[𝟏° 𝐲 𝟐° 𝐓𝐄𝐌𝐏𝐎𝐑𝐀𝐃𝐀] Jungkook Vladimir, un intrépido oficial de policía del CICPC, más fiebrúo que liceísta de primer año y más salido que un balcón; es más probable que el gobierno haya hecho algo bueno, a que ese carajito le ponga serie...
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—¡Yefer!
—¡Son!
—¡Yefer!
—¡Son!
—¡Yefer, Yefer, Yefer!
—¡Son, Son, Son!
—A vaina, Simón. —Hoseok asustó a uno de los cadetes que jugaban semejante juego pato, llegándose por detrás todo sigiloso. —Vertale, si así cantaras el himno en las mañanas. —el chamo todo cagao' porque ya se imaginaba dándole la vuelta al patio, pero Hoseok solo le pasó por un lado, estampándole un lepe suave. Se paró en medio del círculo social de vaguerismo que mantenían los jóvenes en su hora de descanso y se aclaró la garganta. —Bueno, se me había olvidado comentarles algo, aunque como reconozco que aquí los chismes corren como sangre por las venas, me imagino que cualquiera que ya se halla unido a un grupito amistoso, ya sabrá la nueva de hoy. Yo si no estaba al tanto, pero me comentaron que un supervisor de Caracas viene a chequear que todo esté bien, por lo que cuando llegue, no quiero nadita de juegos infantiles o patos entre ustedes, no quiero gritos, ni bochinches y quiero que por favor, me hagan una marcha como es, que como saben coordinar bien sus bailecitos de Tiktok, pero aaaah, una marcha si no se la saben.
—Nambre Brigadier, es que con música todo es más chiquiluquis. —comentó una voz entre todos aquellos rostros de ladilla.
—¿Uste' baila, Brigadier? —inquirió una chama del grupito de chamas que andaban entrepiteando y cumpliendo con la característica que toda chamita andaba haciendo desde que llegó Hoseok: pelarle el diente.
Que coño, llámalas ofrecidas, pero es Hoseok, ¿quién no le caería a semejante papix?
—Tengo mucho tiempo que no lo hago. —confesó Hoseok, que el cerebro le echaba humo intentando hallar el recuerdo de la última vez que se echó su bellakeo boleta en una disco. —Cuando era más carajito, era a lo que me quería dedicar, pero pasaron cosas, esto me jaló, y aquí estoy.
—De que se echaría unos bailes calida', si los echaba, pero no sería nuestro Brigadier y eso sería una verdadera lástima. —No, y la carajita bien foronda, tomando asiento en el banquito donde estaba Hoseok, así como si Hoseok fuera un imán, porque se le pegó sin disimulo. —Uste', si es chévere, trata bien al grupo.
—Eso porque no me han sacao' canas verdes, cuando lo hagan, quizá tengan otra versión de mí.
—Uy, así bien malote. Que interesante. —pero alguien échele un tobito de agua fría a la chamita. —Instructor, ¿uste' tiene novia?
—No. —ahí más de uno cantó bingo en silencio. —Tampoco creo que tenga una ahorita—agregó, con la jeta pa' 'lante, dejando caer los hombros.
—Uyyy, el instructor como que sufrió un guayabo arrecho. Cuente vale, mire que nosotros ya somos como amigos, nadie le echa la paja a nadie y si alguien lo hace, lo descubrimos y lanzamos el cuerpo al río el Limón. —recibió un asentimiento colectivo, y algunos murmullos animando a Hoseok pa' sacarle los chismes.
