꧁𒊹︎︎︎ ENTRE EL HUMO Y EL ALCOHOL 𒊹︎︎︎꧂

24. CONFLICTO TERMINADO

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─Hay algo que siempre te eh que querido preguntar desde  ya mucho tiempo, solo que no tuve la oportunidad de hacerlo debido a la guerra y eso─ dice el mexicano a la vez que se recargaba mas en la mesa del escritorio.

─¿Que es lo que quieres preguntar? Soy todo oídos.

─Lo que le hiciste a tu hijo Rusia, ¿Fue por él... o fue por ti?

—...

—¿Y bien? Dímelo, ¿Fue por Rusia o-

—¿Sabes algo? Stalin me está llamando para una reunión y como verás aún no estoy listo— se excuso el soviético nervioso de la perspicaz de su Omega.

—Pero si te estoy llamando por teléfono, ¿Como chingados voy a ver cómo estás vestido o no?

"¡Carajo!" Maldice el soviético en su mente.

—Me tengo que ir. Adiós— dijo apresurado el soviético y sin dar más explicación cuelga el teléfono.

—¿URSS? ¡URSS! ¿Te atreviste a colgarme? ¿¡Me colgaste puto!? ¡¡¡CHINGA TU PUTA MADRE PENDEJO!!!

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///AFUERA DEL CUARTO///

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—¿Y crees que ayude?— pregunta el estadounidense a su hermano quien tenía una pequeña caja en sus manos.

—Por supuesto hermano— dice feliz el canadiense —Si le damos sus cigarrillos favoritos de seguro se pondrá de buen-

—¡¡¡CHINGA TU PUTA MADRE URSS!!!— Escucharon un estruendo y en frente de sus narices sale volando un teléfono. Por lo repentino que fue aquel atentado Canadá se asusta y por reflejo se lanzó a los brazos de USA que a duras penas pudo soportar el peso extra —¡¡¡PINCHE PUTO PENDEJO MALPARIDO!!! ¿¡NO QUE EL COMUNISMO SE TIENE QUE COMPARTIR TODO Y LA CHINGADA!? ¡PUTO HIPÓCRITA! ¡OJALA UN NEGRO TE COJA PINCHE JOTO! ¡ME LA PELA TU PERRO PADRE!

Gritaba México como desquiciado y del cuarto empezó a escucharse cosas romperse o chocar por las paredes haciendo más ruido y para colmo el lugar se empezó a llenar de feromonas agrias que incluso le calo la garganta de los hermanos de habla inglesa.

—... Creo que hay que ir en otro momento— recomienda el canadiense.

—Es lo mejor— le responde.

Dan un giro de 180° y ambos se fueron distanciando de la zona y marcaron un perímetro para que nadie se acerque, ya que, si se topan con el desquiciado del piel morena, este no mostraría ni una pizca de piedad y les rompería como mínimo por interrumpir su rabieta un brazo, una piernas, ambas o si quisiera.

Y por eso dice la frase: "Más vale prevenir que lamentar".

—¡PAPÁ DILES QUE PARE, POR FAVOR!— gritaba entre llantos el infante que imploraba a su padre y a los dioses que pararán con su desgarrador dolor.

—¡Aguanta más hijo, solo un poco más!— dice el mayor sujetando con sus manos ensangrentadas la cara de su descendiente.

No quería que eso pasara pero a veces hay que hacer cosas desagradables por cuestiones razonables.