aquí. —Me burlé.

—Charles dijo que haríamos nuestra vida como si nada pasara, pero que cada uno tendría un guardia personal, ¿crees que eso sea suficiente?—Insistió Peter.

Llegamos al salón y papá se levantó con una sonrisa.

—Hijos. —Saludó. — Ellos son mis hijos. —Dijo él con orgullo. — Y ellos son los guardias elegidos rigurosamente por la compañía Stark. —Señaló papá a un grupo de personas. Entre ellos destacaba una mujer un poco más alta que yo, de contextura delgada pero trabajada, cabello pelirrojo y ojos verdes.

Oh, Dios.

Sus ojos conectaron con los míos y sentí la completa frialdad en su mirada. Me sentí nerviosa de inmediato, ella no apartó la mirada y me vi en la obligación de hacerlo, ni siquiera tuve la necesidad de observar a los otros guardias.

La quiero a ella.

—¿Podemos elegir?—Pregunté dedicándole una mirada furtiva a la chica.

—De hecho, pensaba en que... Bueno, antes de eso. —Se detuvo papá. —Steve Rogers.—Señaló al más alto de todos. —James Barnes. —Señaló a un castaño que me dedicó una sonrisa soñadora casi de inmediato. — Clint Barton. —El ojiazul saludó con un asentimiento y noté la forma en que observó a Pietro. —Y la jefa del grupo, Natalia Romanova.

—Natasha Romanoff aquí en América. —Corrigió con un acento algo marcado. —Sólo en rusia soy Natalia.

Papá se disculpó y asintió lentamente. Mordí mi labio inferior sintiendo que cada cosa era más interesante que la anterior. Ella es increíble.

Cada cosa la vuelve más atractiva.

—Bien, pensaba en que la señorita Romanoff puede cuidar de Wanda, Barnes de Peter y Barton de Pietro, ¿les parece?—Preguntó.

—Sí.—Dije rápidamente.

—Yo quería a Romanoff. —Dijo Peter en tono burlón.

—Lástima, porque ya elegimos. —Dijo Charles entrando al salón. —Buen día a todos.

Peter lo observó con molestia y apartó la mirada.

—Bien, dicho ésto y considerando que...

—Señor Maximoff, su guardia será Stephen, tardará en llegar ya que está arreglando los últimos asuntos en las oficinas, sin embargo, le comento que él estará a cargo de su cuidado y del señor Charles.

Papá asintió lentamente.

—Gracias, señorita Romanoff. —Dijo papá y yo le sonreí a la pelirroja. No hizo ni siquiera una mueca, a diferencia de los demás que tenían una sonrisa en el rostro. Suspiré.

Público difícil, me gusta eso. Me gustan los retos.

—Cada uno sabe donde está su habitación, así que en cuanto se acomoden... —Se volteó observándonos. —Ustedes sabrán donde encontrarlos y deberán dirigirse a ellos para salir, para ir a comprar, si necesitan lo que sea, a ellos, ya que estaré poco en casa. Charles se quedará más tiempo aquí, ¿bien?—Preguntó y los tres asentimos.

—¿Por qué se quedará?—Preguntó Peter. Charles le dedicó una mirada desafiante.

Papá suspiró.

—Pueden ir a sus habitaciones. —Habló a los guardias quienes se alejaron. Busqué hacer contacto visual con aquella pelirroja encantadora, sin embargo pasó de mí. —Y ustedes dejen de discutir.

—¡No hice nada!—Se quejó Pietro y yo suspiré.

—No sé por que traes a Charles.—Se quejó Peter. —Pareciera que se gustan.

—Peter Maximoff, por favor. —Se quejó papá.

Él iba a contestar y tomé su brazo. Es increíble lo egoísta que puede ser a veces, papá es demasiado asombroso con nosotros como para que él venga a quejarse porque Charles está aquí.

—Peter, ya.

Peter se dio media vuelta y salió del salón. Pietro abrazó a Charles antes de subir y yo me acerqué hasta papá.

—Te amo.—Murmuré.—Mientras tú seas feliz, yo seré feliz.

Él sonrió y besó mi cabello antes de abrazarme. Charles se unió al abrazo.

Me siento protegida con ellos.

Nota de autor:

¡Hey! ¿Cómo van?

Para quienes no sepan, Peter es el de la foto de arriba a.

-Codex.

please, save me. [Wandanat]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant