Jennie Kim, una chica linda y dulce que nunca le ha gustado la vida que su padre la obliga a tener.
¿Que pasa si conoce a alguien que la ayuda?
¿Y sí se enamora?
Adaptación.
Historia G¡P
Jenlisa
Termino de maquillarme y la veo mirarse en el espejo de cuerpo completo con algo de duda. Me acerco a ella y la abrazo por la espalda besándole la mejilla.
— Que linda.— el traje le queda a la medida y se ajusta en las partes correctas, nota que la estoy detallando y se sonroja ¡Joder, amo que se sonroje!
—¿Puedo comer yogurt con cereales antes de irnos?— se da la vuelta— Tengo hambre.
Siempre tiene hambre.
—¿Cómo le digo que no a esa carita?— le doy un beso corto.
Voy a la nevera y le sirvo el yogurt en un vaso de dibujitos, tomo una bolsita individual de cereales y subo a la habitación. Entro y la veo sentada en la cama con un peluche, sonrió por inercia y ella lo tira como si le hubiese quemado tenerlo en las manos.
— Aquí tienes.— me sonríe.
— Gracias.
Me siento a su lado mientras veo como le echa cereal al vaso de yogurt.
— Sí te gusta no tienes porque avergonzarte.— señalo el juguete.
— No me gusta.— habla con la boca llena.— Solo estaba viendo, intentaba adivinar por qué lo compraste.
Si, claro, como si fuera a creerle.
— Lo compre porque lo veías mucho y supuse que te gustaba.— aparta la mirada.— Pongamosle un nombre.— tomo el muñeco.—¿Cuál te gusta?
— No le voy a poner nombre a un peluche.— hace puchero, siempre que se enoja hace trompita y cree que intimida cuando es todo lo contrario.
—¿Por qué no?— me ignora y sigue comiendo.— ¿Señor oso?—niega—¿Coco? ¿Lucky? ¿Mr. Bear? No ese ya lo dije ¿Noni? ¿Cookie?
— Me gusta Cookie.— murmura entre dientes.
—¿Cuál?— pregunto para molestarla
— Ya terminé ¿Nos vamos?— cambia de tema.
Ruedo los ojos y la beso, ella me toma de la cintura y me sube a sus piernas.
Está nerviosa.
Me separo, ella intenta seguir pero niego y bufa enojada.
— Podríamos quedarnos y tener sexo hasta aburrirnos pero no quiero que lleguemos tarde y tampoco quiero arruinar mi maquillaje.
Me levanto y la tomo de la mano mientras siento como tiembla un poco, deja el vaso en la mesa y la veo suspirar entrecortada.
— ¡Ey, ey!— pongo una mano en su rostro— respira conmigo 1...2...3...4...5...eso es...
Me abraza mientras se calma, yo acaricio su espalda y comienzo a creer que es una mala idea que vaya, no hemos salido de la casa y ya está hiperventilando, cuando lleguemos a la escuela ya le habrá dado tres ataques.
— Mejor nos quedamos.— le digo y ella niega.
— Ahora si quiero ir...
— Bebé....
—Mommy...— imita mi tono de voz.
— No quiero que te dé un ataque, mira cómo estás temblando.— mira sus manos.
— Solo estoy nerviosa, ya se me va a pasar.
— Bien.— cedo no muy convencida.— Pero si te sientes mal nos vamos.
Asiente y salimos. En el camino trato de calmarla y recordarle que todo estará bien. Llegamos a la escuela y la ayudo a ponerse la toga y el birrete, todos nos miran confundidos mientras susurran cosas logrando que Jen se ponga más nerviosa.
— Todos nos miran...
— Porque nos vemos geniales.— la calmó.— ahora ve allá.
— Ok.— mira dudosa el pasillo.
— Estoy orgullosa de tí.— sus ojos me ven cargados de ilusión— Eres la chica más fuerte que conozco.
Sonríe y le doy un beso corto que la hace sonrojar, se va corriendo hacia donde van los graduados y yo aliso mi vestido.
— Alcaldesa.— me saluda un hombre que no conozco.— No esperaba verla por aquí hoy ¿A quien viene a acompañar?
— Mi pareja— respondo con el mentón en alto.— Es una chica maravillosa, de seguro no la conoce.— alza una ceja.
Aquí vienen los perjuicios.
—¿Su pareja se va a graduar de la preparatoria?— frunce el ceño.
— Disculpe, voy a mi silla.— lo dejo con la palabra en la boca.
Parte de la noche transcurre con discursos de los profesores y estudiantes. Le entregan los diplomas a todos y antes de culminar el acto, les hacen reconocimientos a varios estudiantes, entre esos Jennie por su increíble desempeño en el azul y oro los últimos cuatro años. Ella me mira con una sonrisa deslumbrante mientras vuelve a sentarse.
La escuela les hace una fiesta sorpresa y les dan regalos a todos, veo a Jen a lo lejos quien intenta acercarse a Rosé que está con otros dos chicos y una chica, pero cada vez que está cerca se da la vuelta arrepentida.
Esos mal nacidos no merecen su cariño.
Un grupo de mujeres se me acercan hablando cualquier cosa pero no las escucho, toda mi atención está en que a Jennie no le dé un ataque, estaba muy nerviosa antes de entrar y no quiero que su última noche en la escuela sea un mal recuerdo.
Camina hacia mi con una sonrisa y me alejo de las mujeres para abrazarla emocionada.
— Estoy tan feliz por tí.— beso su mejilla.— Te mereces solo lo bueno.
Abre la boca para responder pero un grupo de chicos y chicas le piden que firme su anuario, asiento para que vaya y al darme la vuelta, veo como la ex-mejor amiga de mi novia le susurra algo a un chico alto sin dejar de mirarnos.
Maldita.
La dejó cuando más la necesitaba, incluso un día antes de enterarme que era serpiente, fue a mi oficina a pedirme o más bien a amenazarme, para que me alejara de Jen porque según ella solo la lastimaba cuando lo único que he hecho es abrirle un espacio donde pueda ser ella sin temores.
La ira me invade y estrelló la copa en la mesa, algunos me miran de arriba a abajo pero no les presto atención. Tal vez tomé copas de más pero cuando caigo en cuenta ya estoy frente a ella y a los dos chicos que no se le han despegado en toda la noche.
— Rosé.
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🔅Goddesses 🔅
¡La de vestido negro es mi novia!
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