Capítulo 40 •Sueño•

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Cuando estuve dentro del cuarto de mi abuela cerré la puerta detrás de mí y fui hacia su closet, lo abrí y me di cuenta que tenía mucha ropa, arriba había algunas cajas, saqué algunas y las abrí, tenía abrigos guardados en las cajas, estaba fracas...

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Cuando estuve dentro del cuarto de mi abuela cerré la puerta detrás de mí y fui hacia su closet, lo abrí y me di cuenta que tenía mucha ropa, arriba había algunas cajas, saqué algunas y las abrí, tenía abrigos guardados en las cajas, estaba fracasando con mi búsqueda del vestido, ¿qué tal si no tenía?, eso sería lo que me iba a impedir ir al baile, había otras dos cajas dentro del closet, las saqué, para ser sincera pesaban demasiado, cuando las logre poner en la cama de mi abuela abrí primero una de ellas y me encontré con otro abrigo, ¿en serio tantos?, mis esperanzas estaban acabando, tome la última caja y la abrí, los ojos se me iluminaron cuando ví que adentro había un vestido, lo saqué y lo observé.

—Es precioso —dije asombrada—. Este me servirá —sonreí.

Me apresure a guardar todo en su lugar y salí de la habitación de mi abuela con el vestido que había encontrado.

—Estupendo, lo único ahora que me falta resolver es..., ¿cómo voy a salir por la ventana con este vestido? —me dije a mí misma, lo medite un poco y pensé que lo mejor era cambiarme en la casa de Agustina, o arriesgarme a salir así vestida por la ventana.

Tome mi celular y le mande un mensaje a Agustina, diciéndole que si podía cambiarme en su casa, a lo que ella me respondió que si.

—Genial, eso es genial —dije emocionada.

🌙🌙🌙

Horas mas tarde

Estaba acostada bajó las sabanas, pensaba en Ruggero, no lo he visto desde esa noche que me visitó en el hospital, ¿y si le pasó algo?, sacudí la cabeza ahuyentando esas malas ideas de mi cabeza. Él sabe defenderse, es algo absurdo que piense que le pasó algo.

Es un chico increíble, el más lindo que haya visto en toda mi vida, debo aceptar que sus ojos me fascinan, cuando los veo me dan un gran consuelo.

Cerré mis ojos y dibuje una sonrisa en mis labios y poco a poco me fui quedando dormida.

•••

—¡No!, deja a Ruggero, por favor —dije suplicando a ese ser infernal.

—No, este chico ahora me pertenece —dijo agarrando por el cuello a Ruggero, el ruloso apenas podía respirar.

—Ve...te...ve..te —me decía Ruggero apenas pudiendo pronunciar palabras.

—¡Hago lo que quieras, pero dejalo! —dije hincandome en el césped.

—¿Lo que yo quiera? —asentí—. Ven conmigo a las tinieblas.

—De acuerdo, pero déjalo libre —aquel ser dejó a Ruggero y este cayó al piso mientras respiraba con dificultad.

—¡No, Karol! —exclamó Ruggero.

Aquel ser infernal le clavo a Ruggero una espada es su pecho.

—¡NOOOOO!

•••

Abrí los ojos, sólo había sido un sueño.

—No, Ruggero, no —dije y me incorpore para poder respirar mejor.

Miré el reloj y marcaban las 4:39 a.m.

Me levante de la cama y fui al baño para tomar papel higiénico y secarme el sudor que corría por mi frente, así lo hice y regrese a la cama.

—Ojalá no le haya pasado nada malo —susurre para mí misma y miré la luna que brillaba con intensidad a través de mi ventana.

Me acosté nuevamente y volví a cerrar los ojos.

🌙🌙🌙

Al día siguiente.

Me encontraba en mi habitación, escuchando música, cuando mi abuelo entró.

—Hija, iremos al cementerio, te llevaríamos pero tienes heridas, puede darte un mal aire —dijo.

—Me dan miedo los cementerios de todas formas —dije un tanto seria.

—¿Sigues molesta por qué no te dejamos ir al baile? —negué—. De acuerdo —me dio un beso en la mejilla—. Feliz día de muertos —salió de ahí.

—Si iré al baile —susurre.

Así es, hoy es dos de noviembre la noche de todos los santos, hoy muchas personas saldrán a la calle con disfraces a pedir dulces, es mi época favorita.

Me acerqué a mi ventana y ví a los vecinos alegres, poniendo adornos, incluso ya había gente con disfraces.

—Que bonito —dije.

Miré el reloj marcaban las 5:30 p.m.

—Vamos, reloj, avanza mas rápido, muero por ir a ese baile.

Hijo de la Luna Where stories live. Discover now