Capítulo 16

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  Cuando terminó el nudo tiró de sus manos hasta dejarlas sobre su cabeza. Deslizó las suyas por sus brazos, recorriendo su cuerpo con ellas y sintiendo como su piel se ponía de gallina cada vez que se detenía a presionar sus pechos o clavar sus dedos en su cintura.

—Te ves tan inocente —murmuró Taehyung mirando su cuerpo, vagando sus manos más cerca de sus piernas. —, y me encantas.

  Isabella soltó un suspiro tirando la cabeza entre las almohadas cuando el castaño se agachó para poder hacer una hilera de besos desde el centro de su pecho hasta su ombligo. Metió sus manos por debajo de la falda y con una sonrisa cínica le quitó las bragas, jugando con ellas una vez las tuvo entre sus manos.
  Desde arriba, Isabella siguió con su mirada las grandes y venosos manos del castaño, las cuales se encargaron de quitarse la remera y luego bajar el cinturón de su pantalón. Un hormigueo de emoción se sintió en su zona baja, provocando que se removiera un poco y por inercia apretara las piernas alrededor de Taehyung. Él sonrió gustoso y apoyó una mano sobre una de sus rodillas, mientras la otra se encargaba del cinturón.

—¿Mi nena está ansiosa?

  La morocha asintió, removiéndose una vez más cuando vio que se bajaba los pantalones junto a su bóxer. Apoyó una mano al costado de su rostro y con la otra tomó su miembro para posicionarlo en su entrada. Se hundió en ella con tanta facilidad que no pudo evitar soltar una risa ronca al sentir lo mojada que se encontraba.

—Quiero escucharte —murmuró frente a su rostro, notando cómo su mirada estaba distraía con la cadenita que colgaba de su cuello. —, así que ni siquiera pienses en callarte.

  Dicho ésto comenzó a embestirla con rapidez, cerrando sus ojos del placer al sentirla en todo su esplendor. Los gemidos femeninos no tardaron en llegar a sus oídos al igual que el golpeteo de la cabecera de la cama contra la pared. Escondió su rostro en el hueco de su cuello, sintiendo más de cerca sus gloriosos gemidos, incitando a que él también soltara algunos. Isabella arqueó su espalda, sintiendo sus pechos pegarse al suyo.

—Tae...

—Aún no te vengas, y abre más las piernas, zorra.

  En otra situación se hubiera ofendido, pero en esa en específico pudo sentir su cuerpo caer en un balde de agua hirviendo.

—Te gusta que te trate así, ¿Mhm?—preguntó luego de besarle los labios, utilizando su lengua también.

  Sintió sus musculosos brazos rodear su cintura antes de levantarla y darla vuelta para dejarla sobre sus rodillas, con su rostro apoyado en la almohada, dejando su trasero a su vista. Cuando sintió que entró una vez más en ella, soltó un gemido ronco que le hizo poner los ojos en blanco.

—Muévete —exigió, dejando sus manos sobre sus glúteos. —, ahora mismo.

  Levantándose un poco miró sobre su hombro y comenzó a moverse de adelante hacia atrás, sintiendo su miembro en todo su esplendor. Pronto sintió una de sus manos chocar contra su culo y tuvo que removerse inquieta.

—Más rápido.

  Con sus manos atadas le fue más complicado poder seguir dicha orden, pero como pudo abrió más sus piernas y aceleró sus idas y venidas, pero éstas fueron interrumpidas en cuanto azotó una vez más trasero para luego sujetar sus caderas y embestirla al mismo tiempo que ella seguía moviéndose.

—Carajo, te sientes tan deliciosa.

  El choque en seco de sus cuerpos era como música para sus oídos, tanto que ni siquiera sé percataron en que Desgraciado había salido del clóset para luego correr hacia la ventana y salir afuera. Cuando ella sintió que estaba a punto de correrse se lo hizo saber con sus uñas, las cuales rasguñaron sus piernas con desesperación. Su cuerpo tembló, y si no hubiera sido por Taehyung quien aún estimulaba su orgasmo, hubiera caído exhausta al colchón. Tomó su falda con una mano y tiró de ella para seguir tirando su culo contra su pelvis.

𝒯𝑒𝒹𝒹𝓎 𝒷𝑒𝒶𝓇  | 𝐊. 𝐓𝐇 Where stories live. Discover now