Seis meses después
Madrid
Rebeca llevaba inquieta todo el día. Este embarazo estaba resultando ser totalmente diferente al de Vera. Las náuseas estuvieron presentes también durante el segundo trimestre y por desgracia, tuvo que contratar a alguien para que atendiera a los pacientes de la clínica porque no podía tirar de su cuerpo.
Solo faltaban 2 meses para que saliera de cuentas, y por suerte, tenían todo listo. Entre las cosas que aún guardaban de su hija mayor y los regalos de sus amigos, el niño podía venir cuando quisiera, bueno, mejor en su tiempo.
- ¿Así que no vais a decir el nombre hasta que le veáis la cara? -Pau agarró otro trozo de empanada, y se la llevó a la boca comiéndola a dos carrillos.
- No, lo que no vamos a hacer es decírselo a nadie hasta que nazca. Por una vez en la vida, queremos mantener algo en secreto -le contestó ella a su amigo mientras se llevaba la mano a la espalda. Fuera, la pequeña tormenta que caía desde hacía rato, se estaba transformando en lluvia torrencial- ¿Cuándo coño terminó el partido?
- Miri, que hay casi tres horas de Sevilla a Madrid. Que es el AVE no flash.
- ¡Que gracioso eres! -de pronto, la cara de Rebeca cambió poniéndose algo más pálida- ¡joder!
- Ei, ¿Qué te pasa? -Pau fue hacia su amiga poniendo sus manos en sus antebrazos.
- Que me ha dado una punzada, en la barriga -la de Granada se llevó la mano a la parte baja de su espalda cuando sintió de nuevo ese pinchazo en su vientre. Su cara descompuesta preocupó al defensa madridista.
- ¿Otra vez?
- Si, pero llevo todo el día así. Dicen que puedes tener contracciones meses antes de dar a luz.
- Ok. Vosotras sois las expertas. ¿Nos sentamos?
Rebeca asintió respirando cada vez más agitada. Dejó que su amigo la agarrara del brazo y la llevara hacia el sofá. Hizo verdaderos esfuerzos para sentarse, y cuando lo hizo, una nueva punzada la hizo morderse el labio aguantando el dolor, y si, disimulando para no preocupar a Pau.
El rubio, quien no había viajado a jugar a Sevilla por sanción, la había ayudado esa tarde a montar la cuna del pequeño. Rebeca la había encargado por Amazon y quería darle la sorpresa a Ferrán para cuando volviera a casa. El teléfono del castellonense vibró con un mensaje. Lo desbloqueó y sonrió al ver que era de su mujer.
- Dice Verona que si dejas a Vera que se quede a dormir -le anunció él apartando su mirada de la pantalla del móvil.
- Si, dile que si -le respondió llevándose la mano al vientre- ¿Pau?
- Dime -el rubio tecleaba compulsivamente la respuesta para su mujer.
- ¿Me puedes llevar al hospital?
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Mi pequeña locura
Romance¿Qué pasaría si un día el chico del que tienes un póster en tu dormitorio, entrara por la puerta de tu trabajo? ¿Qué pasaría si ese chico, del que estás enamorada, es Ferrán Torres, el futbolista? DUOLOGÍA DESTINo I 💞⚽💞⚽💞⚽💞⚽💞 ESTA HISTORIA CON...