20 | traidora

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capítulo veinte!
TRAIDORA
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"Por ahora no."

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Rose se encontraba con la mujer dueña de la disquera que se estaba encargando de que la canción de Rose saliera bien. Aunque el resultado no le gusta mucho ya que empezó a hacer otra canción de cero porque siente que la canción que le estaba escribiendo a su prima tiene mucho más potencial y no lo quiere desperdiciar, arruinando la canción porque la tenía que terminar lo más rápido posible.

—¿Sigues enojada con Miguel Ángel?— La mujer le preguntó mientras hojeaba unos papeles.

Rose alzó los hombros. —Solo quiero ver a Ramón.— Ella suspiró. Desde que conoció a la mujer empezaron a pasar mucho tiempo juntas debido a las canciones y Rose tuvo la suficiente confianza para contarle cómo se estaba sintiendo recientemente. —Me hace enojar el hecho de que Miguel Ángel no me deje ir.— Se sentó en una silla enfrente de la mujer.

—¿Has hablado con Ramón?— Preguntó. Miró a Rose rápidamente antes de volver su atención hacia los papeles. Rose negó con la cabeza. —Llámale.

—Nunca está cuando llamo.— Rose sintió una extraña sensación en la parte inferior de su estómago una vez que el pensamiento de Ramón con otras chicas invadió su cabeza. —Lia... I wonder...

—Don't wonder.— La mujer la interrumpió, sabía lo que iba a decir a continuación. —Solo llámale. Ahí está el teléfono.— La mujer le dijo, apuntando hacia el escritorio detrás de la chica en el que estaba el teléfono.

—¿Y si no quiere hablar conmigo?

La mujer suspiró. —Entonces lo vas a saber.— Una sonrisa se empezó a formar en los labios de la mujer. —Sometimes es mejor saber que vivir con la incertidumbre.— De alguna manera, estas palabras hicieron a Rose obtener la confianza que necesitaba para hablar con el chico. Se levantó de la silla y caminó hacia el teléfono, marcó el número de la casa de los Arellano y esperó hasta que alguien contestara. La mujer notó el nerviosismo de Rose, como golpeaba suavemente el teléfono con el dedo y que mordía el interior de su mejilla. —Vas a estar bien.— La mujer le susurró, Rose le sonrió suavemente.

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