Propuesta

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...

...

...

—Akutagawa empieza a sospechar.

—¿Quién?

—Mi compañero —explicó Chuuya, pero la persona a su lado siguió con cara confusa, así que prosiguió —. ¿El de cabello negro? ¿El que no tiene cejas?

Eso último le ayudó a recordar.

—¡Ah! El emo.

Dazai nunca fue bueno recordando nombres, al menos no de la gente que no le interesaba, especialmente si esa persona estaba detrás de él por todas las cosas que ha estado robando últimamente.

Chuuya viró los ojos; no le debería sorprenderle que a Dazai no le parecía afectar eso, el idiota era un sinvergüenza la mayoría del tiempo. 

—Deberíamos ser más cuidadosos. Solo digo... 

—Bueno, tú eres el detective aquí, yo no tendría problemas si descubren que me estoy acostando conti-

—¡¿Cómo se supone que supiera que el hombre raro que se me acercó un día en la biblioteca pública era un ladrón?! 

Porque Chuuya ese día no planeaba quedarse mucho tiempo leyendo cierto libro de joyas; solo quería confirmar algo de la investigación a la que estaba asignado... Hasta que Dazai se le acercó con la sonrisa más encantadora que tiene para darle una explicación más a detalle acerca de las piedras. 

Y ok, sí, Chuuya debió sospecharlo en ese momento, pero luego el maldito le invitó a comer un helado, ¿y quién en su sano juicio rechaza eso en un día caluroso? 

Lo siguiente que supo, fue que terminaron intercambiando números, saliendo a comer de vez en cuando, llamándose a mitad de la noche para preguntar cómo les fue en su día, compartiendo miradas, besos, caricias y... Bueno, en pocas palabras, saliendo. 

Por eso, la noche en que Chuuya se quedó en el departamento de Dazai, y por mera casualidad encontró la ropa y las joyas de cierto ladrón que estaba investigando, fue... muy impactante, sinceramente. 

Y lo iba a delatar, de verdad... Pero la gente ya les había visto juntos, Akutagawa sabía que tenían ese tipo de relación, y ese día estaba tan cansado, que mejor llegó a un acuerdo con el castaño para que ninguno de los dijera nada. No quería meterse en problemas ni tampoco solucionarlos.

Sin embargo, Akutagawa podría ser fácil de engañar, pero eso no quitaba que fuera persistente y, cuando está interesado en descubrir algo, está dispuesto a hacer todo para conseguirlo. Ayer, lo encontró rebuscando en su casillero. Su excusa fue que estaba buscando un peine, que porque le ha visto llevar uno (sí tiene un peine en su casillero, solo que la excusa es tan mala, que no podía creerle. ¿Akutagawa queriendo peinarse? Nah). Días atrás, le preguntó de qué trabaja Dazai, el porqué casi nunca se pasa a verlo a las oficinas, acerca de su relación...

Era bastante obvio que el azabache se olía algo, así que...

—Daz-

—Te propongo algo, Chuuya.

Sus palabras fueron cortadas antes de que pudiera decir algo. Ambos andaban aún en la cama, parte de sus cuerpos ocultos entre las sábanas, disfrutando del calor mutuo que estos emanaban. La noche aún era joven y acababan de cenar, tenían bastante tiempo para hablar. 

Pero Dazai quiso acelerar las cosas. 

Se escuchó muy serio, ese tono de voz que solo le ha escuchado la vez que se le declaró; una sola vez. 

Con un tanto de miedo, le volteó a ver, esperando a las siguientes palabras del castaño. 

—Vayamos a otro país, Chuuya. 

...

El... ¿qué?

Esperaba un "Terminemos esto, pero al menos disfrutemos esta última noche".

O hasta un "Entonces no quiero volver a verte".

Pero no... eso. 

Porque era un gran paso, no- Ni siquiera se le puede llamar paso, era un jodido salto el que le estaba pidiendo Dazai hacer. Así que, obviamente no tuvo una respuesta inmediata. 

Aún tenía que pensar en SU futuro, en lo que quería para él, en lo que quería lograr y mantener. Irse del país implicaba estar lejos de sus amigos, de su familia, del trabajo que tanto le gustaba y la ciudad que tanto amaba. 

—Yo...

—No tienes que responderme ahora, Chuuya. Quiero que cuando me des tu respuesta, estés cien por ciento seguro de ella. 

Y Chuuya sí lo pensó. 

Día y noche. Semana tras semana.

Lo pensó tanto, que luego se dio cuenta de lo estúpido que era porque, uno, Dazai solo le dijo que fueran a otro país, no que fueran a vivir a otro país; y dos, moría de ganas por unas vacaciones, de compartir nuevas experiencias con Dazai, de divertirse, de conocer lugares que ni en sus sueños ha visto. Y Akutagawa lo sabía. 

Después de todo, era una propuesta tentativa que no podía simplemente ignorar. 

Así que no fue muy difícil decirle a todos que se iría unos meses a viajar con su novio. Tampoco tuvo que darle tantos detalles a Akutagawa, simplemente le dijo que necesitaba descansar y despejar su mente.

Además, Dazai parecía tenerlo planeado todo, porque el maldito incluso ya tenía unas fechas y lugares programados. 

Lo que Chuuya no sabía, era que durante ese tiempo, Akutagawa encontraría al ladrón de las joyas, uno falso, claramente. Porque por supuesto, Dazai planeó todo para que al final pudieran vivir una relación relativamente normal y sin secretos... 

Bueno... No tantos secretos.

...

...

...

Siguiente: "Dulce". 

Soukoku Fluff Week 2022Where stories live. Discover now