¿Qué pasaría si un día el chico del que tienes un póster en tu dormitorio, entrara por la puerta de tu trabajo?
¿Qué pasaría si ese chico, del que estás enamorada, es Ferrán Torres, el futbolista?
DUOLOGÍA DESTINo I
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ESTA HISTORIA CON...
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Me comen los nervios. A mi y a todos. Miro a mi derecha y veo a mi suegra como se tapa la cara y a Amaia como me agarra de las piernas. Esto es lo más emocionante que estoy viviendo en la vida.
El Granada ha llegado a la final de la Europa League, enfrentándose al Nápoles. El partido ha sido muy complicado. Los dos equipos lo han dado todo. Estamos en la puta prórroga a la que hemos llegado con 1-1 gracias a un gol de Alex al inicio de la segunda parte. Si no lo impide nadie, iremos a los penaltis y odio los penaltis.
- Tita, estoy muy nerviosa. Quiero que marque el tito.
- Yo también cariño.
Abrazo a mi sobrina y miro a Leo y a Dani que ya están de pie porque no aguantan sentados. Noe y Rosalía, que se han quedado en Granada con los mellizos, no paran de mandarnos mensajes diciéndome que están atacadas también. Joder, es que nos merecemos ganar este partido de lo bien que hemos jugado. Me agarro a Gema y ella pone su mano en su vientre. La pequeña, porque si, va a ser una niña, no para de moverse, también está nerviosa.
Quedan sólo 5 minutos. 5 minutos en los cuales si alguno de los dos equipos marca, se acabó. El equipo lo ha dado todo, Ferrán está que se sale, no para de pedirla, de defender, de todo... yo no sé como puede aguantar, en serio. El Granada está jugando en el área del Nápoles intentando que algún jugador ponga un centro y que algún compañero lo remate. Hasta que mi maravilloso e increíble novio hace algo mágico. Coge un balón en una esquina del área, le hace un recorte a un defensa y lanza a portería sin pensárselo. El balón hace una parábola y entra por toda la escuadra mientras todo el Estadio enmudece. Gol. Ha sido gol de Ferrán. Me abrazo a Amaia y a mi suegra y nos ponemos a saltar como locas. Bufandas rojiblancas y todos los aficionados como saltando y coreando el gol.
Ferrán corre hacia sus compañeros del banquillo. Busca a Alex, al cual lo cambiaron porque estaba fundido y se abraza a él. Mira hacia donde estamos nosotros y me lanza un beso después de hacerme un corazón. Dios, lo amo, lo amo tanto a mi niño.
El Granada aguanta los minutos que quedan de partido encerrándose atrás. El árbitro pita el final del partido y si, el Granada ha ganado su primera Europa League. Abrazo a Amaia y la cojo en brazos mientras cantamos el himno del Granada. Los jugadores están abajo celebrándolo como locos. Esto es lo más bonito que me ha pasado nunca como aficionada al fútbol. Es tan emocionante. No puedo evitar ponerme a llorar. Recuerdos de mi padre llevándome por primera vez a ver un partido del Granada pasan por mi mente. Lo que le hubiera gustado estar aquí viendo esta victoria que es histórica.
Ferrán viene hacia la grada donde estamos y alza sus brazos mientras nosotros hacemos lo mismo. Vuelve a lanzarme un beso y yo le lanzo otro mientras Amaia le grita como una loca.
Abajo, en el campo montan un pequeño escenario donde después de darles las medallas de finalistas a los jugadores del Nápoles, les llega el turno a los del Granada. Ferrán está eufórico. Se le nota. Tenía muchas ganas de ganar la Europa League, que fuera su broche final a su temporada en el Granada. Sé que una parte de él no quiere irse. Sé que es feliz aquí. Pero le espera un gran reto en el City, triunfar como se merece.
