5. Primera vez

976 116 114
                                    

Antes de entrar en uno de los ascensores del hotel de Louis, Harry le mandó otro mensaje a Nico.

«Estoy en el hotel con Louis. Estoy nervioso, creo que va a pasar... Te veo luego».

Cuando le dio a enviar se sintió mal. Como diapositivas, a su mente llegaron las imágenes de los momentos en los que Nico le dio la noticia del viaje, la cara de sus padres, los aviones, los planes... Debería estar en un autobús turístico con su mejor amigo, pero... inevitablemente sus pensamientos se desvanecían cuando notaba los labios de Louis en su cuello. Se habían quedado solos en el ascensor y el otro no había dudado en acercarse íntimamente hacia él. Besó su piel y la recorrió hasta apresar entre sus dientes el lóbulo de su oreja.

Harry creyó que las piernas le fallarían como al cervatillo animado de su nuevo apodo.

—Qué ganas te tengo, Bambi.

El tono de voz de Louis le izaba el vello.

Cuando la puerta del ascensor se abrió en el piso donde se ubicaba la habitación, Louis ya se había hecho con sus labios.

A Harry le gustaba besar. Le excitaba de sobremanera y le hacía perderse en enfocar todos sus sentidos en eso, en notar y hacer notar su lengua en la boca ajena. En pegarse más, en respirar entrecortado y controlar la cantidad de efectos que todo ello tenía en su sistema.

No quería dejar de besarlo. No le gustaba; le encantaba besar. No se podía creer que lo hubiese descubierto por fin. No podía asumir que fuera mejor que cualquier ilusión.

Dio pasos por inercia porque era Louis quien lo guiaba. Escuchaba voces y ruidos mientras su ser únicamente se centraba en no dejar de besar a aquel hombre. Aquello era dejar de pensar, de preocuparse, de buscarle una explicación lógica a las últimas horas...

Louis se separó de él y se comenzó a desabrochar los botones de su camisa. Estaban en la misma habitación en la que habían despertado aquella mañana.

Harry se puso a temblar.

Una parte primitiva y natural le hacía excitarse y dejarse llevar. Esa parte era salvaje, fuerte y poderosa, pues alimentaba de realidad la cantidad de fantasías que había tenido desde que alcanzó la madurez sexual. Podía ser fácil dejarse llevar, muy fácil. El pecho desnudo de Louis frente a él se lo ponía facilísimo.

No dudó en palparlo con su mano y Louis no tardó en atraerlo hacia él mientras también le desabrochaba su prenda. También se acercó a su oído y le susurró:

—Créeme que para mí es un honor que me dejes besarte y tocarte así.

¿Se refería a que era su primera vez?

Le deslizó la camisa por los brazos y le pasó la lengua por el cuello.

Sí, se refería a que era su primera vez y en la cabeza de Harry una voz gritó que el honor era suyo.

Estiró el cuello y se dejó lamer, besar y mordisquear. Recorrió con manos temblorosas el torso hasta llegar a la cintura de Louis y gimió por primera vez, alto y sin vergüenza, cuando lo recorrió a caricias y le apretó las nalgas.

Y también jadeó y Louis volvió a devorarle la boca.

El ambiente de la habitación se cargó en segundos. Sus cuerpos ardían y el sudor resbalaba como lava entre cada beso y fricción de sus cuerpos.

Se arrancaban gemidos y jadeos con cada roce, mordida y jugueteos con la ropa de cintura para abajo. Louis se le restregaba acorralándolo contra la cama y Harry gruñía deseoso de arrancarse el pantalón.

—Oh, Bambi... —le gimió mientras lo levantaba y le jalaba de la prenda inferior.

Harry dejó caer su cuerpo contra la cama al sentir la primera caricia en su entrepierna.

As de picasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora