•Un paso delante y tres atrás.

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Wanda, 20.

—Entonces tus cualidades positivas son...

Tragué saliva y observé mi lista. Una cosa escrita y ya.

—Mi hermano dice que soy lo mejor y lo que más ama, Peter... Lo dice.—Murmuré y Sersi sonrió levemente.

—Está muy bien que tomes en cuenta las opiniones de quienes amas, pero la opinión más importante es la de tu ser amado más importante. —Mencionó con una sonrisa.—Y esa eres tú.

—Yo no me amo.—Admití y ella me dedicó una sonrisa nuevamente. Siempre sonríe, raro.

—¿Y qué cosas hacen que no te ames?—Preguntó.—Más fácil, dame cinco cualidades que no te gusten de ti, y luego cinco cosas físicas.

Fácil.

—No me gusta ser insegura, no me gusta depender emocionalmente de las personas, no me gusta sentir que sólo soy un cuerpo bonito, no me gusta que mis emociones sean tan... Cambiantes, no me gusta a veces sentirme como el día y a veces como la noche, no me gusta sentir culpa, no me gusta que mi mente no funciona acorde a como yo quiero que funcione, no me gusta sentirme ahogada, y mucho menos me gusta sentir que tengo algo que arreglar en mi todo el tiempo.

Sersi paseó sus ojos por la habitación y los detuvo en mis manos. Observé las suyas, libres de anillos.

—¿Notas que hay muchas cosas que no te gustan de ti?—Preguntó y asentí. —¿Y físicamente?

—Soy linda.—Murmuré.—Mi cuerpo llama la atención.

—¿Quieres llamar la atención?—Preguntó.

Me quedé en silencio. No es algo que yo decido, la gente por lo general lo hace por mí. Pero, ¿realmente me gusta? ¿Realmente disfruto ver a hombres y mujeres observar mi cuerpo descaradamente mientras paso cerca de ellos? ¿Disfruto los murmullos? ¿Disfruto la envidia y el deseo que genero? No, siendo sincera no.

Antes me gustaba sentir las miradas de todos en mí, últimamente sólo quería que ella me mire.

Y hago lo posible por alejarme de ella, ni siquiera quiero mencionar su nombre, con la esperanza de que así pueda apartarla de mi mente por más de dos horas.

Sinceramente si lo pienso dejando de lado a Natasha... Mierda, ya la nombré. Si la saco de en medio, no quiero que me miren como si fuese un pedazo de carne, soy una mujer y quiero cosas lindas, también quiero no tener que ser estrictamente "femenina" todo el tiempo, quiero que no exista eso.

—No, no me gusta.

Sersi asintió lentamente y mordió su labio inferior antes de dedicarme una sonrisa encantadora.

—¿Sabes? Cuando tenía tu edad, también sentía que todo era de aquella manera en que... Dolía, la forma en la que los muchachos me trataban, la forma en la que las chicas que me gustaban no gustaban de mí, la forma en que mi familia estaba a mi alrededor y parecían necesitar de mí mientras quien más los necesitaba era yo.

—Ellos me necesitan.—Murmuré.

—¿Y qué necesitas tú?—Preguntó y el final de la sesión llegó anunciado por el altavoz.

—Sersi, ha llegado el nuevo paciente.—Dijo Robbie por el altavoz.

Sersi se giró y presionó el botón.

—Cinco minutos.—Murmuró y me observó nuevamente. —¿Necesitas que te necesiten?—Preguntó y tragué saliva. Ella me pone nerviosa.—Piénsalo, trabajaremos esa lista.

Me levanté rápidamente y vi como ella ponía un anillo de compromiso en su mano. Su mirada conectó con la mía y me sentí avergonzada.

—Lo siento.—Murmuré.

please, save me. [Wandanat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora