Inminente [Park JiMin]

6. Confianza = traición

No debería hablar pero el niño me desespera. Aún así, merece saber la verdad.

—¿Qué pasó con mi padre? Ya me di cuenta que no tenía un trabajo decente —me miro. Es muy tierno, sus mejillas, sus ojitos, él es una ternura andante.

Mire al frente y solté un suspiro.

—Tu padre confiaba más en Younha y Jacob que en todos los demás, no por antigüedad, si es así, Jay o Andrew debieron ser los primeros, pero tenían algo que te hacían confiar en ellos más rápido que nada. Y ellos nos traicionaron —me levanté del suelo, Jimin me imitó—. Yo estaba ahí cuando vi que convirtieron a mi ex novio en monstruo, y me querían matar, pero hui. Llegué y anuncié lo que paso, pero ellos me siguieron así que fue una masacre, trate de sacar a tu padre pero...

Hice una pausa, recordar a Jay duele. Él... fue muy importante para mí.

—Jacob me atacó y le ordenó a mi ex novio hacer lo mismo, pero corrí para alcanzar a tu padre. Younha lo atacó y él me pidió que te cuidará, así es como terminé aquí —miré a Jimin—. Permíteme cuidarte, es lo que tu padre querría.

—Por favor, cuidame.

De la confianza nace la traición, ya lo aprendí.

(...)

Lleve a Jimin a su escuela de danza, junto con Minho, lo esperamos y todo bien. Hasta que Younha apareció. Maldita sea. Saqué un palo, de los que usan los policías, y lo extendí.

—¿Ya le contaste? —por detrás, salió Jacob—, que mataste a su padre.

—Yo no lo hice, fue Younha —Minho se puso delante de Jacob, dejando a Jimin en medio, tipo sándwich.

—Tiene razón, yo lo hice —sonrió y sacó una navaja—. Y sigues tú.

Se abalanzó hacia mí pero contraataque. Minho también peleó con Jacob y Jimin corrió.

Logré dejar a Younha en el suelo y escuché el grito de Jimin. Salí en su defensa pero alguien me detuvo con un golpe y fui directo al piso. Miré al agresor y es el monstruo, 366. Miré hacía Jimin y Jay lo llevaba.

Recibí otro golpe, en el pómulo. Me siento desorientada, escuchó gritos lejanos y a Minho diciendo mi nombre. Otro golpe. No quería hacer esto. Saqué la pistola, cargué y le dispare, pero no lo detiene, incluso se ríe. Da más miedo.

Me levanté para pelear con esa cosa pero Younha llegó.

—Ayudale a Jacob a llevar a ese niño a la camioneta. Yo me encargo de ella —me reí—. ¿Tanto te gusta sufrir?

—Necesitas de un monstruo para derrotarme.

Sé su objetivo, quitarme la pistola. Volvió a atacar y la esquive, le dispare en la pierna. La última bala que quedaba. Tome el palo nuevamente y fui directo hacia ella para acabarla. Pero sentí un golpe en la cabeza, eso me hizo sentir peor y caí