꧁𒊹︎︎︎ ENTRE EL HUMO Y EL ALCOHOL 𒊹︎︎︎꧂

60. VERDAD DOLOROSA. Parte Uno.

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Rusa, México y Distrito Feral estaban sentados en una mesa mirándose entre ellos sin decir alguna palabras. Desde aquel descubrimiento del paradero de su padre, la aparición de un hijo y enterarse de que su acompañante tenia un hijo nadie se a decir ni pio por la gran incomodidad que sentían.

─Y... ¿Tu eres su hijo?─ Rusia es el primero en hablar y los contrarios se concentran en él poniéndolo aun mas nervioso.

─Si, ¿Algún problema?─ cuestiona D.F. agresivamente.

─D.F.─ llama la atención el mexicano a su hijo mayor.

─¿Qué? No dije nada malo, solo pregunte si tenia problema con una persona con ¡32 hijos!

Revela aquello y Rusia se ahoga con su propia saliva por tal información apenas liberada. Esto asusta y va por un vaso de agua para auxiliar

─¡¿32!? ¿¡Como es eso posible!?

─Estaba joven y no había radio, así que...─ comenta de pura broma y pero rápidamente se arrepiente pues Rusia era sensible a ese tema ahora que lo estaba en su inicio de cortejo ─Bueno, eran tiempos difíciles y con el estrés hice cosas─ volvió a arrepentirse y se sorprende las lagrimas ya cubriera su cara.

─Si que es un llorón.

─¡D.F.!

─¿Qué? Es la verdad, tan peludo y se comporta. ¿Cuántos años tienes? ¿27 años?

─Apenas tengo 18─ dice Rusia mientras se secaba la humedad.

D.F. se le salieron los ojos y busca con la mirada a su padre en busca de alguna explicación del porque tenia al hijo de URSS, quien en ese momento era buscado por todo el mundo, en uno de sus escondites del territorio sin nada mas que una sabana que cubriera su desnudes.

─Pu-puedo explicarlo D.F. No es lo que parece, verás yo-

─¡Quiero cortejar a México!─ alza la voz Rusia por los nervios. Por tal acto se pone nervioso y se cubre mas en la sabana, pero estaba dispuesto a decir lo que tenia que decir a uno de los hijos del Omega que tenia intenciones de formalizar una relación ─Quiero cortejarlo como es debido. Se que soy de un continente distinto y que no soy un country, pero hare todo lo posible para que el comprenda, y si lo desea, acepte mis sentimientos.

D.F., el primer hijo de México, un Alfa dispuesto a proteger a su familia, duda de las palabras del Estado. Se cruza de los brazos y lo juzga en silencio. No tenia intenciones de dejar a su padre en manos de un desconocido, mucho menos de un Estado que se tiene el rumor que si se relacionaba un country y un estado, a ambos se le vienen desgracias. Aparte de que a ambos quedaran ciegos.

─Pues no te creo mi güero. Me puedes jurar por el cielo y las estrellas, hasta por la virgen de Guadalupe, pero no dejare que mi padre se haga malinchista contigo.

¿Se me olvido decir que era mal visto mezclarse entre paises distintos?

─No pretendo hacerle algún daño a tu padre-