•Háblame de ti.

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Natasha, 26.

Wanda estaba sentada a mi lado mientras yo lavaba los trastes, ella creyó que sería buena idea verificar que haga bien mi trabajo, cuando realmente lo único que quiere es que le diga que edad tiene la veterinaria que debía ver hoy y que no ha llegado.

—Vendrá mañana y lo averiguaremos. —Murmuré dejando el último plato que había limpiado en su respectivo lugar.

—Ajá, y fingirás que no sabes.

—¿Por qué tanto interés?

—Tenía voz sexy, probablemente tiene tu edad y... —Giré los ojos.—No te estoy controlando, es sólo que considero que...

Me giré mientras asentía y tomaba su rostro antes de acorralar a la castaña mucho más baja que yo contra una encimera.

—Consideras que controlar a la gente que está cerca de mí es mejor para ti. —Bromeé y ella se sonrojó.—Eres muy caprichosa, Maximoff. No soy un objeto personal.

Ella giró los ojos y yo lamí lentamente sus labios antes de besarla cortamente viéndola cerrar los ojos.

Me separé y ella aún mantenía los ojos cerrados.

—Pero recuerda que solamente somos amigas, y ni siquiera eso, porque... Ni tú tienes la edad para ser mi amiga, ni yo tengo la tuya para que podamos hacer lo que haces con tus amigas.

—A mis amigas las beso.—Dijo tomando mis mejillas para besarme y yo sonreí contra sus labios.

Es... Extraña.

—Ajá, a tus amigas, y a mí. —Murmuré tomando sus muslos para lograr que los enrolle en mi cintura.—¿Veremos alguna película?

—Creí que solamente follabamos. —Murmuró ella aferrándose a mi cuello.

—Ya, pero haz dicho que querías ver una película. —Me encogí de hombros y la castaña asintió. —¿Ahora?

—Sí, pero llévame así hasta el sofá, no quiero caminar.—Dijo seria y yo comencé a reír mientras iba hasta la sala.

Wanda está tan acostumbrada a que todo lo hacen por y para ella, es realmente una niña mimada, a veces desagradable, pero disfruto compartir con ella. Hace menos aburridos mis días.

Llegué al salón y la dejé caer en el sofá para luego dejarme caer sobre ella. Mi nariz rozó la suya y pude inhalar su aliento por un par de segundos.

—Me gustas. —Dije rápidamente. —Pero es extraño sentir que me gustas, no es como cuando me gustaron otras personas, tal vez sea porque tengo claro que esto parece una locura.

—Tal vez es porque yo tengo mejores piernas. —Bromeó y giré los ojos. —Tú también me gustas, pero ya me haz repetido varias veces que no quieres nada serio, ni que nos involucremos sentimentalmente, quizá es eso, además sólo estamos disfrutando de la luna de miel o algo así.

—Claro, la primera etapa del amor. —Giré los ojos y me apoyé en mis brazos para levantarme.—¿Sabes algo? Si tuvieses un par de años más, tal vez y sólo tal vez serías mi novia, aunque no nos veo mucho futuro.

—Ni yo.—Dijo encendiendo el televisor. —Eres demasiado estrecha.

—No creo que sea la palabra que usaría para definirme. —Dije confundida.

—Oh, no, no hablaba de tu vagina. —Aclaró y yo me sonrojé. —Oh, tu tampoco.

—Deja de volver todo algo sexual.

—¿No es acaso eso lo que somos?—Insistió. —Quiero ver only you.

—No, por favor, eso te pondrá más hormonal de lo que ya eres y dudo poder soportarlo. —Me quejé.

please, save me. [Wandanat]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant