Capítulo 8

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Resolver ecuaciones, hacer el ridículo y salir por patas, mis especialidades.


Llegué al coche antes que Nixi

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Llegué al coche antes que Nixi. Lo abrí mientras esperaba que llegase. Mis dedos se movían frenéticamente al ritmo de mi nerviosismo. Pasaban ya quince minutos de la hora y siendo la primera vez de muchas que me tocaría llevarla a terapia física no quería causar una mala impresión. O peor, porque mala ya era.

Nixi tardó medio minuto más en recorrer la distancia entre el edificio y el vehículo, y cuando lo hizo fue directa a la puerta trasera. La señaló con la cabeza, sus ojos muy abiertos. Parecía medio aterrorizada de estar dirigiéndome "la palabra".

—¿Qué pasa? —reiteré. Sonó más como una exigencia que como una pregunta.

Volvió a señalar la puerta con la cabeza. Parecía que le estuviese dando un algo.

Finalmente me resigné y la abrí con rapidez.

Volvió a señalar hacia dentro.

Solté un suspiro antes de inclinarme para mirar que narices había. Y entonces la vi. La tableta. La AAC. Su voz. Me había olvidado su voz. Ups.

—Mierda —solté para mí misma. Se la coloqué en el andador con una sonrisa de disculpa en el rostro que, mezclada con el nerviosismo, debía parecer una mueca, porque empezó a andar inmediatamente hacia el edificio. Cerré la puerta y el coche y me apresuré a seguirla.

Nixi llevaba yendo a terapia física desde que era un bebé, el día anterior había ido con papá y Heather, por suerte ya conocía la dinámica. Yo no.

Me guio por dentro el edificio (que agrupaba distintos servicios) hasta llegar a un mostrador.

Una mujer vestida con un uniforme médico se levantó cuando nos vio aproximarnos.

—¿Nixi? Pensábamos que el segundo día ya no vendrías.

Fue como una puñalada en el estómago.

—Lo siento... Hemos tenido algunos problemillas...

La mirada de la mujer tenía un deje de desagrado.

—Entiendo.

» Nixi ¿quieres ir entrando? —la invitó con voz dulce mientras señalaba una gran sala. Ella asintió—. Necesito que me firme esto —dijo ahora dirigiéndose a mí. Me tendió un documento, era una especie de control de sesiones. Una vez firmado me indicó unas sillas donde podía esperar, quedaban enfrente de la sala. Observé como Nixi se internaba en ella por su cuenta y se dirigía a un hombre y una mujer, sus terapeutas.

La habitación lucía como un gimnasio, bueno, era un gimnasio. Era una gran sala con suelos de madera brillante. Dos de las paredes estaban llenas a rebosar de máquinas diversas. Algunas de ellas se encontraban ocupadas, la mayoría por adultos, aunque vi un par de jóvenes. Diversos terapeutas (solo los identificaba por sus uniformes médicos) indicaban el funcionamiento de las máquinas o ayudaban a los distintos pacientes a realizar sus ejercicios.

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⏰ Última actualización: Apr 12, 2022 ⏰

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