꧁𒊹︎︎︎ ENTRE EL HUMO Y EL ALCOHOL 𒊹︎︎︎꧂

52. VIAJE MEXICANO.

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─Que genial es aquí, hace mucho calor─ dice Rusia mientras se quitaba el abrigo y la resguardaba debajo de su brazo.

─¡¿Calor?! Hace un putero de frio─ se queja el mexicano puesto que no era ese tipo de personas que le agraden el frio pasar por su piel tan temprano en la mañana ─Si no fuera noviembre te llevaría a Cancún o Mérida para que te des un chapuzón como manda Dios Santísimo.

Apenas habían llegado a territorio mexicano y en cuanto bajo el avión sintió calor por el tipo de clima distinto al que estaba acostumbrado, incluso creía que la primavera iba a llegar pronto, algo equivocado de su parte porque apenas era invierno y dentro de un mes se terminaría el año. Ahora estaban caminando fuera del aeropuerto, la mejor parte es que al hacer frio México se podía ocultar de las autoridades porque estaba seguro que lo llevarían a la capital y tendría que dar explicaciones insignificantes de lo que le paso como para llegar un mes de retraso después de la fiesta de victoria de URSS en Octubre.

─¿Entonces solo me mostrara aquellas cosas cuando sea verano?─ pregunta inocentemente Rusia.

─Nombre, hay muchas cosas que se pueden hacer en este lugar sin que se requiera que el clima sea cálido─ dice el mexicano.

Llegan a una calle concurrida y es entonces que la gente no apartaba la mirada del ruso, no solo porque era alguien que sobrepasaba su altura por una cabeza a un hombre promedio y parecía extranjera, sino que por el hecho de ser albino en un lugar donde prevalecía gente de piel morenas y cabello oscuro. Rusia al percatarse de eso se pone tímido y toma de la chamarra del mexicano.

─¿Qué tienes?─ pregunta México.

─E-es que... bueno, la gente no deja de mirarme─ susurra el ruso ya que un grupo de mujeres lo vio y dieron pequeñas risas y este pensó que se reían de el.

─Pues es algo obvio, eres alto y tienes pinta de extranjero. Es lógico que te miren.

─P-pero esas mujeres se ríen de mi─ señala por donde se encontraban las mujeres, las cuales al darse cuenta de que Rusia los estaban mirando de nuevo rieron y lo saludaron, algo que causo mas timidez para el ruso y se ponga detrás de México ocasionando que las muchachas aceleraran el paso y se fueran entre risas.

México es quien se da cuenta de que aquellas no se estaban burlando de Rusia, sino que ellas estaban revoloteando por el atractivo de este. Por un lado quería estar feliz porque era la oportunidad de hacer que se desenvolviera con otras personas, sin embargo, no quería compártaselo a nadie, mucho menos con muchachas que no lo conocían como el lo hace.

Teniendo esos pensamientos agita su cabeza para que escapar de aquel agujero oscuro que se reusaba a mostrárselo a Rusia y se lo lleva a un centro de correo.

─¿Qué hacemos aquí?─ pregunta el ruso curioso por estar en un lugar lleno de oficinas, trabajadores que cargaban cajas y las colocaban en gabinetes de entre miles, torres de papeles en escritorios, maquinas de escribir siendo usadas por mujeres con una rapidez que le parecía sobrehumana y otras personas pasando de un lado al otro como caballos de carrera y nombrando nombres que no reconoce.