59: No siempre se encuentra lo que se va a buscar

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-¿Qué tal Leo?- saludé apenas este abrió la puerta
-Bien, pasa- me invitó e indico que sentara en uno de los sillones, los nervios empezaban a apoderarse de mi por lo tanto opté en quitarme la chaqueta que cargaba dejándome solo la blusa sin espalda, si me daba frío seria una excusa para moverme y no los nervios.
Y sí se que no era la excusa más dinámica pero no tenía tiempo de pensar otra
-Gracias ¿Cómo has estado?- tampoco es que podía preguntarle de una vez sobre Oria, a estas alturas debe creer que solo me interesa eso de él
-Descubro que si trabajas en lo que te apasiona, no te cansa, es fantástico- admitía feliz, su alegría siempre era contagiosa
-Me da gusto por ti, aún así no te hagas un adicto al trabajo, tu columna no lo agradecerá
-Aún busco el equilibrio pero trataré de hacerte caso pero ¿qué te trae por aquí? ¿Más problemas en el paraíso?- curioseo en tanto me ofrecía una lata de coca cola la cual bebí antes de responderle
-No te mentiré diciendo que no, tal vez te de gusto saber que no estoy viviendo con Illel- informé dando otro sorbo, él lucía sorprendido para bien
-Tampoco te mentiré lamentándolo porque siento todo lo contrario, no creo que él te haga muy feliz- la mueca de mis labios dejaba ver el disgusto que me causaba el comentario y es que yo misma no tenía una idea clara de eso- disculpa si hable de más
-No, tranquilo, es solo que aún no sé que quiero o que siento- acepté átona, éste asentía comprensivo
-Bueno, para eso sirve una separación ¿no? Aclarar ideas y todo el rollo
-Eso espero… pero tengo otra razón de por qué estoy aquí- mencioné vacilante y le di otro trago a mi bebida, lo helado de esta me pasó factura erizando mi torso, consecuentemente di un pequeño temblor
-Soy todo oídos- masculló en tanto me observaba ¿cautivado? La sola idea me puso más de nervios así que solté mi cabello esperando cubrir un poco mi espalda descubierta y quitar su atención pero parece que conseguí todo lo contrario porqué su mirada era más atenta rozando lo febril, otro trago de coca cola intentó calmarme
-Quería que me contaras ¿Qué te anima ir a verla a du tumba? Ahora si es muy personal, no te sientas forzado a contestar- formulé rápidamente, él se encorvó sin dejar de verme
-Pues palabras no dichas creo- expresó después de varios segundos
-Mmmm ya- articulé sin saber que más decir, ese jueguito de miradas me tenía desconcertada por eso decidí pararme a botar las latas ya vacías, al acercarme a la suya podía jurar que me comió los senos con la mirada pues se notaba la aureola de estos al no tener sujetador, fui caminando a paso acelerado a la cocina y humedecí mi cara en un intento de bajar los nervios
-¿Estás bien?- cuestionó este parado en el umbral, respingué por la sorpresa pero asentí con la cabeza y trate de salir de la cocina pero este me detuvo poniendo su brazo de tranca
-Estoy bien, tranquilo- aseguré rogando internamente que me dejara avanzar, tan cerca hasta podía oler su atractivo perfume lo que me ponía peor
-Tienes la piel de gallina, eso me dice lo contrario- susurró pegado a mi oído y me percaté de mi condición y no sabía que hacer más que respirar profundamente
-Es por el frío de la gaseosa- pronuncié evitando mirarlo
-Estaba afuera hace rato- me contradijo
-¿En serio? Yo la sentí helada- traté de avanzar otra vez pero colocó su pierna haciéndome tocarla para evitar pegarme, automáticamente el agarro una de mis manos atrayéndome hasta estar frente a él
-Yeri, desde que te vi con solo esa blusa me tienes ansioso- confesó dándome una mirada, mi corazón dio un vuelco
-No…no se que decirte- admití viéndolo a los ojos y absorbiendo su delicioso aroma, a este punto me sentía como hembra en celo
-Solo di que pare si así lo quieres- declaró y sin darme tiempo de procesar bien sus palabras comenzó a tocar mi espalda desnuda, su toque era cálido lo que me hizo cerrar los ojos, luego se atrevió a ir a mi cintura, juntarnos más y sentí sus labios besándome. Ese acto desató algo en mí que afirmó que no quería que pare.
