Capítulo 58 •Pisotón•

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Dos días después

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Dos días después

Viernes de Luna Creciente

•Karol•

Me levanté super rápido, me había quedado dormida, llegaría tarde a la primera clase, maldición, tenía que entregar una tarea, eso me pasa por quedarme hasta tarde viendo la tercera temporada de “Once Upon a Time”, no lo vuelvo a hacer.

Agarré un pans cómodo, me hice una coleta, ni siquiera me maquille, tome mi mochila y salí disparada de mi cuarto. Al bajar mis abuelos estaban en la sala de estar leyendo el periódico del día.

—¡Karol! —exclamó mi abuela sorprendida—. Creí que ya te habías ido desde hace una hora.

Negué, fui a la cocina, tome una naranja, la metí a mi mochila.

—¡Me quede dormida, mi alarma no la escuche! —dije saliendo de la cocina—. Me voy —les di un beso en la mejilla a cada uno y corrí a la salida de mi casa.

Las calles ya estaban siendo concurridas, corrí lo más rápido que mis pies podían, la gente se me quedaba viendo raro.

—¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos! —dije, estaba a menos de dos cuadras para llegar a la parada de autobuses.

Iba corriendo tan rápido que alguien se cruzó por mi camino ocasionando que cayera al piso de sentón.

—¡Au! —exclame, levante la vista y vi que quien se había cruzado era Pasquale, me levante rápidamente y me sacudí la ropa.

—¡Hola, Karol! —dijo con una sonrisa que a mi parecer daba miedo.

—Pasquale —dije mostrando una sonrisa fingida.

—Te he estado buscando. ¿Dónde te haz metido? —comentó groseramente.

—No creo que deba darte explicaciones de lo que hago —dije molesta.

Pasquale me tomó del brazo derecho bruscamente haciendo que caminara junto con él, del lado contrario a la parada de autobuses.

—¡Suéltame! —exclame tratando de zafarme de su agarre.

—¡No!, tú y yo vamos a platicar —dijo el idiota.

Le di un pisotón y este me soltó rápidamente.

—¡Maldita perra! —gritó, la gente giró a ver quien había dicho esas malas palabras, me eché a correr a la parada de autobuses por fortuna el autobús que tomaba estaba por irse, subí corriendo sin comprar boleto, de eso no me preocupaba, pagaría al bajar, tome un asiento y observe como Pasquale venía corriendo hacía el autobús.

—Avanza, avanza, por favor —rogué en voz baja, el chofer cerro las puertas y avanzó dejando atrás a Pasquale.

Solté un suspiro de alivio, estúpido, nunca va a poder hablar conmigo, no lo quiero ni ver.

🌙🌙🌙

Al llegar a la Universidad, entré rápidamente a la facultad, todos estaban en clase, los pasillos estaban solos, mire el reloj, 11:55 a.m., demonios, ya había perdido dos clases, sólo faltaban 5 minutos para que terminara esta, me senté en los escalones que se encontraban frente a mi salón, saque mi celular para enviarle un mensaje a Michael para que me dijera si habían hecho algo importante.

Hola, Michael, se me hizo tarde estoy afuera. Dime... ¿Han dejado algo de tarea ya dijeron fechas para exámenes?
Karol

Michael me respondió rápidamente.

Con razón se me hizo raro que no llegarás, la maestra Jaqueline ha dejado investigar unos conceptos, ahorita que entres te digo cuales, en cuando a exámenes el profesor Rocha dijo que el próximo martes será.
Michael

Solté un suspiro, estaba preocupada por mi trabajo que no había entregado, tal vez si hablo con la profesora me dejaría dárselo ahorita, decidí ir a su cubículo, en el tiempo que restaba para que la clase diera inició.

Me levante y subí los escalones, salude a las secretarías de la facultad y al llegar al cubículo de la profesora toque la puerta.

—¡Adelante! —se escuchó la voz de la profesora.

—Buenos días, profesora Lucila —dije ya que aún no daban las 12:00.

—¡Karol, que sorpresa! ¿Por qué faltaste a clase? —cuestionó—. Toma asiento —le hice caso.

—Se me hizo tarde, el autobús no pasaba —si, mentí, pero díganme... ¿Quién diría la verdad cuando te quedas dormido?

—Comprendo, no puedo quitarte la falta porque no traes justificante —habló, asentí.

—Lo sé, sólo quería saber si podría entregarle el trabajo que dejó —ella sonrió.

—Sabes que eso va en contra del reglamento —agache la cabeza—. Pero te lo aceptaré sólo por esta vez, sólo porque eres una buena estudiante —levanté la vista y sonreí.

—¡Gracias! —busque las hojas del trabajo y se las di—. Aquí está.

La maestra las tomó.

—De acuerdo, Karol —me levante del asiento.

—Bueno, ahora debo irme... Tengo clase —la profesora asintió.

—Claro que si, nos vemos la próxima clase —asentí.

—Hasta luego.

Salí del cubículo y corrí escaleras abajo, los estudiantes ya estaban afuera, entré a mi aula y deje mis cosas en mi lugar.

—¡Hola, Karol! —me saludó Valentina—. Creí que no vendrías.

—Como no —reí—. Me quede dormida.

—¡Ay, mujer! —comentó Michael con una sonrisa.

Hijo de la Luna Where stories live. Discover now