Dulce

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Tarde pero aquí está xd. 

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Dazai no quería participar. 

Él sabía que tocaba bien la guitarra eléctrica, le ha gustado ese instrumento desde que tiene memoria, y tenía buen carisma para estar encima de un escenario; aún así, no quería. 

Porque sabía que Chuuya iba a estar ahí y, sinceramente, no tenía muchas ganas de concursar  en contra de su querido enano. 

Sin embargo, le debía un favor a Atsushi (demasiados favores, pero digamos que solo es uno), así que tampoco podía negarse. 

Y así es como terminó en un maldito concurso para coronar a la mejor banda de la escuela, como él como el maldito guitarrista de la banda de su querido kouhai. 

En contra de Chuuya, genial. 

—No entiendo porqué concursamos en esto si ya sabemos quién va a ganar —además, estaba teniendo un día pésimo. 

Naomi le había obligado a "vestirse" para la ocasión; pantalones verdes (¿quién usa ese color en pantalones hoy en día?), una playera blanca normal, chamarra negra, una bufanda que no entendía porqué tenía que usar pues había calor, sus botas negras que al menos le dejó conservar, y como toque final, le pintó las uñas de negro. ¿Por qué? No lo sabía, pero al menos se le veían bien. 

Además de que fue obligado a entrar a la banda, también le hicieron ir a las prácticas. Lo cual odiaba, porque podía aprenderse fácilmente la canción en tres días, ¿por qué tenía que ir a las estúpidas prácticas? Ugh. 

—Ni siquiera se han presentado y ya estás de amargado —y por supuesto, la única que le respondía sus estupideces, era Naomi. 

Como sea. 

Pronto fue el turno de ellos, de lo cual no tenía problema, no es de las personas que se ponen nerviosas.

Una vez se paró en el escenario, respiró profundamente, esperó a que Atsushi diera la señal, y empezó la presentación de menos de tres minutos y medio. Y tal vez el albino no era el mejor cantante de la escuela, pero sí uno de los más expresivos, poniendo todo de él en cada párrafo que cantaba, usando el volumen necesario, sincronizándose con los sonidos de los instrumentos que eran tocados. 

Probablemente era lo único que le gustaba a Dazai: Que cuando tocaban juntos y Atsushi cantaba, se divertía y lo disfrutaba; porque podían no ser la mejor banda, pero sí la que más se divertía. Con Kyouka enamorando a todos con su inexpresividad (cuando sonreía, era como ver a una diosa misma); Atsushi contagiando su energía positiva; Kenji sonriéndole a todos y saludándoles cada que podía; Tanizaki haciendo solos increíbles que animaban a todos, y él... Bueno, tocaba bien.

Recibieron varios aplausos y gritos una vez terminaron, probablemente fue su mejor presentación hasta ahora. 

Y como la suerte de él era una mierda la mayoría del tiempo, después de ellos, pasó la banda de Chuuya. 

No se lo tomen a mal, amaba ver a Chuuya encima de un escenario. 

Era como ver a la vida misma frente a él. Con la mayoría de las luces del escenario enfocándole; su voz, siempre tan cautivadora; la forma en la que sonreía y veía a su público, como si fueran lo más importante de su vida. 

Le encantaba.

¿Los otros tres chicos en la banda? Nah, Dazai nunca les prestaba atención, porque sus ojos no podían despegarse del pelirrojo que se movía por el escenario como si fuera su propia casa. 

Y probablemente le pasaba lo mismo al resto del público, porque la mayoría siempre se quedaba callado, ensimismados y enamorados. 

Por supuesto, una vez terminaron su presentación, los aplausos y gritos rompían el silencio que se creaba cuando la música se acababa.

Él, por su parte, se separó de su banda para meterse a la habitación en donde estaba la de Chuuya.

—¡Chuuya, buen trabajo! 

El pelirrojo andaba tomando agua, nadie de su banda a la mira.

—¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar con tu banda? —Chuuya dejó la botellita de agua que estaba tomando sobre una mesa, sentándose en el sillón que estaba en medio de la habitación. 

Dazai, por supuesto, imitó la acción, sentándose a un lado. 

—¿Qué? ¿No puedo venir a visitar a mi enano favorito?

El pelirrojo viró los ojos, para luego sacar un pequeño dulce de su bolsillo.

—No me digas enano, idiota —le dio una mirada, alzando una ceja —. ¿Qué hay con la vestimenta de idol que te cargas?

Le devolvió la mirada, dándole una ojeada de pies a cabeza.

Chuuya andaba con pantalones negros pegados y rasgados, una cinturón rodeándole la cadera como adorno; dos sports, uno blanco, y otro rojo por debajo; una chamarra negra; y obviamente, el sombrero, el choker y los guantes que no podían faltar, algo tan característico en él.

—Te prometo que tú pareces más un idol que yo. 

Chuuya le ignoró, su mirada enfocándose en quitarle la envoltura al dulce. 

—Como sea, deberías estar con tu banda, al menos hasta que den los resultados —Chuuya se metió el dulce en su boca, sonriendo de satisfacción al sentir su rico sabor a uva.  

—¿No estás alegre de que tu fan número uno venga a verte? —pero si Dazai era conocido por algo, era por su insistencia y lo molesto que podía ser cuando quería algo. 

Chuuya lo sabía, por eso, sin querer meterse en una pelea con el más alto, le miró con mala cara.

—¿Qué quieres? 

—¿Un dulce y un beso?

Y, sinceramente, pensaba recibir un dedo de en medio como respuesta. Pero Chuuya se le quedó viendo por varios segundos, para luego acercarse hasta él, y tomarle de la bufanda para juntar sus labios en un beso que no esperaba. Ni siquiera pudo dominarlo, Chuuya fue el que impuso el ritmo, la profundidad y tiempo, sintiendo cómo le mordía y se pasaban el dulce de vez en cuando. 

Una vez se separaron, Chuuya le sonrió.

—Solo porque me gusta el atuendo raro que tienes. 

Dazai salió de la habitación más feliz de lo que pensaba que saldría, volviendo con su banda.

—Te estábamos buscando por todas partes, ¿dónde estabas? —preguntó Naomi una vez le vio, cruzándose de brazos. 

Él simplemente sonrió, satisfecho consigo mismo, y le mostró el dulce en la boca. 

—Fui a buscar mi dulce favorito. 

Tal vez no ganó el concurso, pero sí un beso y un dulce de su persona favorita. Por algo era el fan número uno. 

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Siguiente: "Falsa... pero no tanto".  



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