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Yessenia dejó salir un suspiro, se puso a pensar mientras miraba hacia el suelo. —No sé, tal vez no es muy buena idea dejar que Ryan siga viva.— Habló de la nada, sus palabras causaron que Endina abriera los ojos ampliamente.
—¿Qué te hace decir eso? — Isabella preguntó, mirando entre Yessenia y Enedina.
Yessenia alzó los hombros. —¿Cuánto hasta que se ponga paranoica? Rose es lo más importante para ella, no creo que Ryan vaya a salvarnos a nosotros cuando se pueda salvar a ella misma y a Rose. Piensalo.— Ella explico.
—Tu las conoces desde hace mucho. ¿Cómo era su relación antes?— Enedina preguntó.
—No ha cambiado mucho, Ryan siempre va a querer mucho a esa niña.— Yessenia suspiró. —Este negocio se está cayendo y si Félix o la DEA descubren su existencia, no va a ser seguro para nadie.
—Tiene razón, Enedina.— Isabella habló mirando a la mujer. —Tenemos que actuar antes de que Ryan diga algo.— Enedina abrió la boca para defender a Ryan pero Isabella continuó hablando. —Asesinarla es la mejor opción.— Ella dijo, como si supiera que alguien le iba a preguntar cuál es su idea.
—Mhm.— Yessenia murmuró. —Si ella está fuera del negocio nosotros nos quedamos con él, Rose es muy ingenua y le podremos quitar la parte que le tocaría a ella y repartirla entre nosotras.— Yessenia explico.
—¿Enserio creen que Ryan nos traicionaría? —Enedina preguntó.
—Es mejor prevenir que lamentar.— Yessenia habló. —Ryan siempre va a preferir a Rose, sin importar quien sea. Con su mamá, no empezó el negocio por sacar a su madre y a Rose de la pobreza, lo hizo porque quería asegurarle un futuro a Rose. Todo lo que Ryan hace, lo hace por esa niña, si tiene la oportunidad de salvar a Rose, la va a usar.— Explicó, lo cual hizo que Enedina se molestara al escuchar esas palabras.
—Voy a llamar a alguien para que haga ese trabajo.— Isabella afirmó.
Yessenia frunció el ceño. —¿Conoces a gente en el estranjero?— Yessenia preguntó, frunciendo el ceño.
Isabella arqueo una ceja, sus labios se curvaron de un lado. —Ay, querida, tu sabes quien soy yo.— Ella dijo, una sonrisa se formó en los labios de Yessenia.
Enedina miro la interacción entre las dos. —¿Ryan está en el estrangero?— Ella preguntó, con el ceño fruncido. Yessenia simplemente asintió. —¿Por qué no me dijeron eso? ¿Desde cuando?
—Desde hace poco.— Yessenia habló, —llamaron a Rose y ella me dijo.
La mandibula de Enedina se tenso. Claro que tenía que ser Rose, siempre es Rose.
—¿Y Rose?— Ramón le preguntó a Enedina después de que esta le contó lo que iban a hacer. Obviamente, omitiendo el hecho de que tenía un negocio aparte del que tiene con ellos.
—¿Que con ella?— Enedina preguntó, ya sabía la respuesta a esta pregunta, pero ella prefiere no decirlo, de alguna u otra manera le ayuda a olvidarse de lo que está pasando.
Ramón alzó los hombros. —¿Como que, 'que con ella, Enedina?— Ramón alzó la voz. —El otro día que fue a la casa ella se puso a llorar y yo no creo que fue solo porque no sabe qué hacer.— Él habló sarcásticamente. —Si algo le pasa a Ryan, esa niña se va a poner muy mal.
Enedina rodó los ojos. —Suenas como Benjamín.— Ella simplemente dijo.
Ramón suspiro. —No chingues, Enedina. ¿Cual es...
—¿Ahora te pones a pensar en los demás, Ramón?— Enedina lo interrumpió. —Ya no te preocupes por ella. Va a estar bien, después de unos días se le va a pasar.— Enedina habló sin preocupación.
—¿Por qué quieres matar a Ryan?
Enedina parpadeo, —para no poner en riesgo nuestro negocio, Món.— Ella dijo sin pensarlo dos veces. —¡Y ya! Va a pasar lo que tenga que pasar así que no te metas. Y no le digas nada a esa niña.— Enedina amenazó.
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