•Llamadas perdidas.

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Natasha, 26.

—¿Me vas a decir que sucede?—Preguntó mamá mientras acomodaba la ropa de Yelena. —No me molesta que guardes secretos, es tu trabajo, y sé que es difícil, pero al menos podrías explicarme si debo o no preocuparme por ti.

—Está todo bien, mamá.—Murmuré mientras tomaba mi móvil. Me he dejado el cargador en la casa de Wanda y mis padres no usan del mismo tipo de entrada.—No puedo llamar a Wanda y decirle que estoy bien.

—¿Te quedarás o te vas hoy?—Preguntó.

—Papá no me quiere aquí.

—Es tu casa, y ya se le pasará. Él no tiene opinión en tu forma de amar.

—A Yelena no le gusta nadie, y no lo veo quejándose cuando Yelena ha dicho que ningún hombre o mujer le parecía atractivo, él dijo "okay".—Dijo mamá seria.—Él no es nadie para exigirte ser o no ser.

—Te amo, mamá.—Murmuré y besé su mejilla.—¿Qué opinas de que le pida a Wanda que sea mi novia cuando esto acabe?

—¿Qué es "esto"?

Mierda.

—Mi trabajo en su casa, en algún punto Erik y ellos volverán a la ciudad, no necesitarán que los cuiden, ya sabes.

Mamá pareció no creerme, pero conozco a Melina y ella a mí, su ojo observador lo he heredado yo, y sé perfectamente bien que fingirá creerme hasta que yo decida abrirme con ella.

—¿Ya son novias?—Negué.—¿Por qué?

—Queremos conocernos mejor y ver como se va dando todo.

—Duermen juntas.—Dijo extrañada.

—No hemos tenido sexo si es lo que insinuas.—Dije enarcando una ceja, gesto que ella imitó.—No ahora... Antes sí, y mucho, pero...

—¿Por qué presiento que si antes todo acabo fue por ti?

—Porque me conoces y sabes que soy algo terca con mis emociones.—Susurré. Melina me dedicó una sonrisa y se acercó a besar mi mejilla.—¿Crees que deba dejar éste trabajo?

—¿Por qué lo dejarías?

—Quiero protegerla.

—De seguro sabe cuidarse sola.

Giré los ojos recordando todas las veces que Wanda insistía en no necesitar mi ayuda, es tan terca.

—De seguro que sí.

—¿Estás enamorada, no?—Preguntó mamá.

—Sí, eso creo. No era lo que esperaba, pero así pasó todo.

—No eches a perder ésto, ella te quiere. Ayer... Le enseñé tus fotografías de bebé y...

—Dios, mamá, no.—Cubrí mi rostro con mis manos avergonzada.—¿Por qué hiciste eso?

—Era mi deber como madre.

—¿Avergonzarme?

—No, hablar con ella, sobre ti.

Observé a mamá, ella realmente debió avergonzarme, pero como no soy madre, no la juzgo.

—¿Qué le dijiste?

—No mucho, pero la forma en que te ve como si fueses lo mejor que le pasó al mundo entero... Observó tus fotos como si fueses la niña más hermosa de todo el universo y eso... Me convenció aún más. —Sonrió.—Ella te quiere en serio, y definitivamente no vas a encontrar algo mejor.

—Eso lo tengo claro.—Admití de forma sincera, tratando de ocultar la sonrisa que quería formarse en mi rostro.

Wanda me hace sonreír demasiado, y no debería querer ocultarlo, pero aún es extraño acostumbrarme a expresar esas emociones frente a alguien más.

please, save me. [Wandanat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora