Alianza.

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     La oscuridad se hacía presente en Krydentl, por lo cual Tweek se apresuraba a ir a su pequeña cabaña. Desde que llegó a aquel pueblo el pequeño rubio comenzó a sentir lo que implicaba ser el Prínceps Tenebris, en especial en la noche. Al estar viviendo en un lugar con demasiada energía oscura y el ser una fuente de energía oscura las sombras se sienten más atraídas a él, por lo cual está en constante peligro de ser corrompido por ellos.

A pesar de que Avus le haya enseñado a controlarlos y a saber cómo manejarlos, el nivel del poder que ahora posee es muy diferente al que tenía de niño y aunque ha intentado con los mismos métodos de antes, lo único que ha logrado es mantener alejadas a las sombras que lo rondan y mantener calmadas a las que tiene.

Todo aquel asunto ha sido más estresante de lo que se imaginaba, pensaba que aquella fase con las sombras había terminado cuando conoció a Avus, pero al parecer desde que él no está, su relación con las sombras empeora cada día. Y ahora no tiene a nadie con quien pueda apoyarse para solucionar aquello.

Tweek estaba cansado, pues al estar tan cerca la competencia del examen nacional para estudiantes magos las horas de asesoría para Cedrick han aumentado. Es por eso que cuando llegó a su hogar, lo primero que hizo fue lanzarse boca abajo al pequeño sillón que tenía en su sala-comedor, sin darse cuenta que alguien lo veía fijamente.

-Hic est (Ya está aquí) -dijo una sombra.

-Sí, sí, ya llegué. -respondió el rubio sin levantar la vista y pensando que la sombra se dirigía a él.

-Non est nostrum. (No es uno de los nuestros.) -respondió una de las sombras de Tweek. Al escuchar aquello los ojos del blondo se abrieron de par en par.

-Bienvenido a casa, Tweek -la voz de aquella persona era conocida para el menor de los Tweak, por lo cual se levantó de un salto del sofá donde descansaba -O, mejor dicho, Prínceps Tenebris. Ha pasado tiempo.

-T-Trent -murmuro el chico mientras veía al mayor sentado en una de las sillas de su pequeño comedor, luego conjuro un hechizo -Pugiones Agoniae (Dagas de agonía)

-Praesidium (Protección) -conjuro Boyett -Tranquilo no vengo a buscar pelea, todo lo contrario.

El rubio mayor dejo su varita en la mesa e hizo desaparecer sus sombras. Tweek aun desconfiaba de aquel chico, pues no se le olvidaba todo lo que le hizo pasar con el secuestro de sus padres y además su muerte, sumando con la muerte de su querido maestro.
Por supuesto que no iba a bajar la guardia ante él.

-Nada de lo que me digas me interesa, así que lárgate antes de que te asesine -amenazó el rubio y sus ojos se tornaron de un color violáceo mientras sus sombras tomaban un aspecto más amenazante, con garras y siluetas difusas, además de que se podían ver dos círculos rojos en sus "rostros" los cuales perecían ojos enfurecidos.

El volverse el Prínceps Tenebris no sólo tenía desventajas sino también enormes ventajas, una de ellas es que las sombras que controla el portador se vuelven más poderosas y salvajes, y que el mismo portador tiene un incremento en el poder de su magia, no sólo de sombras, sino también los otros tipos de magia, a excepción de la blanca. Pero todas ellas con energías negativas lo cual no sólo desgastaba anímicamente sino también espiritual y físicamente.

Tweek aún no sabía cómo manejar todo ese poder, pero estaba dispuesto a aprender cómo usarlo y Boyett sería su maniquí de prueba.

-Entiendo que me odies por todo lo que sucedió con mi maestro y el tuyo... -el rubio mayor fue interrumpido.

- ¡Y con mis padres! -grito Tweek.

- ¿Tus padres? -cuestiono confundido Trent, pero luego recordó la manera en que Tweek se había convertido en el Prínceps Tenebris -Oh, eso.

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⏰ Ostatnio Aktualizowane: Jan 05, 2022 ⏰

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