60: Caer de cara

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Me desperté a las once de la noche según el reloj de la pared, sentir la sábana directamente en mi piel me hizo subir al cielo y hundirme en el hades al recordar lo que había pasado.

No me mal entiendan, lo había disfrutado pero no había sido lo correcto, estaba casada ¿Ahora cómo vería a Illel a la cara?

Por otro lado, tampoco había conseguido alguna información útil…era un desastre.

Me senté buscando con la vista mi ropa y la hallé doblada en una silla, miré a mi lado pero Leo no estaba y mejor, me podría vestir tranquila.

Ya tenía puesto mi interior y la blusa cuando lo escuché

-No pensarás irte ¿verdad?- cuestionó sosteniendo un plato con un par de tostadas

-Leo, es tardísimo y se preguntaran donde estoy, es mejor que me vaya- respondí angustiada

-Al menos come algo, anda- pidió, mi estómago no pudo negarse al gruñir así que acepté

Nos sentamos en el borde del colchón comiendo en silencio, así fue hasta como por la mitad del alimento

-¿Te arrepientes verdad?- preguntó apenado lo que ocasionó una incomodidad mayor

-No lo sé, fue grandioso pero…pero no fue lo correcto, a pesar de todo estoy casada

-Perdón que te lo diga pero tu matrimonio evidentemente va mal

-¿Y eso quiere decir que nunca mejorará? O ¿Eso me da el derecho de engañarlo?- debatí algo molesta

-Lo siento…- su disculpa solo me hacía sentir peor por lo que suspiré hastiada

-Solo que no se repita, por favor- rogué más para mí que para él

-Es difícil ya habiéndote probado y tenerte ahora mismo casi desnuda- comentó viéndome toda, la piel se me erizó, tenerlo solo en bóxer tampoco era de ayuda

-Leo…- rete

-Así gemías mi nombre Yeray- exclamó para luego poner los platos en el piso y abalanzarse sobre mis labios y tocar mi torso

Parte de mí decía que lo despegara pero otra, la hormonal pedía tenerlo allí

Adivinen a cual le hice caso

Sus caricias eran deliciosas, más cuando empezó a masajear mi rosado botón y gemía en su boca

Mis piernas se enroscaban a él queriendo más, sus dedos hacían maravillas mientras que sus labios me besaban el cuello y los labios

-Eres fantástico- balbucee, éste intensificó el movimiento y mis caderas comenzaron a moverse solas, él sonrío

Unos segundos decidí que era mi momento de hacer algo por él así que hice que se pusiera boca arriba en la cama, quité su bóxer, me senté encima para comenzar a sobar nuestras causando una fricción increíble

-Yeri..Yeri, sube ya- pedía

-No seas ansioso- comenté entre jadeos, segundos después bajé, agarré un condón y lo coloqué en su miembro y comencé a masajearlo un par de veces hasta meterlo en mi boca, una y otra vez salía y entraba de él, éste agarro mi cabello para que no estorbara e instantes después él movía sus caderas para salir y entrar de mi boca a su antojo, el lívido estaba a mil

-Quiero penetrarte ahora- avisó minutos más tarde, asentí saliendo de él y limpiando las comisuras de mis labios

Leo, me cargó hasta la mesa que estaba en su sala, me sentó y comenzó a entrar y salir de mi, se sentía fantástico y no estar en el lugar habitual le añadía un plus

-Esto es la gloria- jadeo

-Ujum

-¿Y así quieres dejarlo?- cuestionó, la respuesta automática que dio mi cabeza fue no

-Lo haré si no me la metes más fuerte y rápido- exclamé, este sonrío ladino y obedeció

Un par de minutos después ambos acabamos, nos fuimos a bañar, me vestí y mientras él lo hacía corrí hasta la puerta, grité un “Hasta luego” y me fui

Sino, no me hubiera dejado salir de allí; parada en la acera con frío quería que un taxi pasara ya y el pedido se me cumplió instantes después, me subí y mientras andaba vi a Leo parado en la esquina de la calle

Dejé de ver, di la dirección de mi apartamento y me dejé envolver por los paisajes.

Casi dos horas después estuve en el hospital rogando que Illel, no estuviera, sus llamadas pérdidas eran suficiente cargo de conciencia para mí.

Pero mí decepción se hizo presente al verlo dormido en el sofá de la sala de espera junto a Robert, con mucho cuidado me senté en uno de los sillones de al frente, me puse los auriculares y me propuse dormir

Ni dos canciones habían pasado cuando sentí un toque en mi pierna

-Hola Yeri- saludó Robert, aliviada le contesté- La academia te pegó fuerte ¿no?

-Ya sabes que amo lo que hago- dije orgullosa

-Entiendo pero la próxima por lo menos envíanos un sticker, le faltó poco a tu padre e Illel, ir a buscarte- sopesó, yo le di una sonrisa incómoda, si supieran…

-Si, disculpa, me desconecté demasiado

-Eso dijo Sol, veo que tuvo razón

-Si lo dices en frente de ella, me lo restregara por mucho tiempo- bromee

-No lo dudo, bueno, ya me voy, quiero prepararle el desayuno a July y dejarla en la escuela mañana- aseguró nostálgico

-Ve sin cuidado, te avisamos cualquier cosa- afirmé, este asintió y con cuidado se levantó para despedirse con un beso en la mejilla- Robert, estás haciendo un gran trabajo ¿ok?

-Gracias Yeri, gracias por ser mi familia- nuestros ojos se cristalizaron pero no pude ver alguna lágrima suya porque se fue, yo si limpie un par mías y me dispuse a seguir en mi mundo pero tampoco me fue posible

-Si ya andas dando ánimo a los demás quiere decir que te sientes mejor ¿verdad?- ironizó Illel, sentándose completamente.

Yo me quedé estupefacta sin saber que decir o hacer y tenía que pensar rápido.

Para sentir hace un rato que estaba en el cielo, en este momento estaba segura de haber caído de cara al pavimento.
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Lo prometido es deuda y aquí pagué un poquito más 😁 espero que les guste

Muchas gracias por el apoyo y hasta la próxima 💖

Amor traumático Where stories live. Discover now