Capítulo 25

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  El sonido de la campana retumbando en las paredes del colegio fue el causante de que su cabeza, la cual colgaba de tan solo su mano, se levantara de repente y se desvelara del pequeño sueño en el que había caído. Miró a su alrededor algo perdida y se percató que todos guardaban sus cosas desesperadamente. El horario de salida podía ser el mejor como también el peor.

  En el pasillo, por cierto infestado de gente, sintió cómo tiraban de su cabello desde atrás. Quejándose y llevando su mano a dicho lugar miró de mala gana a su mejor amiga, la cual sonreía alegremente. Esa mañana no compartían clases, por lo que solo la había podido ver en los recreos de diez minutos. Juntas salieron del edificio y tomando camino por la acera se dirigieron a casa de Isa.

—Mi abuela sorprendentemente quiere verte. —soltó la pelirroja.

  Isabella se tensó, pero aún así siguió caminando. Le dio una pequeña mirada nerviosa a su amiga quien estaba distraída mirando un par de pájaros volar cerca suyo.

—¿Sí?, ¿Y sabes por qué razón?

—Na, solo dijo que quiere hacerlo. —le restó importancia, al contrario de la morocha quien se iba haciendo mil preguntas respecto al tema.

  Aunque intentara negarlo, era obvio que la única intención para querer verla era por Taehyung y el hecho de que le había dicho que quería verlo ella misma en persona. En realidad quería hacerlo, llevarlo a casa de Mandy, pero se arriesgaba demasiado al estar Tamara viviendo allí.

—¿Hay alguien? —preguntó su amiga una vez que llegaron a casa de Isabella.

—No, somos las únicas.

  De pronto, ambas se quedaron en silencio cuando se escuchó música de fondo, específicamente viniendo del segundo piso. La pelirroja miró alarmada a su mejor amiga, quien estaba igual de alarmada, pero por diferentes razón. Cuando menos lo esperó, Tamara ya estaba subiendo las escaleras a velocidad luz, no sin antes tomar un paraguas que estaba a un costado de la puerta principal.

—¡Tamara!, ¡Espera!

  Los gritos desesperados de Isabella no hicieron nada para que ella se detuviera, ni siquiera volteó a verla cuando pateó la puerta de su habitación y amenazó patéticamente a la persona del otro lado de ésta.

  En otras circunstancias hubiera soltado un suspiro al creer que Taehyung ya se habría convertido en muñeco, pero fue todo mucho peor, hasta hubiese preferido que se haya quedado en su forma humana.
  Por supuesto que no, el chico debía convertirse en muñeco justo frente a los ojos de la pelirroja –claro sarcasmo–, quien al instante se quedó como una piedra. El sonido del peluche rebotar contra el suelo irrumpió con el tenso silencio que se había formado en la habitación.

—Isabella...

—¿Sí? —preguntó temerosa.

—¿Mis ojos acaban de ver lo mismo que los tuyos?

  Tardó unos segundos en responder, mirando con fastidio al osito que había caído justo cara a ellas. Lo maldijo en vos baja y prosiguió a dar una respuesta.

—Sí.

  De nuevo se quedaron en completo silencio, tan solo escuchándose la música clásica del equipo de música de fondo. Tamara bajó el paraguas de lo alto y apuntó al muñeco con la punta de éste, llegando a aplastarle un poco el estómago con la misma. Cuando volteó a ver a Isabella, ésta la observó expectante, preparada para su próxima reacción.

—¿Sabías de esto? —hizo otra pregunta, a lo que ella asintió. —. De acuerdo, puedes decirle que se revele.

—¿Qué?, ¿No estás asustada ni nada por el estilo?

𝒯𝑒𝒹𝒹𝓎 𝒷𝑒𝒶𝓇  | 𝐊. 𝐓𝐇 Where stories live. Discover now