Varios segundos nos besamos, después me cargo colocándome en sus caderas y empezar a caminar hasta llegar a su cama, se sentó y yo encima de él ya podía sentir su erección, los besos en mi cuello aumentaban mi humedad y lívido por lo que empecé a mover mis caderas para causar un delicioso roce, su media sonrisa me indicaba que le gustaba.
Minutos después de besar mi cuello y labios me quitó la blusa dejando al descubierto mis pechos, para estar a la par quité su camiseta para acariciar su torso, acción que fue detenida por colocar su boca en mi seno derecho para lamerlo y chuparlo, eso me hizo arquear la espalda y él me sostuvo para que no cayera hacia atrás.
La sensación era exquisita, se paseaba entre mis senos mientras apretaba mi cintura y yo sentía como su erección crecía más por lo que decidí detenerlo para desabrochar su pantalón y quitarme el mío quedando solo en bragas y el en bóxer que se quitó automáticamente, quise sacarme las mías pero no me lo permitió acostándome en la cama para colocarse suavemente encima y empezar un recorrido de besos hasta llegar a mi cavidad, allí él saco mis bragas y mis piernas se abrieron instantáneamente
-Eres hermosa- exclamó recorriéndome con la mirada a lo que me sonrojé
-Gracias, tú también no estás nada mal- comenté lasciva, este sonrío, se colocó en medio de mí, acercó su boca y empezó a lamer mi humedad, cada lamida me hacía gemir y agarrar su cabello o las sábanas
-¿Así esta bien?- consultó notoriamente excitado, lo que me mojó más
-Excelente, por favor no pares- rogué y el obedeció siguiendo con las succiones en mi clítoris que me hacían gemir cada vez más-Así, así sigue Leo- solicité pero este paró dejándome agitada
-Así no acabarás- sentenció, se colocó un condón que tenía en una repisa y se posicionó listo para penetrarme.
No sin antes rozar su miembro en mí provocando una deliciosa tortura
-Leo…Leo…hazlo ya
-No sabes cuanto me encanta que gimas mi nombre- exclamó en tanto me daba la primera estocada que me hizo aruñar su espalda, los vaivenes eran gloriosos pero ahora yo quería estar arriba y se lo hice saber
Ya estando en posición comencé a cabalgar echando mi cabello para atrás y buscando el ritmo ideal
-Eres fantástica- pronunció placentero, yo sonreí y el agarro uno de mis senos para masajearlo y eso era todo lo que se oía en la habitación, los choques de nuestros cuerpos.
-¿Así Leo?- pregunté coqueta- ¿Más Leo?- este asentía y gruñía en respuesta
Después cambiamos de posición, él me puso en cuatro y empezó a penetrarme más fuerte y rápido por ciertos momentos
-Más…dame más Leo- el solo pronunciar du nombre lo ensimismaba y a mi me daba lo mejor dándome una y otra vez en tanto gemía en mi oído, como quería más comencé a masajear mi clítoris y me sentía en la gloria. Después otra vez me coloqué arriba pero esta vez me movía en círculos causando más fricción, minutos después me vine por lo que pare automáticamente, este me acostó para bajar a mi vulva y absorber mis líquidos lo que hacía que sujete las sábanas con fuerza en tanto temblaba de placer, segundos después él me pidió penetrarme otra vez y gustosa acepté, luego se vino, nos dimos un baño rápido en el cual oriné y finalmente desnuda caí a la cama y me dormí.
Lo último que sentí fue a él arropándonos y caer junto a mí.
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Buenas, buenas 💖
Este capítulo fue "algo coqueto" 😏 espero que les haya gustado tanto como a mí escribirlo 😉

Siempre me da gusto leer sus comentarios y ver sus votos 💖 pero esta vez quisiera su opinión en algo ¿Qué otro título les gustaría en la historia? O ¿Están bien con este? Les agradecería mucho su respuesta en mi perfil, donde dejé la pregunta 👀

Que tengan una excelente noche 💖

Amor traumático Donde viven las historias. Descúbrelo ahora