V E I N T I T R É S

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JOAQUÍN

Estando sobre las piernas de Emilio, sus manos que anteriormente se encontraban muy concentradas en acariciar la curva de mi cintura, bajaron recorriendo mis muslos hasta llegar a mi trasero; apretando como si de bollos se tratasen.

Sentí su respiración en mi cuello.

Sus labios en roces mortales acariciaron apenas el hueso que sobresalía de mis clavículas, heche mi cabeza hacia atrás, sosteniéndome de sus anchos hombros, un jadeo escapo de mi garganta.

Tan pronto como sus manos ascendieron nuevamente a mi espalda baja, sus dedos tomaron el dobladillo de mi camiseta y la subieron hasta retirarla por completo de mi torso.

Su lengua húmeda atendió mi pezón, gemí por lo satisfactorio que se sentía aquello. La mano que le quedaba libre desabotono mi bermuda, dándole más comodidad a sus dedos que se deslizaron por el interior de mi bóxer, toco mi piel desnudad.

Ante semejante acción me aferre a su espalda, mi cadera en un movimiento inconsciente se meció de atrás hacia adelante, creando fricción entre nuestros andares.

—¿Tan rápido tu culo ya pide mi verga? —susurro en mi oído. Aprovechando la estancia de su boca ahí, mordió mi lóbulo, haciendo que un aire eléctrico me recorriera la espina dorsal.

El rizado me recostó sobre el edredón de la cama, estaba frío y olía a él.

Me quito la bermuda junto con el bóxer, dejándome desnudo ante él. Gateo hasta quedar por encima de mí, con sus manos abrió de par en par mis piernas, posicionándose entre ellas.

Su rodilla se meneo en círculos provocando en mi intimidad una fricción tan enloquecedora que estuve apunto de venirme con solo ese roce. Emilio ataco una de mis tetillas rosadas mientras que con sus dedos índice y pulgar torturaba mi otro pezón.

Dientes y lengua.

Con la punta de la lengua jugueteaba con la punta de mi botón seguido de una ligera mordida, tan solo lo duro y filoso de sus dientes me daba un choque de adrenalina que desconocía hasta ese momento.

Se dirigió a mi cuello donde absorbió la piel.

—Ahh, E-Emilio d-duele ahm ... —sentí caliente la zona que había sido absorbida, seguramente dejo una marca.

Esta vez sus dedos dejaron de violar mi pezón para bajar por mi abdomen hasta mi miembro y mientras me besaba con fogosidad e intensidad, su mano tomo mi extensión en un sube y baja que me robaba el aliento.

—Ahh ...—gemí

—Chúpalos —frente a mí sus dedos medio e índice se habrían paso entre mis labios, recolectando mi saliva.

Ambos dedos ya humedecidos por mí, se abrieron paso en mi abertura, primero rozaban el exterior en una tortuosa espera. Lleve mi antebrazo a mi frente.

La espera me ansiaba tanto que mis caderas poseídas por el deseo de sentir algo dentro, se menearon. En el rostro del rizado una sonrisa torcida y llena de picardía se hizo presente, mientras que ambos dedos abrían mi estrecha entrada, me aferre del edredón vuelto puño en mi mano.

El movimiento de sus dedos me robo un gemido que fue expulsado por mi boca.

Entraban y salían, hacían tijeras.

Me estaba volviendo loco, estaba al borde del clímax, eran buenos los movimientos, MUY buenos.

Pero mi cuerpo quería algo más... más grande y ancho que sus dedos.

Mr. Lust || Emiliaco [Terminada]Where stories live. Discover now